Por Matilde Fierro.
Buenos Aires, 7 abril (Especial de NA) — El Estado en sus distintos niveles, gobiernos nacional, provinciales y municipios, se lleva más del 60 por ciento de la renta agrícola que es el valor de la producción menos costos.
Según el Indice FADA de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina, la medición trimestral de marzo de 2019 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 60,6% para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol.
Es decir, que de cada $100 de renta que genera una hectárea agrícola, $60,60 se lo llevan los distintos niveles de Gobierno.
En diálogo con NA, el economista en jefe de FADA, David Miazzo confirmó que resulta “llamativo” la “estabilidad del indicador” ya que en diciembre la participación del Estado fue de 60,5.
Lo atribuye a que impidieron subir el Indice “la mejora esperada en los rindes agrícolas de la campaña 2018-2019 tomando las estimaciones más conservadoras que son las de Agroindustria”.
“El otro favor que influyó en la estabilidad del Indice “es el movimiento reciente del tipo de cambio con el alza del dólar” destacó a Noticias Argentinas.
En principio “iba a haber un aumento por los costos en pesos de labores y fletes que subieron del 36 al 40 por ciento, además de que incide “la actualización de los impuestos del inmobiliario rural y las tasas viales que son los únicos tributos que se actualizan una vez al año”.
También se cuenta para subir el Indice la caída en los precios de los commodities que se observó en el primer trimestre.
En términos concretos se está esperando que la cosecha 2018- 2019 sea récord en toneladas, con incrementos esperados para maíz y soja cercanos al 40% con respecto a la campaña 2017-2018 marcada por la sequía.
Este elemento genera un incremento del valor de producción, de la renta y hace caer la participación relativa del Estado en ésta.
Además en las últimas semanas el tipo de cambio comenzó a subir, este movimiento colabora a que los incrementos de fletes y labores en pesos no impacten de lleno sobre la rentabilidad de los cultivos.
“Si esto no hubiera sido así, se habría producido un aumento de cierta significación en el indicador”, aclaró Miazzo.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 60,5%, la participación del Estado en soja es del 65,8%, maíz 52,3%, trigo 53,5% y girasol 67,8%.
Con respecto a la medición anterior, correspondiente a diciembre de 2018, cuando el índice marcó una participación del Estado en la renta agrícola del 60,5%, la actual muestra finalmente sólo un aumento de 0,1 puntos porcentuales.
Así no quedó más remedio que resultara llamativa la estabilidad del indicador, ya que algunas variables estaban impulsando el indicador hacia arriba.
La caída de los precios de soja y maíz, con respecto a diciembre reduce la rentabilidad y ante una “torta” más chica, la participación del Estado crece en términos relativos.
Luego de una importante devaluación como la vivida en 2018, se suceden incrementos de precios y costos, con efectos directos sobre la inflación.
En el caso de la agricultura, eran esperadas alzas en los costos de fletes y labores que en diciembre aún no se habían registrado.
La actualización de las tasas viales municipales y los inmobiliarios rurales provinciales generaron un efecto de incremento del indicador en marzo que durante 2018 se había licuado producto de la devaluación.
Estos tres elementos eran los que venían marcando un aumento de la participación del Estado en la renta agrícola, sin embargo, dos variables jugaron a favor de la baja del indicador: la cosecha récord y el movimiento del tipo de cambio.
Con respecto a diciembre de 2018, se observan caídas en los precios disponibles en dólares de soja y maíz. La soja cayó un 5% y el maíz un 6%. El trigo tuvo un incremento de 3% y el girasol de 1%.
Si la comparación se hace contra marzo de 2018, se observa un movimiento negativo de 22% para soja, 22% para maíz y del 26% para girasol y una suba del 4% en el trigo; en esta caída está implícito el nuevo esquema de derechos de exportación.
En el caso de los fletes, hubo un incremento de precios en el último trimestre de un 41% en promedio.
Mientras el índice FADA nacional es de 60,6%, Córdoba registra un 59,3%, Buenos Aires 63,2%, Santa Fe 60,4%, La Pampa 62,2% y San Luis 58,1%.
En estos resultados, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales y los fletes, que generan efectos distintos sobre cada uno de los cultivos.
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