Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF
Buenos Aires, 20 diciembre (PR/21) — La llegada de las fiestas abre una caja de sensaciones y emociones, resalta la alegría, ya que esta época se llena de sonrisas, abrazos, amor y festejo; pero en muchos casos, a la par, puede aparecer ansiedad, angustia y hasta tristeza asociada a no saber cómo relacionarnos con el alimento durante los días festivos si estoy en un tratamiento de descenso de peso.
La solución al exceso de peso nunca está en dietas extremas ni restrictivas, que nos envuelven en burbujas imaginarias y nos alejan de nuestra realidad; éstas en un momento explotan y nos hacen darnos cuenta de que requerimos mucho más que un papel que nos diga que comer cada día para sanar. Entonces… llevarnos un tupper a las fiestas, comer solo la ensalada mientras deseamos probar otros platos, no comer durante todo el día para compensar lo que voy a comer a la noche, o hasta elegir no asistir ¿No es parecido a dietar? ¿Puede la comida hacer que nos sintamos más ansiosos, atados y hasta quitarnos disfrute de la noche? ¿Dónde ponemos el foco si la solución no está en no comer ni en contar las calorías de la mesa?
Las mesas de fin de año suelen ofrecernos platos altos en calorías y no de las mejores fuentes. Por supuesto que podemos romper tradiciones y hacer platos más saludables, priorizar que en la mesa abunden ensaladas y optar por opciones alternativas a los platos fritos y llenos de crema; pero, aunque lo hagamos generalmente, uno no está a cargo de toda la comida de la noche. Es por todo esto que en un evento de fin de año no podemos solo prestar atención a la calidad alimentaria. Frente a la abundancia de comida nuestras intenciones se pierden y solemos desconectar de lo que veníamos planeando comer o hacer, no es cuestión de falta de voluntad, si no que frente a más comida y más personas más se come, eso lo solemos hacer todos los humanos.
Si el foco absoluto no puede estar en la calidad alimentaria es hora de que nos planteemos cómo y cuánto queremos comer. Mientras más presentes estamos en los sabores, texturas y olores de nuestro plato y más lento lo consumimos, menos comeremos y podremos dejar de comer con mayor tranquilidad cuando ya sintamos que es suficiente.
Te recomiendo que te sirvas UN plato, llénalo de verduras y, además, de lo que tengas ganas de probar. De esta forma vas a estar más consciente de lo que comes, el picoteo constante nos hace perdernos entre tanta comida y probablemente comer mucho más. Intenta frenar antes de comer, mirar tu plato, agradecerlo y comer lento, disfrutando y presente.
El mensaje principal es que debemos intentar que la comida no sea la principal protagonista de la noche, dejémosle eso al encuentro con los que más amamos, a las charlas con el otro, al agradecimiento y al perdón.
Te deseo unas hermosas fiestas, sin prohibiciones, pero sin excesos.
¡Feliz navidad y Feliz 2022!