Mendoza, 27 junio (PR/22) — En el marco de una entrevista exclusiva con Agroempresario.com, el director ejecutivo del Banco de Vinos, proveniente del Ministerio de Economía y Energía de Mendoza, Alfredo Aciar, nos contó cómo trabajan desde la cartera para otorgar mayor estabilidad y sostenibilidad al sector vitivinícola.
El Banco de Vinos es un organismo que le da previsibilidad a la industria y a toda su cadena de valor; definido por el Gobernador de la Provincia, Rodolfo Suarez, en su discurso para la apertura de las sesiones ordinarias legislativas, el primero de mayo del 2020: “Será una herramienta financiera que termine con las recurrentes crisis vitivinícolas que llevan a nuestra industria a sufrir problemas, no sólo por la macroeconomía, sino por la estructura propia de la cadena”.
En este sentido, este instrumento de política pública fue creado en el ámbito del Ministerio de Economía y Energía con el objetivo de estabilizar los ciclos de precios del mercado de traslado de los productos vitivinícolas y lograr una justa distribución de la renta entre todos los eslabones de la cadena productiva.
– Alfredo, ¿cuáles son los ejes fundamentales del Banco de Vinos de Mendoza?
El Banco de Vinos de Mendoza tiene como objetivo fundamental velar por los equilibrios de la industria con el fin de quitarle volatilidad a los precios recibidos por los productores y elaboradores; básicamente, el Banco tiene por meta lograr que el stock de vino disponible se mantenga entre 4 y 5 meses de comercialización.
– ¿Cuál es la situación actual del sector vitivinícola?
Actualmente, se terminó de elaborar la cosecha 2022, y la situación es de equilibrio.
No obstante, estamos preocupados por la caída del poder adquisitivo de los argentinos y por el retraso cambiario, ya que dichas variables impactan negativamente en las ventas de vinos en los mercados interno y externo, respectivamente.
– ¿Cuál es el eslabón más débil en la cadena del vino y con qué medidas o herramientas se trata de ayudarlo?
El eslabón más débil de la cadena es, justamente, el que pretendemos proteger con el Banco de Vinos. Es decir, los productores y contratistas; las formas de ayudarlos, desde el Gobierno de Mendoza son muchas; entre otras cuestiones, las principales herramientas son: lucha antigranizo, seguro agrícola, tarifa diferencial en la energía para bombear el agua, financiamiento acorde a sus necesidades, y lucha contra las plagas (lobessia botrana).
No obstante, las acciones del Banco de Vinos apuntan a que el precio que obtengan por su producción les de rentabilidad en sus fincas, a modo de apoyar el arraigo en nuestras zonas rurales.
– En septiembre del año pasado se presentó el primer programa de control de stock vínico, ¿cómo viene desarrollándose?
El primer Programa de Control Vínico se ejecutó en diciembre del año 2021, por sugerencia del Consejo Asesor del Banco de Vinos; se trata de un organismo colegiado donde están representados todos los eslabones de la cadena y todos los oasis productivos de Mendoza.
El resultado fue positivo, ya que luego de ser anunciado, inmediatamente, comenzaron a subir los precios en el mercado de traslado de vinos, debido a que los fraccionadores salieron a comprar vinos por precaución a que el Banco inmovilizara el supuesto excedente, del momento.
En síntesis, gracias al Programa, se tensó el mercado y mejoraron los precios, en términos reales, que es en definitiva nuestro objetivo.
– ¿Qué resultados tuvo el anticipo de cosecha para los viñateros?
El programa Anticipo de Cosecha 2022 fue exitoso, dado que logró tonificar el mercado de uvas, y se terminaron pagando los precios referenciales que había estipulado la Operatoria.
– ¿Cuáles son los proyectos a mediano plazo para el Banco de Vinos?
En el mediano plazo, seguiremos monitoreando de cerca el stock vínico para actuar diligentemente, en el caso de que la mayor pobreza y el atraso cambiarlo afecten significativamente las ventas y los precios reales que reciban los productores elaboradores durante los meses que faltan hasta llegar a la cosecha 2023.
