Buenos Aires, 7 mayo (Especial de NA, por Matilde Fierro) —
Fue necesario un paro total de actividades en la industria láctea
para que reaccionaran las partes y el Gobierno destrabara
los fondos estimados en 450 millones de pesos para asistir a la
cooperativa SanCor en su profunda crisis.
Tras algunos momentos de tensión y un absoluto acatamiento a la
medida de fuerza por parte de 30 mil afiliados a la Asociación de
Trabajadores de la Industria de la República Argentina (Atilra) en
el país, el Ministerio de Trabajo de la Nación se convirtió en el
puente de las distintas posiciones.
Ante el cese de actividades en sus plantas, el Centro de
Industria Lechera (CIL) interpuso un recurso de conciliación
obligatoria el jueves, día del paro, que había comenzado con un
plazo de 24 horas, pero que amenazaba extenderse por tiempo
indeterminado.
La huelga nacional fue votada por los 400 delegados de Atilra
que se dieron cita en la sede y esperaron pacientemente el
miércoles a la tarde que el secretario general del gremio, Héctor
Ponce, finalizara una extensa conferencia de prensa.
Ante una pregunta de NA, Ponce admitió que el gremio estaba
dispuesto a reducir hasta un 70 por ciento el monto del aporte
patronal permanente que perciben de las empresas lácteas de más de
3 mil pesos mensuales por empleado y que tiene como destino la
obra social.
Esta decisión demostró que no sólo SanCor está en crisis sino
la industria láctea en general y así se acordó la modernización
del Convenio Colectivo de Trabajo de todo el sector.
Apymel, Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, en
medio de las negociaciones dio a conocer que unas 200 Pymes del
sector están en peligro de desaparecer.
SanCor, con 79 años de existencia, se ha convertido en un
emblema de una industria que no escapa a los problemas de costos y
precios internacionales.
Finalmente este viernes, luego del mediodía, se firmó un
acuerdo por el cual el Gobierno quedó comprometido a dar los 450
millones de pesos a SanCor, fondos que, según explicó el
ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, irá a parar a un
fideicomiso para enfrentar el "desmanejo" de la cooperativa.
Buryaile puso de relevancia, entre otros aspectos, que hay
gerentes de SanCor que cobran sueldos de 400 mil pesos y que no
han sabido estar a las alturas de lo que necesitaba la
cooperativa.
El presidente Mauricio Macri, por su parte, evaluó en la semana
que habría que buscarle un "socio" a la cooperativa basada en
Sunchales, Santa Fe, con 11 plantas, cuatro inactivas, 4.400
empleados y 22 mil relacionados en forma indirecta.
En tanto, el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, se
quejó por la demora del Gobierno central en dar la ayuda, ya
que las negociaciones insumieron 60 días y produjeron a SanCor la
pérdida de unos 200 millones de pesos.
Los tamberos santafesinos, agrupados en la Mesa de Productores
Lecheros de Santa Fe (Meprolsafe), festejaron el acuerdo, pero
señalaron que hace falta una profunda reestructuración en SanCor.
El secretario de la entidad, Marcelo Aimaro, aseguró que "este
dinero alcanza para comenzar a pagarle a los productores, abonar
los sueldos, comprar insumos y para que reactiven la industria
nuevamente, pero el Gobierno pondrá sus condicionamientos para
reestructurar a fondo, como corresponde".
"Hay que reestructurar la empresa, volver a recuperar la
producción, la materia prima, que no va a ser mañana; hay que
pagarle al productor para que pueda rearmarse, es un proceso que
va a llevar un tiempo", dijo.
Mientras tanto en las góndolas de supermercados y autoservicios
ya es patente el desabastecimiento de productos SanCor, como
yogures, crema, el conocido queso untable Mendicrim mientras que
la leche hace tiempo que no se comercializa.
Ocurre que muchos tamberos proveedores dejaron de entregar la
materia prima por falta de pago y quizá unos mil se pasaron a la
soja ante el estado de las cosas, en el último año.
Mientras tanto, el silencio por parte del presidente de SanCor,
Gustavo Ferrero, sólo fue interrumpido por algunas frases que
trascendieron en las cuales pedía que el Gobierno, las cámaras
empresariales y el sindicato llegaran a un acuerdo, mientras sus
empleados aceptaron diferir el 15% de sus salarios por seis meses.
En tanto Ponce rescató "la unidad solidaria y monolítica que
han demostrado los compañeros y compañeras a lo largo del tiempo
que duró la huelga, unidad en la acción que nos permite
salvaguardar nuestros derechos".
Además les dijo a sus adherentes que "la solidaridad demostrada
por todos los compañeros para con los trabajadores de SanCor
es digno de todo elogio" y así terminaba esta etapa del conflicto.
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