Por Verónica Palmero*.
Buenos Aires, 23 septiembre (Especial para NA) — No cabe duda de que el contexto actual modificó las rutinas desde todos los ámbitos posibles.
De manera precipitada, todas las empresas hemos tenido el desafío de trasladar las tareas de las áreas incluso más impensadas, a los hogares.
Hoy las oficinas se encuentran desocupadas y cada colaborador descubre su espacio laboral en su casa.
Acostumbrados a otro tipo de dinámica en esos espacios, se hace difícil encontrar la concentración y el foco para dedicar el 100% de la atención en el trabajo.
La implementación del teletrabajo nos desafió a todos, ya sea como empresa o como empleado.
Pero desde el primer momento decidimos ir incorporándolo de manera progresiva, de hecho, las semanas anteriores a que se decretara el aislamiento social preventivo y obligatorio, fuimos implementándolo en los gestores que pertenecieran a grupos de riesgo y ampliando la plataforma de forma preventiva en caso de que toda la planta pase a trabajar home office y así fue.
Afortunadamente el rubro de las cobranzas nos permite seguir operando a la distancia, de forma tal que pudimos adaptar la operación rápidamente.
Entendemos la importancia de estar conectados y cerca, por eso el verdadero desafío a distancia radica en este aspecto.
Buscamos generar un espacio de acompañamiento mutuo, y el peso de mantener al equipo motivado hoy recae en las aptitudes de cada supervisor a cargo.
Realizar capacitaciones constantes y trabajar especialmente el coaching de cada uno fue uno de los mayores logros de éxito para cada uno de los miembros de la empresa.
Mes a mes, renovamos las expectativas de cada grupo para superarnos, identificamos al trabajo en equipo como un valor primordial y buscamos que dimensionen su aporte en la estructura y que visualicen que sólo se puede seguir adelante y operando con la labor de todos.
Adicionalmente, coordinamos un ciclo de charlas por videollamada dónde invitamos como disertantes a profesionales para brindar coaching, consejos posturales, físicos y hábitos para aplicar cuando trabajamos en casa y para tener en cuenta a nivel general.
Relacionado con este punto, brindamos clases de entrenamiento, stretching y meditación por videollamada, porque sabemos que es fundamental mantenerse activos en este contexto y más aún compartir actividades con otros.
El liderazgo tal como lo conocíamos antes del coronavirus cambió, hay que buscar ser útiles y generar mejores entornos laborales, por lo que contener emocionalmente a las personas, fortalecer la resiliencia y seguir adelante en esta nueva normalidad se convirtió en nuestro puntapié inicial.
Que cada colaborador se sienta contenido en la estructura de la empresa es nuestro reto diario.
Sabemos muy bien lo importante que resulta sentirse escuchado y acompañado, por eso valoramos las opiniones y las inquietudes a la hora de elevar alguna propuesta que mejore la tarea.
Es en el vínculo con el otro donde se puede trabajar la motivación. Estamos ahí en cada logro conseguido y también cuando las cosas no se dan, revisando los procedimientos junto con ellos.
Fomentamos un espacio rico en estímulos para motorizar los resultados.
El home-office es apenas el principio de las enormes transformaciones organizacionales que estaremos atravesando, por eso buscamos un equilibrio de habilidades y estrategias que ayudan entre la balanza de lo organizacional y emocional.
Aquí es dónde radica el verdadero éxito para obtener resultados productivos a raíz de una relación genuina y empática.
(*) Directora RRHH Estudio Palmero de Belizán & Asociados.
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Fuente: NA