Washington, 28 marzo (AFP-NA) — Donald Trump inicia el martes 
el desmantelamiento de las medidas de lucha contra el 
calentamiento climático implementadas por su predecesor Barack 
Obama, con la confesa intención de fomentar las energías fósiles 
en nombre de la generación de empleo.
   En una secuencia cargada de símbolos, el presidente 
estadounidense, que ha puesto en duda sin tapujos la realidad del 
cambio climático, visitará la sede de la Agencia de Protección del 
Medioambiente (EPA), ubicada a poca distancia de la Casa Blanca, 
para firmar el "Decreto sobre la Independencia Energética".
   Este decreto contribuirá a asegurar que la energía sea 
"abordable y limpia" con el fin de "favorecer el crecimiento 
económico y la creación de empleos", según el resumen realizado 
por una alto funcionario de la presidencia.
   El texto, que apunta a reducir "los obstáculos inútiles" en ese 
sector, a partir del cuestionamiento a varias reglamentaciones, 
ordena en particular la revisión de una de las medidas ambientales 
más emblemáticas de su antecesor demócrata: el "Clean Power Plan" 
(Proyecto para una energía limpia). 
   Esa norma imponía a las centrales térmicas un 32% de reducción 
de sus emisiones de CO2 para 2030 en relación a 2005. Si entrara 
en vigor, llevaría al cierre de numerosas centrales a carbón (las 
más antiguas y contaminantes). 
   Sin embargo, el decreto está bloqueado por la justicia tras 
demandas en su contra de 30 estados, en su mayoría gobernados por 
republicanos. 
   Volver a examinar este proyecto "tomará tiempo", admitió el 
Ejecutivo, citando en particular los procedimientos de consulta 
pública vigentes.
   Aunque está perdiendo peso, el carbón sigue siendo un 
componente central de la matriz energética estadounidense.
   Las centenares de centrales a carbón repartidas por el 
territorio nacional brindan alrededor de un tercio de la 
electricidad del país, a igual nivel que el gas natural y por 
encima de la energía nuclear o la hidroeléctrica. 
   Trump menciona a menudo ante sus partidarios su deseo de 
relanzar la explotación del "magnífico carbón limpio". "Muchos 
mineros volverán a encontrar trabajo", dijo la semana pasada en 
Kentucky.
   Sin embargo, la mayoría de los expertos dudan que el decreto a 
firmarse el martes genere empleos netos en este sector. 
   "No tendrá prácticamente ningún impacto", dijo el profesor 
James Van Nostrand, de la West Virginia University, al recordar 
que la decadencia del carbón está vinculada antes que nada al alza 
de los costos de explotación y al crecimiento de la competencia 
del gas natural.
   "Desmantelar la EPA y desembarazarse de la reglamentación no 
hará que la industria del carbón crezca", dijo.
.   
   – El "mal acuerdo" de París-
   La Cámara de Comercio saludó el anuncio de la revisión del 
Clean Power Plan de Barack Obama, y afirmó que este proyecto "no 
es sólo ilegal sino malo para las familias y las empresas" de 
Estados Unidos. 
   El director de la  EPA, Scott Pruitt, también ha manifestado su 
voluntad de romper con la política de la administración anterior, 
que "tenía una estrategia absolutamente contraria a las energías 
fósiles".  
   Pruitt, que fue contra el consenso de la comunidad científica 
internacional al sostener recientemente que las emisiones de CO2 
no están entre las causas del calentamiento del planeta, reiteró 
sus críticas al acuerdo de París sobre el clima.
   "Nos hemos penalizado y perdido puestos de trabajo, mientras 
China e India no tomaron medidas para enfrentar este problema", 
dijo, olvidando los compromisos de reducción de las emisiones de 
dióxido de carbono asumidos por esos dos países asiáticos.
   "Para mí, el de París ha sido simplemente un mal acuerdo", 
afirmó.  
   El gobierno de Trump no ha asumido todavía una posición oficial 
sobre este acuerdo emblemático, concluido a fines de 2015 en la 
capital francesa y firmado por más de 190 países. 
   "Está en discusión", se limitó a declarar el lunes por la noche 
un alto responsable gubernamental bajo condición de anonimato.
   Segundo mayor emisor mundial de gases con efecto invernadero, 
detrás de China, Estados Unidos se comprometió a reducir esas 
emisiones entre 26% y 28% para 2025 en relación a 2005.
 
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AFP-NA