Buenos Aires, 18 de abrilo (PR/22) .- Frente al auge de demanda de productos naturales para la salud y alimentación, el INTA realizó una encuesta nacional que indaga sobre los hábitos de consumo y uso de estas plantas. Esta información clave permite definir líneas de investigación y mejorar las estrategias de producción y valor agregado.

¿Quiénes y cómo? ¿Cuándo y por qué? ¿Dónde las adquieren quienes consumen plantas aromáticas y medicinales en la Argentina? Estas son algunas de las preguntas que lideraron una encuesta que realizó un equipo interdisciplinario de investigación del INTA, a fin de poder diseñar líneas de investigación en línea con las nuevas demandas de mercado y las necesidades de los consumidores para contribuir a su mejora productiva.

“El estudio permitió caracterizar a los consumidores de plantas aromáticas y medicinales (PAM) e indagar en las preferencias, formas de consumo y abastecimiento de las principales plantas utilizadas en nuestro país”, definió Ariel Mazzoni –coordinador del proyecto nacional del INTA sobre mejoramiento genético de plantas ornamentales, aromáticas y medicinales, nativas y exóticas–.

En esta misma línea, Carolina Galli –integrante del proyecto y extensionista del INTA San Luis– fue más allá y reconoció que conocer los hábitos de consumo y uso de plantas aromáticas medicinales y sus productos derivados permitirá “priorizar líneas de investigación que aporten al desarrollo de productos adecuados a las necesidades de los consumidores y mejoren la competitividad del sector en cuestión, en un marco de sustentabilidad”.

Del estudio surgieron diversos datos, tales como que, el consumo de plantas aromáticas y medicinales en el país es elevado y entre las nativas más consumidas –principalmente en infusiones– se destacan el cedrón, el burrito, la peperina y el poleo.

La gran diversidad de plantas conocidas y utilizadas por la población encuestada demostró la importancia y vigencia de las tradiciones y saberes populares arraigados en el hábito de consumo.

Con respecto al acceso, surgió que los consumidores se abastecen en comercios, en especial, en herboristerías, pero también existe una parte que cultiva sus propias plantas, tanto en zonas rurales como urbanas. “Esto nos orienta a trabajar más en líneas de colecta sustentable, avanzar en su domesticación y promover el desarrollo del cultivo”, explicó Galli.

La gran diversidad de plantas conocidas y utilizadas por la población encuestada demostró la importancia y vigencia de las tradiciones y saberes populares arraigados en el hábito de consumo. También se destaca la aceptación e interés del consumidor encuestado por productos naturales en base a las aromáticas y medicinales.

“Estas especies, especialmente las nativas poco industrializadas, encierran un gran potencial de aplicación en diversas áreas, además de la industria alimenticia y farmacéutica”, explicó Galli, quien no dudó en confirmar que, a pesar de esto, “muchos de estos recursos nativos han sido escasamente estudiados y, en algunos casos, sus poblaciones naturales se encuentran en riesgo por erosión genética”.

Asimismo, del estudio se desprendió que “en general, si bien los consumidores desconocen los sistemas de aprovechamiento y la problemática ambiental que les concierne a estas plantas, demandan información sobre sus propiedades, nuevos usos y formas de producción y consumo”.

Por esto, para Galli, resulta “trascendental” avanzar en la investigación, educación y difusión de conocimientos para la protección y preservación de las especies nativas.

A su vez, destacó la importancia de agregar valor en el diseño, en la producción y la comercialización de nuevas formulaciones y productos a base de aromáticas y medicinales para cubrir la demanda de nuevos nichos de mercado. Para este proceso, será necesario involucrar, tanto a la industria como a los consumidores y a los productores locales conocedores de estos recursos, y en especial, a los jóvenes.

Y, en este punto, la extensionista del INTA, ponderó el rol del uso de las nuevas plataformas digitales para realizar acciones de difusión y capacitación, así como para evitar la pérdida de eslabones de conocimiento en la comunidad. Y, así, se podrán conservar y revalorizar los recursos, generando mano de obra local con el consecuente desarrollo de las economías regionales.

Para concluir, el estudio destaca la importancia de la investigación dado que permitirá definir acciones de formación y acompañamiento a productores, programas de educación orientados al consumidor y nuevas líneas de investigación y desarrollo asociadas a las necesidades actuales de un mercado que demanda productos naturales de calidad para la salud y alimentación.

El trabajo fue realizado por un equipo interdisciplinario del INTA de Misiones. Bariloche –Río Negro–, Esquel –Chubut–, San Luis, de AMBA y del Instituto de Recursos Biológicos y del Centro de Investigación en Economía y Prospectiva (CIEP).

La propuesta que impulsó este equipo de trabajo en distintas regiones del país, se consolidó a partir del intercambio entre Maricel Balsamo, del INTA Cerro Azul –Misiones–, Carolina Galli y Ariel Risso del INTA San Luis, Julian Guariniello del Instituto de Recursos Biológicos del INTA Castelar, Virginia Fuentes del INTA AMBA, Nicolas Nagahama del INTA Esquel –Chubut–, y Mariana Jaldo del Centro de Investigación de Economía y Prospectiva del INTA, entre otros profesionales y del sector productivo.

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Fuente: INTA