Buenos Aires, 5 marzo (Especial de NA, por Matilde Fierro) — 
Una nueva era para la bioenergía, como recurso estratégico en la 
agroindustria y el desarrollo de numerosas localidades del país, 
apareció en el horizonte argentino con el efecto de fortalecer, 
entre otros aspectos, el agregado de valor en origen. 
   Viene encaramada en el impulso que el Gobierno da a las 
energías renovables.
   Emilio López King, director de NextFuel Argentina, responsable 
de los portales de noticias sobre biodiésel y energías renovables, 
dijo a NA que "en cuanto al Programa Renovar" la potencia 
requerida por el oficialismo en la primera convocatoria fue de 
1.000 MW (megavatios), distribuidos por tecnología. 
   Son 600 MW para eólica, 300 MW para solar fotovoltaica, 65 MW 
para biomasa (combustión y gasificación), 15 MW para biogás y 20 
MW para Pequeños Aprovechamientos Hidráulicos (PAH).
   La bioenergía se abre camino trabajosamente, por ahora, en 
situaciones como que los proyectos del primer llamado a licitación 
fueron centrados en energía eólica y solar.
   "En cuanto a Biomasa el gobierno tiene el proyecto PROBIOMASA 
(www.probiomasa.gob.ar) para la promoción de la energía derivada 
de biomasa", indicó el especialista. 
   Es una iniciativa de los Ministerios de Agroindustria y 
de Energía y Minería "con la asistencia técnica y administrativa 
de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y 
la Agricultura (FAO), cuyo objetivo principal es incrementar la 
producción de energía térmica y eléctrica derivada de biomasa a 
nivel local, provincial y nacional para asegurar un creciente 
suministro de energía limpia, confiable y competitiva", explicó. 
   Sostuvo que se intenta "a la vez, abrir nuevas oportunidades 
agroforestales, estimular el desarrollo regional y contribuir a 
mitigar el cambio climático".
  "También existen proyectos privados para generar biogás con 
biomasa, como purines de cerdo, residuos orgánicos, mediante 
biodigestores e iniciativas para obtener energía eléctrica, gas 
o gasoil sintético a partir de RSU (residuos sólidos urbanos), 
cascara de maní, aserrín por citar algunos casos", consignó López 
King a Noticias Argentinas.
   Por otra parte, el gobierno nacional busca normas y consensos 
para la aplicación de un programa que permita aumentar la mezcla 
de gasoil con biodiésel, que hoy es del 10 por ciento para este 
último hasta alcanzar un 20% y para lo cual apunta a fortalecer la 
participación del transporte público.
   Otra opción que interesa es la utilización del biodiésel para 
generación eléctrica, una forma de fortificar la matriz energética 
de la Argentina.
   El Ministerio de Agroindustria de la Nación trabaja en una 
resolución para que los productores agropecuarios puedan hacer uso 
propio de biodiésel mediante un sistema a fasón con las 
industrias. 
   De esta manera cada productor podrá entregar soja propia a una 
empresa y recibir a cambio biodiésel.
   Actualmente la Argentina exporta principalmente biodiésel a 
Estados Unidos y avanzan las gestiones ante la Unión Europea para 
que este mercado vuelva a aceptar el combustible producido en 
nuestro país. 
   Sin embargo, en los últimos días hubo rumores sobre supuestos 
cambios en la política de subsidios al biodiésel que podrían poner 
en peligro las exportaciones desde la Argentina.
   Santa Fe es la provincia con la mayor producción de este 
biocombustible, un 80 por ciento de total de lo que se genera en 
el país.
   Mientras que el Gobierno analiza incrementar el corte 
obligatorio de naftas con bioetanol que hoy es del 12% y llevarlo  
hasta un 15% o 20%, en tanto que por arriba del 27% se 
necesitarían vehículos con motores flex.
   En jurisdicción cordobesa, la bioenergía moviliza una historia 
de innovación: Se trata de la empresa nacional Porta Hermanos que 
desarrolló un modelo de destilería a pequeña escala totalmente 
automatizada –denominado "MiniDest"– para producir bioetanol y 
burlanda (subproducto) desde el maíz. 
   Como dato alentador, Nissan acaba de presentar en Brasil un 
vehículo eléctrico con pila de combustible de bioetanol que le 
otorga una autonomía que sobrepasa los 600 kilómetros. 
   Este es el primer prototipo de vehículo impulsado por pilas de 
combustible de óxido sólido (SOFC, siglas en inglés) que se 
alimenta con energía eléctrica proveniente de bioetanol.
   La industria argentina de biodiesel tiene una capacidad de 
producción de alrededor de 4,6 millones de toneladas anuales; en 
2016, las exportaciones fueron del orden de 790.000 toneladas.
   El año pasado, la producción y consumo interno de bioetanol fue 
del orden de 800.000 m3, con un aporte del 59% de parte de las 
cinco destilerías de maíz y de un 41% de los nueve ingenios 
azucareros. 
   En cuanto al futuro, el crecimiento de la bioenergía trajo 
brotes "verdes" ya que la demanda de técnicos y especialistas está 
en franco crecimiento y las universidades amplían su oferta 
catedrática.
   Esto ocurre al amparo de la promulgación de la Ley de Energías 
Renovables, con el objetivo de que las fuentes energéticas limpias 
pasen del actual 2% al 8% del consumo eléctrico nacional para fin 
de año y llegar al 20% en 2025.  
 
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