Buenos Aires, 7 junio (PR/18) — Especialistas del INTA analizan necesidades y fortalezas de un sector en auge que es la acuicultura para producir los peces que demanda el mundo.
Para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Argentina posee las condiciones agroclimáticas ideales para producir esta carne rica en proteína y con alto valor nutricional y potenciar la actividad así como el acceso a nuevos mercados, .
De a poco, la acuicultura –producción dedicada al cultivo de especies acuáticas– comenzó a reemplazar el consumo mundial de pescado de captura, según la FAO.
El consumo mundial de pescado alcanzó, por primera vez, los 20 kilogramos anuales por persona.
Esto se debe a un intenso crecimiento de la acuicultura, que en la actualidad proporciona la mitad de todo el pescado destinado al consumo humano.
Mientras que en el mundo la acuicultura es una actividad productiva en pleno auge y el consumo de pescado aumenta a un ritmo anual medio del 3,2 %, en la Argentina esta actividad es aún incipiente.
Herman Hennig, especialista en piscicultura del INTA Oberá (Misiones), opinó que “se debería apuntar, fundamentalmente, a la construcción de una cadena que sea complementaria de la pesca y a dirigir esfuerzos por articular demanda de exportación con reales posibilidades de producción en el país”. .
Además, el consumo interno registrado de pescado es de sólo nueve kilos por habitante por año.
Según los resultados del último censo acuícola de Misiones, que se realizó en 2016, “la provincia que cuenta con cerca de 4.000 productores dedicados a la piscicultura, sólo el 10 % produce con fines comerciales y vende a pie de estanque. El 90 por ciento restante lo hace para autoconsumo”.
En este sentido, el especialista argumentó que con 1,2 a 1,5 kilos de alimento (existe gran diversidad de insumos) se forma un kilo de pescado, una proteína de altísimo valor biológico y nutricional.
“Tenemos suelos y climas adecuados para la piscicultura que favorecen el desarrollo de especies tanto nativas como introducidas, demandadas a escala nacional e internacional y con crecimientos aceptables para ser una producción rentable, como ser el pacú, la trucha, el sábalo, la boga o el salmón siberiano”, explicó.
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