Buenos Aires, 27 mayo (Especial de NA, por Matilde Fierro) — 
 
La siembra del trigo campaña 2018-2019, que se cosecha en 
 
diciembre, ya comenzó en el norte del país, en el NEA, Santa Fe, 
 
Córdoba y en algunos lotes de la Zona Núcleo, mientras la soja 
 
2017-2018 languidece y baja el volumen estimado hasta menos de 
 
36 millones de toneladas en el país.
   En cambio el trigo sembrado con humedad, producto de los 
 
últimos excesos hídricos puede llegar a cubrir una superficie de 
 
seis millones de hectáreas, superarse a sí mismo y alcanzar un 
 
récord de unas 20 millones de toneladas de producción.
   El trigo reaccionó perfectamente a los cambios económicos para 
 
el agro implementados por el Gobierno y desde la retención cero 
 
comenzó a crecer y a exportarse.
   Resultaría impensable que el superministro de Hacienda, 
 
Nicolás Dujovne, avalado por el presidente Mauricio Macri, intente 
 
solucionar los desfasajes fiscales con un cambio al régimen de 
 
retenciones de los granos que vuelva a gravar el trigo y el maíz y 
 
suspender la disminución gradual de los derechos de exportación 
 
de la soja del 0,50 por mes.
   Sobre todo ahora que los productores están afectados por el 
 
desastre que significó para la rentabilidad la cosecha de soja con 
 
granos dañados, húmedos, podridos y lo que la Bolsa de 
 
Comercio de Rosario (BCR) a través de su Guía Estratégica para 
 
el Agro (GEA) denomina el efecto germinativo.
   "Se trata de la germinación de los granos en las plantas sin 
 
cosechar de la soja de primera y de segunda. Comenzamos una 
 
campaña con una proyección para la Zona Núcleo de 24 a 25 
 
millones de toneladas y vamos a terminar con 10 toneladas 
 
menos", adelantó Cristian Russo a NA, uno de los hacedores de 
 
GEA.
   La altísima humedad no ayudó y en la región va a haber un 
 
recorte, de por lo menos 700 mil toneladas porque la situación en 
 
las provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe es grave.
   De la BCR surgió un reporte estremecedor que marca la grave 
 
crisis productiva y es que los productores agropecuarios se 
 
quedaron sin 30 millones de toneladas de granos para vender en 
 
esta campaña.
   Un duro golpe para ellos y para la economía argentina ya que 
 
por la sequía perdieron ingresos brutos por USD 7.500 millones.
   Ocurre que la "sequía que azotó a la región núcleo argentina en 
 
el verano 2017-2018, catalogada como la peor de los peores 50 
 
años, diezmó la producción de granos gruesos", señalaron los 
 
autores del reporte.
   "Lotes que han quedado sin sembrar, aumento del área de 
 
abandono, rindes muy por debajo de lo normal significaron 
 
pérdidas de casi 18 millones de toneladas (Mt) en soja y 10 Mt en 
 
maíz, un duro golpe para la actividad insigne de la economía 
 
argentina", dijeron.
   "Esas 30 Mt de granos que hoy no están en el circuito comercial 
 
argentino es la causante de las tensiones y preocupaciones que 
 
se observan en toda la cadena comercial y de pagos del sector", 
 
manifestaron.
   Un informe especial del Instituto Nacional de Tecnología 
 
Agropecuaria (INTA)sostuvo que "con alrededor de 21 millones de 
 
toneladas menos que el año anterior, la oleaginosa se enfrentó a 
 
una de las campañas más difíciles de los últimos años".
   Los técnicos explicaron que "el estrés hídrico y el calor afectaron 
 
los rindes y el contenido de proteína. Luego, el exceso de 
 
humedad antes de la cosecha desencadenó la apertura de 
 
vainas, desgrane, brotado y desarrollo de enfermedades".
   Desde hace 21 años, el Laboratorio de Calidad Industrial y Valor 
 
Agregado de Cereales y Oleaginosas de INTA Marcos Juárez 
 
(Córdoba) analiza muestras de soja provenientes de acopios y 
 
cooperativas de la Zona Núcleo con el objeto de conocer la 
 
calidad de la cosecha de cada año.
   Este año evaluaron 989.000 toneladas entre soja de primera y 
 
segunda siembra, lo que les permite trazar un panorama.
   El clima con excesos hídricos afectó la recolección después del 
 
temporal por el estado de los caminos rurales y la falta de piso 
 
para que entraran las cosechadoras, manifestaron los 
 
especialistas de Marcos Juárez.
   Al respecto, Hugo Rossi, subsecretario de Coordinación Política 
 
del Ministerio de Agroindustria de la Nación, durante su 
 
exposición en el panel Gestión del Riesgo, en el Congreso Maizar 
 
2018 que se realizó en Buenos Aires dijo que "tenemos una 
 
deuda de 44 mil millones de dólares en infraestructura, en obras 
 
hídricas y viales para poder estar al día, para contar con rutas y 
 
caminos seguros".
   Eso también "hace al riesgo logístico, ya que la mercadería que 
 
queda en el campo permanece expuesta al riesgo climático si no 
 
puede salir", añadió el funcionario sobre este tema también crítico 
 
para el campo, sector que tuvo unos días más complicados aún 
 
con la amenaza del cambio del régimen de retenciones. 
 
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