De acuerdo al Monitor de Consumo del IPCVA, el asado está en el podio de los “perfumes” que más nos movilizan, junto con el olor a lluvia y el café.
Buenos Aires, 18 d enero (PR/23) .-Cuando nos preguntamos sobre cuál es nuestro aroma preferido, ponemos en marcha nuestro imaginario olfativo y un montón de vivencias y recuerdos invaden nuestros pensamientos, ¿pero cuál resulta ganador entre tantas sensaciones?
El Monitor de Consumo de Carnes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) indagó sobre la predilección por distintos aromas y olores de los argentinos. El café, el olor a lluvia y el del asado se encuentran en el podio. En el listado de los aromas preferidos siguen en orden de importancia el olor de las flores, las milanesas y el chocolate. En último lugar, quizás con alguna sorpresa, aparecen el olor a mar, a pasto recién cortado, a tostadas y a leña.
Más allá de estos promedios, los aromas a asado y milanesas despiertan suspiros más profundos entre los hombres que las mujeres. Así, mientras que un 22% de los varones menciona al olor asado como el preferido solo un 8% de las mujeres lo hace.
Más que interesante es el análisis generacional, ya que mientras el olor del ritual del asado fascina a la generación millennial (26 a 35 años), el olor de las milanesas (¿las milanesas de mamá o de la abuela?) moviliza sensorialmente a los centennials (16 a 25 años).
Cuando se indaga por la preferencia de olores entre distintas comidas, el asado le saca varios cuerpos de ventaja a otras opciones de carnes, como el pollo o pescado, e incluso hasta las pastas. Esto, al menos desde el punto de vista olfativo, deja bien en claro quién gana la batalla de los domingos. Mientras que un 45% de las respuestas mencionan como olor predilecto al asado, sólo un 6% se inclina por las pastas.
Respecto a la química de la carne, quizás muy pocos tengan en cuenta a la famosa “Reacción de Maillard”, que es la que tiene lugar en procesos de cocción cuando se expone al fuego a altas temperaturas a la carne. En este caso, acontecen importantes cambios a nivel molecular en el alimento y la compleja mezcla de moléculas hace que el asado se vuelva por ejemplo más sabroso y que se añadan más matices en la degustación de sus aromas y sabores. Algunos estudios demuestran por ejemplo, que el sabor de la carne lo forman hasta seiscientos componentes diferentes.
Si de cocinar asados se trata, la leña le gana al carbón. Mientras el 61% de los argentos piensan que se cocina mejor con leña, el 39% sostiene que el mejor asado se cocina con carbón.
Alguien está haciendo asado y tu nariz lo sabe…
*Departamento de promoción interna del IPCVA.
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