Por Matilde Fierro.
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Buenos Aires, 14 abril (Especial de NA) — El anuncio de que se espera una cosecha récord muy cerca de las 25 millones de toneladas para la Campaña Fina 2019-2020 entre cebada y trigo causó repercusión favorable en distintos ámbitos.
Por una parte, el trigo será por tercera vez consecutiva protagonista de una recolección récord, datos vertidos en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en el lanzamiento de la Fina que tendrá las sembradoras a todo motor en junio para cosecharse a partir de noviembre-diciembre, cuando el año electoral ya esté definido.
El cereal estaba todo sembrado y en septiembre de 2018 el Gobierno sorprendió al fijar retenciones de $4 por dólar exportado para el trigo y otros productos. De no haberse hecho, en lugar de las 6,4 millones de hectáreas esperadas, el área podría haberse estimado en 6,7 millones de hectáreas para esta campaña, sostuvo Agustín Tejeda, economista jefe de la entidad.
Además, se podría haber proyectado un millón de toneladas más de producción y 500 mil toneladas adicionales de exportaciones, según el especialista.
El presidente de la Bolsa de Cereales, Raúl Cavallo, inauguró el lanzamiento de la Campaña Fina 2019-2020 y anticipó que la cadena de trigo aportará 3.500 millones de dólares en valor agregado y 3.200 millones de dólares en exportaciones.
Cavallo reafirmó que la cadena del trigo ha sido la que mayor crecimiento ha mostrado desde la campaña 2015-2016, como respuesta a los nuevos incentivos dados por la eliminación de las trabas a las exportaciones y la reducción en el peso de los derechos de exportación.
En este sentido, destacó que en estas últimas tres campañas “el área creció un 51%, incorporando 2,1 millones de hectáreas y la producción un 64%, alcanzando el récord histórico de 19 millones de toneladas en la campaña pasada 2018-2019”.
“Uno de los principales desafíos que trae el aumento de la producción argentina de trigo y cebada es la inserción de ésta en un mercado internacional cada vez más competitivo” expresó, Cavallo.
En relación a esto, manifestó que Argentina necesita de una dinámica agenda de negociaciones internacionales para mejorar el acceso a los principales mercados, así como de mejoras en la logística e infraestructura para bajar los costos de llevar esos productos al mundo.
El trigo argentino tiene de adversarios a competidores exportadores como Rusia y Ucrania, mientras que hay cierta expectativa por el cupo para importar que estableció Brasil de 750 mil toneladas de todo origen que podría o no afectar a la Argentina, según crezcan otros destinos: Argelia e Indonesia.
La Bolsa de Cereales proyectó para la Campaña Fina 2019-2020 un área total de 7,4 millones de hectáreas a implantarse con trigo y cebada, un 2,8 % por encima del ciclo previo.
El área destinada a trigo ascendería a 6,4 millones de hectáreas, la mayor superficie destinada al cultivo en los últimos 18 años.
Si las condiciones climáticas a lo largo de la campaña son favorables, se cosechará un volumen final de 20,6 millones de toneladas de trigo, un 8,4 % por encima del ciclo 2018-2019.
El cultivo de cebada transitaría sin modificación de área sembrada respecto a la campaña previa y se estima un volumen de 4 millones de toneladas.
En conjunto, ambos cereales de invierno aportarían un nuevo récord de producción al alcanzar un volumen total de 24,6 millones de toneladas.
Otra confirmación es que en Argentina durante los últimos años más del 80% de la producción de trigo y cebada se realizó con niveles medios y altos de tecnología.
Para la próxima campaña fina 2019-2020 el volumen de fertilizantes podría crecer entre un 4 y un 7%, dependiendo del contexto climático.
Asimismo, esperan un aumento del 3 a 5 % en el uso de fungicidas y del 3 % en el de semillas, lo cual resalta una buena expectativa para el próximo ciclo de invierno.
El Producto Bruto de trigo y cebada totalizará para la campaña que se inicia un valor de 3.950 millones de dólares, con una disminución del 7% respecto de la campaña anterior por la baja de los precios internacionales registrada.
Sin embargo, al evaluar el Producto Bruto a precios constantes de la campaña 2018-2019, se registraría un incremento de 260 millones de dólares, alcanzando para el 2020 un total de 4.500 millones de dólares.
A su vez, las cadenas vinculadas a los cereales de invierno aportarían durante 2020 unos 3.500 millones de dólares en exportaciones y 1.100 millones en recaudación fiscal, esta explicada esencialmente por el impuesto a las ganancias (38%) y los derechos de exportación (31%).
Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas, destacó una mayor expansión de área en cultivos de fina, donde “la adecuada humedad registrada a pocas semanas de iniciar la siembra, conjuntamente con un escenario climático favorable, permitiría recuperar áreas que no pudieron ser sembradas durante el ciclo previo y elevar la superficie destinada a trigo a 6,4 millones de hectáreas, la mayor superficie de las últimas 18 campañas”.
En tanto, Sofía Gayo, analista del Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa, precisó que el volumen aplicado de fertilizantes actualmente se ubica un 75 % por encima del valor en 2014-2015, la campaña con menor registro de tecnología de los últimos años.
Tejeda señaló que, pese a la caída en los precios y por consiguiente en los márgenes, el trigo junto a la soja de segunda continúa siendo la opción más redituable para los productores en esta campaña.
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