Por Diana Duvivier

Buenos Aires, 13 de julio (PR/22) .- Más allá de las problemáticas que afectan al sector productivo primario (el cual ya manifiesta valor agregado), los factores de producción argentinos: el trabajo físico e intelectual, la tierra y los recursos naturales con la bendición divina y el capital disponible, todavía representan el motor de desarrollo social y económico que nuestra comunidad necesita.

Es el campo de las actividades secundarias de transformación de las materias primas el que puede generar más oportunidades para la innovación, especialmente para la generación de empleo joven y un desarrollo más armonioso que evite o desincentive las migraciones del interior a las periferias de las grandes ciudades y fomente el arraigo, acrecentando las expectativas en el país y fortaleciendo las Economías Regionales.

Éste es el caso de Conservas Atacopampa, una unidad de producción radicada en Salta, cuyo Director y Fundador es Santiago de la Cuesta, un joven que, con una visión superadora, pudo hacer frente a las dificultades e inaugurar su fábrica en 2019.

Santiago actualmente tiene 28 años y comenzó el proyecto en Septiembre de 2017, con la idea de producir Escabeches y Conservas Artesanales Salteñas, a partir de un pequeño capital personal de USS 10 y con el apoyo de sus padres, vendiendo a la familia, amigos y conocidos. Creció en el rubro, teniendo que superar los diferentes desafíos ante la pérdida total de la visión que padece desde los 24 años. Su Miopía se complicó con desprendimientos de retina, agravados quizás por golpes por la práctica del Rugby y sucesivas intervenciones quirúrgicas que lo han dejado, por ahora, sin poder ver, pero con la esperanza de que para el que cree en Dios, todo es posible.

En el proceso hacia la regularización de su empresa, logró capacitarse y alcanzó financiamientos, especialmente del Municipio del Ente de Desarrollo Económico de Salta. Adquiere la mercadería de pequeños productores, como la cebolla de Coronel Moldes, el Aji Locoto de Cachi, los hongos de Cerrillos, incorporándoles valor agregado. Usa recetas familiares adaptadas, que no tapan los sabores propios de los platos en los que se los incorpore. Los frascos que utiliza son de Mendoza y realiza el esterilizado y envasado en máquina autoclave. Tiene una producción mensual de 8000 frascos, y ofrece 12 productos, entre ellos: Hongos, Berenjenas, Ajíes Locoto, Porotos Blancos, Porotos Negros, Cebollas Caramelizadas, Pimientos Ahumados, etc. Cuenta con el acompañamiento de sus padres desde los primeros tiempos de su proyecto. Ahora, junto a su hermano y socio Celedonio, comercializa y distribuye su producción principalmente en Provincias vecinas, en Buenos Aires y on line, con el deseo de llegar a ser una gran empresa en la que personas con Discapacidades puedan desempeñarse y con el objetivo de extenderse por la Argentina y conseguir exportar.

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