Mensaje del 2 de julio de 2018 en Medjugorje

 

“Queridos hijos, soy Madre de todos vosotros, por eso no tengáis miedo, porque yo escucho vuestras oraciones. Sé que me buscáis y por eso ruego a mi Hijo por vosotros. Mi Hijo, que está unido con el Padre Celestial y con el Espíritu consolador, mi Hijo que guía a las almas hacia el Reino de donde ha venido, el Reino de la paz y de la luz. Hijos míos, os ha sido dada la libertad de elegir. Por eso yo como Madre os ruego que utilicéis la libertad para el bien. Vosotros con el alma pura y sencilla comprendéis; pero incluso si algunas veces no entendéis las palabras, dentro de vosotros sentís cuál es la verdad. Hijos míos no perdáis la verdad y la vida verdadera para seguir la falsa. Con la vida sincera el Reino Celestial entra en vuestro corazón: este es el Reino del amor, de la paz y de la concordia. Entonces, hijos míos, no existirá el egoísmo que os aleja de mi Hijo. Allí existirá el amor, la comprensión por vuestro prójimo. Por eso, recordad, nuevamente os repito: orar significa amar a los otros, amar al prójimo, darse por él. Amad y daos a mi Hijo y Él obrará en vosotros y por vosotros. Hijos míos, constantemente pensad en mi Hijo, amadlo inmensamente y tendréis la vida verdadera, y esto será por la eternidad. Os doy las gracias, apóstoles de mi amor”. Reina de la Paz a Mirjana.

 
La Virgen ha bendecido a todos los presentes y todos los objetos religiosos. Después, como la Reina de la Paz desea, los sacerdotes han bendecido a todos lo presentes y todos los objetos religiosos.