Buenos Aires, 25 de febrero (PR/22).- Resumen de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires
El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia es una realidad, y los efectos ya comenzaron a sentirse en diversos mercados. Ambos actores (y la región) tienen relevancia en la producción y exportación de granos y subproductos, por lo que los precios de diversos commodities han acusado la creciente incertidumbre que este conflicto genera. En el presente informe se analizan los posibles efectos en el corto y en el mediano plazo del conflicto militar en los mercados agroindustriales, y sus impactos sobre Argentina.
Breves
• Si bien el conflicto entre Rusia y Ucrania se vislumbra desde hace meses, la magnitud con la que estalló tomó por sorpresa a los mercados internacionales.
• Los países en cuestión suman el 78% del comercio mundial de aceite de girasol, el 28% delcomercio de trigo y el 19% del maíz. La posibilidad real de una restricción se tradujo en un aumento de los precios, pero también en una elevada volatilidad en estos mercados reflejando el nivel de incertidumbre reinante.
• Sin embargo, el panorama es también alcista para los mercados de insumos agrícolas, con presiones tanto en combustibles como en fertilizantes.
• En el corto plazo, el valor exportado por Argentina podría incrementarse, como consecuencia del aumento de precios, en aproximadamente USD 1.800 millones de dólares. Resultado condicionado a la captura de los actuales precios, y a las cantidades de granos finalmente producidas en un escenario de déficit hídrico.
- Pero el valor de las importaciones agropecuarios también se incrementaría, afectando negativamente la balanza comercial, y limitando las posibles ganancias que podrían capturar los productores respecto al mayor precio de las commodities.
• De mantenerse el conflicto en el mediano plazo, los resultados de simulaciones muestran efectos al alza en los precios, con respuestas positivas en la producción argentina, que varían dependiendo de la intensidad del conflicto y las partes involucradas.
• Hoy más que nunca, Argentina precisa definir una estrategia de inserción internacional, que permita a la agroindustria constituirse en una plataforma para avanzar en este vínculo con un mundo muy complejo y cada vez más incierto.
Introducción: el conflicto en contexto
Para analizar el conflicto entre Rusia y Ucrania, es necesario remontarse, al menos, a más de tres décadas atrás, cuando en 1991 se disolvió la Unión Soviética, y sus territorios se convirtieron en repúblicas independientes. En ese momento, Ucrania logró su independencia, quedando como estado fronterizo de la Federación de Rusia hacia el Este y limitando con lo que hoy es la Unión Europea hacia el Oeste. Ucrania ha buscado su ingreso tanto a la UE como a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), cuestiones que implicarían la pérdida directa de la influencia de Rusia sobre este país.
En 2014 se sucedieron una serie de protestas en las calles de Kiev de miles de ucranianos pro-europeos en contra del por entonces presidente Víctor Yanukóvich, más afín a las ideas de Rusia.
Finalmente, enfrentamientos acabaron con la huida de Yanukóvich. Al mismo tiempo, Rusia invadió Crimea, en el sur de Ucrania, considerada una zona estratégica dada su salida al Mar Negro, y que había sido perdida tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que el objetivo siempre fue recuperarla.
Esta invasión ha generado, desde entonces, protestas y sanciones económicas contra Rusia, además de peticiones para devolver dicho territorio.
A principios de 2021, Rusia comenzó a trasladar tropas a sus fronteras con Ucrania y a la península de Crimea. Para finales de dicho año, tanto Estados Unidos como la UE señalaban que Rusia estaba preparando una invasión a Ucrania, al tiempo que amenazaban con sanciones. Durante las primeras semanas de 2022, se sucedieron reuniones de alto nivel entre diferentes partes involucradas buscando detener la escalada del conflicto. Finalmente, Vladimir Putin firmó el reconocimiento de la independencia de las regiones prorrusas ucranianas de Donetsk y Lugansk y, ordenó el envío de tropas rusas a la zona.
La UE condenó en bloque el movimiento y anunció sanciones a Rusia. EE.UU. reaccionó de similar manera, al anunciar el “bloqueo total” de las dos instituciones financieras más importantes de Rusia, la restricción de la venta de tecnologías necesarias para las industrias rusas, y sanciones personales contra Putin y su entorno. Una de las medidas más importantes vino de la mano de Alemania, que suspendió la certificación del gasoducto Nord Stream 2, controlada por el gigante
gasista ruso Gazprom. Sin dicha certificación, no puede entrar en funcionamiento.
Las tensiones se sucedieron al punto tal que, finalmente, el día 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció una operación militar en Ucrania con el objetivo de proteger los territorios pro-rusos a las que reconoció como independientes. Este desenlace genera especulaciones respecto de la evolución futura del conflicto produciendo incertidumbre tanto en el plano económico como geopolítico.
Algunas consecuencias económicas y comerciales
Si bien el conflicto aún puede escalar mucho más, tanto a nivel comercial como a nivel de enfrentamientos armados, e incluso involucrando a más países en una guerra, ya se empiezan a vislumbrar algunos efectos del mismo.
Las disrupciones comerciales debido a las sanciones, los altos precios de la energía y la interrupción de las instalaciones de producción y transporte en la zona de conflicto son tres amenazas principales para la industria de los metales y la minería debido a la escalada del conflicto entre ambos países. El impacto final en los mercados dependerá de la extensión geográfica del conflicto y la amplitud de las sanciones de represalia. Las prohibiciones comerciales, si se implementan estrictamente, eventualmente harán que los productos rusos se desvíen a otros mercados.
También la afectación de los mercados energéticos será mayor si las tensiones siguen escalando.
Rusia es uno de los mayores exportadores mundiales de gas y petróleo. Europa depende de Rusia para obtener alrededor del 35 % de su gas natural, que en su mayoría proviene de gasoductos que cruzan Bielorrusia y Polonia hasta Alemania, Nord Stream 1, que va directamente a Alemania, y otros a través de Ucrania. En cuanto al petróleo, además de las potenciales restricciones o interrupciones derivadas de las sanciones comerciales, debe señalarse que Ucrania mueve petróleo ruso a Eslovaquia, Hungría y la República Checa.
Tras el inicio de la operación militar rusa, el precio del petróleo superó los 100 dólares por primera vez en más de siete años. Esto generaría aumentos de costos de producción, que podrían trasladarse a mayor inflación, y consecuencias negativas para la balanza comercial de los países importadores netos.
Otra consecuencia del ataque fue que los inversores se volcaron en la deuda soberana de Estados Unidos, empujando los rendimientos de los bonos del Tesoro a una fuerte baja. Se ha observado una caída de los mercados bursátiles mundiales, lo que llevó a los inversores a refugiarse en valores seguros como los bonos del Tesoro de EE.UU. y el oro.
Una posible escalada del conflicto podría exacerbar estos movimientos de los flujos financieros. El relajamiento de las políticas monetarias de las principales economías para financiar el incremento de gasto militar fomentaría un escenario de mayor inflación mundial y menores tasas de interés.
Primicias Rurales
Fuente: Bolsa de Cereales de Buenos Aires