Buenos Aires, 27 seotiembre (PR/22) –El escenario de sequía que vive la Argentina, aunque comenzó a aliviarse muy levemente con algunas precipitaciones caídas en los últimos días luego del inicio de la primavera, aún está lejos de revertirse.

Con La Niña haciéndose presente por tercera campaña consecutiva, en un fenómeno que hace más de 20 años no ocurre, las proyecciones para el trigo son cada vez peores.

La sequía en Argentina no da tregua: ya afecta a 10 millones de hectáreas
El Servicio Meteorológico Nacional destacó que las áreas más afectadas son NOA y NEA, en donde hace dos años que la falta de agua viene impactando en los niveles productivos.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) actualizó su proyección de cosecha a nivel nacional de trigo y la ubicó en 16,5 millones de toneladas: esto es 1,2 millones de toneladas menos que el cálculo de agosto (17,7 millones) y un 28% o 6,5 millones menos que en el ciclo 2021/22 (23 millones), que –vale mencionarlo– fue récord para este cultivo.

De esta manera, el trigo va camino a su peor cosecha en siete campañas, de acuerdo con las perspectivas de la entidad rosarina.

NO SOLO LAS LLUVIAS
Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, septiembre transcurrió casi sin lluvias en buena parte de la región pampeana, tal como había ocurrido en agosto y julio.

Pero a eso se sumó una amplitud térmica letal para los cultivos: “las sucesivas heladas de setiembre intercaladas por temperaturas que han llegado a superar los 30°C en un ambiente de bajísima humedad relativa han agravado la condición del trigo y bajan las expectativas productivas nacionales”, explicó.

Desde Rosario estiman que hay 2,5 millones de hectáreas—el 40% del trigo sembrado— en condiciones regulares a malas.

Un panorama muy parecido es el que reporta al Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que afirma que el 42,4% de los cuadros en pie muestra una condición entre regular y mala.

Esta situación se da principalmente sobre el norte del país y en sectores del centro del área agrícola como el Centro-Norte de Córdoba y ambos Núcleos, donde el porcentaje de lotes con malas perspectivas llega al 90%, y ya se estiman mermas de hasta el 60% sobre el rendimiento potencial.

El diagnóstico de la entidad porteña es similar: además de las heladas, el aumento de las temperaturas continúa acortando el ciclo del cereal e incrementando las hectáreas perdidas.

RINDES EXIGUOS
Tal es así, que en estas zonas más desfavorecidas están proyectando rindes de apenas entre cuatro y ocho quintales por hectáreas, a la vez que se incrementan la cantidad de lotes que directamente se barbecharían para ser sembrados con algún cultivo de gruesa.

Hacia el centro del área agrícola, las perspectivas mejoran un poco, pero tampoco son tan halagüeñas: hay pronósticos de apenas cinco quintales por hectárea en zonas que suelen superar fácilmente los 20 o 30.

“Finalmente, en el sur del área agrícola, se observan mejoras de la condición sobre todo en el margen oeste. No obstante, aún se relevan demoras en el desarrollo por bajas temperaturas y focos de enfermedades foliares”, completa la Bolsa de Buenos Aires.

EN CÓRDOBA, UN DESPLOME
En simultáneo, la Bolsa de Cereales de Córdoba también actualizó su información sobre el trigo en esa provincia, la segunda mayor productora del país por detrás de Buenos Aires, y los datos son preocupantes.

De movida, se sembraron solo 880.000 hectáreas, la superficie más baja en nueve años, de las cuales se terminarían cosechando solo 800.000. Y de estas, más de la mitad (56%) tiene estrés hídrico por falta de agua, estrés térmico por heladas y sufre ataques de plagas y enfermedades.

“En términos generales, el cereal fue sembrado con escasa humedad en los perfiles del suelo y en este momento las reservas hídricas son mínimas o nulas, traducidas en estrés hídrico, al cual se le sumó estrés térmico debido a la ocurrencia de heladas”, coincide también la Bolsa cordobesa.

Y añade: “Al encontrarse el cultivo comenzando su periodo crítico y dado el contexto climático y sanitario, es de esperar que la situación impacte negativamente en los rendimientos y, por ende, en la producción provincial”.

 

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Fuente: Infocampo