Por Matilde Fierro .
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Buenos Aires, 22 septiembre (Especial de NA) — Una brusca caída de los niveles de actividad inmobiliaria rural se evidencia ya que los campos se demoran en vender por la actual incertidumbre política.
Así lo manifestó en diálogo con NA, Javier Christensen, presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), quien señaló que “a partir de las Paso la caída fue muy pronunciada, la actividad cayó un 34% en agosto respecto de julio, pero básicamente es más por el tema político que por la economía”.
“Nos afecta a todos los sectores por igual, el clima político, la falta de certeza para el futuro afecta mucho los negocios en tierras que son a largo plazo”, expresó el dirigente en medio de una jornada donde CAIR analizó la coyuntura inmobiliaria rural.
Explicó que “el que compra un campo no es para venderlo en 30 días, esos son negocios que llevan mucho tiempo, mucho capital; hace falta estabilidad y nociones claras para el futuro”.
Christensen expresó que los tratos de tierra “llevan mucho tiempo porque en un negocio inmobiliario rural hay que considerar las distancias, el tipo de establecimiento, la producción, todo lo que significa la operación, muchas veces son ventas de sociedades, no de tierras con lo cual los papeles llevan mucho tiempo, hay que considerar el tiempo que demanda el papeleo, ver balances, en fin”.
Respecto del escenario, en CAIR son siempre “optimistas y pensamos que en el futuro va a haber un rebote de la actividad inmobiliaria rural; supuestamente esperamos que a partir del verano tendría que mejorar siempre y cuando el próximo Gobierno, que puede ser el de ahora o el que cambie, sea claro en lo que esté marcando para adelante”.
“Más que el resultado de las elecciones de octubre, depende de la estrategia futura, de qué van a definir. En el caso de la oposición tiene dentro su partido gente que piensa en blanco, que piensa en negro y no tiene alguien que diga vamos para adelante”, dijo.
En tanto señaló que, en el caso del espacio de Mauricio Macri, “el Gobierno actual si gana tiene que hacer un cambio seguro porque la economía de los últimos años nos llevó a una recesión altísima”.
La actividad inmobiliaria rural en la Argentina se mueve en un contexto de baja en los valores de la tierra.
“Los precios de los campos respecto al pasado bajaron un 30 en los últimos seis años y sin considerar la inflación en dólares si se agrega ésta, la caída fue más significativa”.
Así “los precios están en un nivel en el cual hay gente interesada, igual hay contraofertas como todo lo que se mueve con este plazo de 60 días de futuros, hay gente que busca oportunidades, igual salen operaciones”.
Con relación a las compra-ventas de campos que se realizan, Christensen afirmó que “se vende todo lo que está en precio, que sea muy interesante para el comprador o negocios de oportunidad, en cuanto a que se vende la fracción vecina, el campo de al lado, el campo de enfrente y que normalmente no lo puedo comprar”.
En Pergamino, en el corazón de la zona núcleo productivo el valor de la hectárea que supo estar en 17 mil dólares, hoy vale 12 a 13 mil dólares y en las zonas marginales hay de todo como en botica.
“En la Patagonia la tierra vale muy poquita plata, los precios patagónicos bajaron mucho y hay menos demanda, un tema del resultado de la explotación, encima el riesgo productivo que se suma al riesgo económico y político: es negocio para pocos”, indicó este martillero, titular de CAIR.
El Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (InCAIR) que publicó la Cámara, de agosto 2019, estuvo en sólo 28.76 puntos.
Este índice refleja la actividad del mercado inmobiliario rural en todo el país y la base del InCAIR es de 97,5 puntos, que corresponde en forma histórica al pico máximo de actividad registrado en septiembre de 2011.
Mientras que el informe que acompaña al índice destacó la existencia de una caída intermensual de casi 15 puntos, 33,85 % menos respecto al mes de julio y debido a que hubo 10 días de actividad moderada previo a las Paso del 11 de agosto, la baja del sector no fue mayor.
“Las restricciones cambiarias, la persistencia de altas tasas de interés y la cercanía a las elecciones generales de octubre son un combo imposible de evitar que en el corto plazo actuarán como un freno a la actividad”, se enfatizó.
El InCAIR se conforma, principalmente, por resultados de la encuesta mensual de actividad efectuada entre socios de la Cámara de todo el país y cantidad de avisos publicitarios de campos en venta o alquiler en los principales medios gráficos de tirada nacional.
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