Mensaje del 25 de enero 2019
“¡Queridos hijos! Hoy, como Madre, los invito a la conversión. Hijitos, este tiempo es para ustedes, tiempo de silencio y de oración.
Por eso que crezca, en el calor de su corazón, la semilla de la esperanza y de la fe, y ustedes, hijitos, día tras día sentirán la necesidad de orar más y su vida se volverá ordenada y responsable.
Comprenderán, hijitos, que ustedes están de paso aquí en la Tierra, y sentirán la necesidad de estar más cerca de Dios; testimoniarán con amor su experiencia del encuentro con Él, la que compartirán con los demás.
Estoy con ustedes y oro por ustedes, pero no puedo hacerlo sin su “Sí”.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
Mensaje del 2 de enero 2019
“Queridos hijos, lamentablemente entre ustedes, mis hijos, hay mucha lucha, odio, intereses personales y egoísmo.
Hijos míos, ¡cuán fácilmente olvidan a mi Hijo, sus palabras, su amor!
La fe se extingue en muchas almas y los corazones están siendo atrapados por las cosas materiales del mundo.
Pero mi Corazón maternal sabe que aún hay quienes creen y aman, que intentan acercarse lo más posible a mi Hijo, que incansablemente buscan a mi Hijo y, de esta manera, me buscan a mí.
Son los humildes y los mansos que sobre llevan sus dolores y sufrimientos en silencio, con sus esperanzas y sobre todo con su fe.
Son los apóstoles de mi amor.
Hijos míos, apóstoles de mi amor, les enseño que mi Hijo no solo pide oraciones continuas, sino también obras y sentimientos; pide que crean, que oren, que con sus oraciones personales crezcan en la fe, crezcan en el amor.
Amarse unos a otros es lo que Él pide: este es el camino a la vida eterna.
Hijos míos, no olviden que mi Hijo trajo la luz a este mundo y la trajo a quienes quisieron verla y recibirla.
Sean ustedes de esos; porque es la luz de la verdad, de la paz y del amor.
Losconduzco maternalmente a adorar a mi Hijo, a amar conmigo a mi Hijo; a que sus pensamientos, palabras y obras se orienten hacia Mi Hijo y que estos sean en Su nombre.
Solo entonces mi Corazón estará colmado.
¡Les doy las gracias!”
Fuente: Centro María Reina de la Paz Montevideo-Uruguay
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