Buenos Aires, 2 marzo (PR/22) — El 4 de marzo se conmemora el día mundial de la Obesidad y la Federación Mundial de Obesidad, worldobesity.org, reunió esfuerzos a nivel global con la finalidad de concientizar a la población bajo el lema “Todo el mundo tiene que actuar”. Un mensaje que moviliza a la unión de las distintos agentes para lograr un bien común. Sin embargo, en Argentina se abre una grieta conceptual en el manejo del tema.
Por un lado, existe el activismo “gordo”, este movimiento formado principalmente por personas que viven con obesidad, tiene como objetivo principal visibilizar los cuerpos gordos y naturalizarlos frente a una sociedad que se aferra a los cánones de belleza impuestos hace muchos años, estando en desacuerdo con que la gordura se considere un problema de salud y afirmando que no todo cuerpo gordo está enfermo.
Algunos de los aspectos de este activismo son respetados por los profesionales de salud expertos en el tema que luchan contra el estigma social que viven los pacientes, trabajando en el respeto hacia sus cuerpos y repudiando la discriminación que sufren.
Sin embargo, los profesionales afirman que las personas que viven con un exceso de grasa corporal que podría, según distintos métodos de diagnóstico, considerarse como Obesidad, viven con una enfermedad más allá de que sus análisis de sangre o sus vidas sean normales. Ese tejido adiposo excesivo es considerado un órgano endocrino que produce en el cuerpo alteraciones hormonales e inflamación alterando todo el equilibrio metabólico, neurológico, endocrinológico, inmunológico y psicosocial de los pacientes, de una manera silenciosa en un comienzo, pero exponiéndolo a alta probabilidad de sufrir complicaciones y generando una respuesta patológica y no normal de su organismo en general.
Desde aquí surge el gran problema, los activistas consideran que los profesionales los reconocen “enfermos” y la lucha de los profesionales es considerar a la Obesidad una enfermedad para lograr el acompañamiento pleno que necesitan estos pacientes para sanar, apoyándolos además en su lucha social.
El 30 de diciembre de 2021 se firmó en Argentina una posición intersocietaria redactada en forma conjunta y apoyada por todos los miembros que componen la Sociedad Argentina de Diabetes SAD, la Sociedad Argentina de Nutrición SAN, la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad SACO, la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios SAOTA, la Sociedad Argentina de Cardiología SAC, la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo SAEM, la Sociedad Argentina de Medicina SAM, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial SAHA y Federación Argentina de Cardiología FAC que afirma que “LA OBESIDAD ES UNA ENFERMEDAD”, crónica, pandémica, y multifactorial, que se caracteriza por procesos fisiopatológicos que resultan en aumento de tejido adiposo disfuncional, lo que la asocia con múltiples comorbilidades, y con aumento de la mortalidad.
La obesidad es un problema mundial, con muchas causas de fondo, que genera mucho sufrimiento en la población y no podemos permitir que, en este tema, también exista una grieta. 800 millones de personas viven con la enfermedad, y millones más están en riesgo. Sabemos que las raíces de la obesidad son profundas, y la única manera de avanzar es trabajando juntos, por eso tenemos que encontrar soluciones. Abordar las raíces, favorecer el dialogo, promover el respeto y generar el acercamiento de todas las partes involucradas. Recordemos el lema de este año: “Todo el mundo tiene que actuar”.
Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF
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