Buenos Aires, 4 octubre (PR/22) — El impacto del dólar soja constituye un shock de corto plazo positivo en materia de reservas y estabilidad cambiaria en un contexto en el cual imperaba una reversión de la dinámica de dichas variables no sólo por el mero hecho del cumplimiento de metas sino por la creciente tensión e incertidumbre generada por el debilitamiento del BCRA y la amenaza de una interrupción más vertiginosa en el flujo de importaciones, factor clave para sostener la inercia de crecimiento económico. No obstante, dentro del dilema de la “sábana corta”, si pensamos en las consecuencias de esta medida es posible destacar un factor estrictamente cuantitativo si vemos la aceleración de la emisión monetaria requerida, lo cual generará mayores desafíos en términos de control inflacionario y pasivos monetarios, y también se han vislumbrado cuestiones de carácter cualitativo por cuanto el resto de los sectores exportadores podrían iniciar mecanismos de presión para obtener beneficios similares, desencadenando un sinfín de tipos de cambio o una devaluación generalizada.
En este sentido la profundización de medidas de desdoblamiento, que en la práctica terminan sucediendo aunque de forma excepcional como en este caso, podría implicar convalidar una inercia inflacionaria aún mayor por cuanto aquellos sectores que vean elevado su tipo de cambio efectivo tendrán la obligación de trasladar sus consecuencias al mercado interno. Este tipo de lecturas dan cuenta de lo delicado y complejo del contexto actual, en el cual cada medida necesita tener una coordinación integral y contundente por cuanto los márgenes de error naturalmente se irán cerrando cada vez más. Realizar desdoblamiento o un salto devaluatorio sin una política antinflacionaria que subordine la estrategia cambiaria podría resultar en un intento estéril en términos reales, generando únicamente una modificación de la nominalidad (escalones inflacionarios más altos).
Por su parte, si nos detenemos a observar la dinámica del precio del dólar, es inevitable correlacionar la aplicación de esta medida con la aceleración de las cotizaciones de los tipos de cambios financieros ya sea por operaciones reales de los sojeros que se han hecho de pesos excepcionales o bien por estrategias de anticipación del resto de los agentes de mercado a la luz de esta posibilidad. La imposibilidad de participar en el dólar bursátil por parte de los beneficiarios de esta medida ya durante su aplicación, es una muestra más de las vulnerabilidades del contexto actual y de la escasez del margen de maniobra previamente mencionado, volviendo entonces a quedar expuesto la necesidad de aplicar medidas con integralidad, coordinación y precisión quirúrgica.
De este modo, podría ser posible sintetizar de forma práctica a la medida de la siguiente forma:
– Efectos Inmediatos: Shock positivo de reservas, sostenimiento del crecimiento de corto plazo e impacto en dólar financiero al alza
– Efectos Mediatos: Desacople de incentivos de otros sectores exportadores y demanda de beneficios (devaluación o desdoblamiento)
– Desafíos Posteriores: Contención de la inercia inflacionaria
Por Brian Torchia, gerente de Finanzas Corporativas de Pgk Consultores, miembro de TGS Global.