En temporada de partos crecen las consultas sobre el manejo de vientres. ¿Qué patologías merecen especial atención y cómo tratarlas?
Buenos Aires, 29 mayo (PR/23) — Los bovinos son susceptibles a distintas enfermedades infecciosas causadas por virus, bacterias y parásitos, y deficiencias de nutrientes que pueden ocasionar abortos. Un buen manejo de nuestro sistema ganadero comienza con la prevención de estas enfermedades, el diseño de planes sanitarios sólidos y su correcta ejecución para asegurar el bienestar animal y llegar con buena condición al parto. El ingeniero agrónomo Nicolás Licoff (asesor privado) pasó por Agenda Aapresid para repasar sobre la sanidad bovina desde el servicio hasta el parto.
Abortos: pérdidas evitables
La mayoría de los abortos se originan por enfermedades infecciosas bacterianas como brucelosis y leptospira, parasitarias como neospora y otras de tipo viral. Siempre la recomendación es la consulta veterinaria y el cumplimientos de los esquemas y momentos de vacunación; esto implica acciones tanto previas al parto de vaquillonas preñadas como post parto en los terneros.
Algunas vacunas se aplican en todo el ganado y otras sólo a los grupos gestantes. Dentro del calendario sanitario tenemos también vacunas obligatorias, como el caso de aftosa y brucelosis, y otras de manejo que se implementan a criterio del veterinario actuante, según la zona y los antecedentes del campo.
La suplementación de magnesio no admite negociación
La hipomagnesemia es una enfermedad asociada a bajos niveles de magnesio (Mg) en sangre debido a una menor ingesta o mayor demanda por parte del animal y afecta a bovinos adultos, particularmente después de situaciones de estrés como un parto. Esa falta de Mg hace que la vaquillona realice mayor esfuerzo en el alumbramiento y tenga partos prolongados. Consecuentemente, la cría no nace rápidamente y se interrumpe el suministro de oxígeno en el canal de parto, resultando en terneros nacidos muertos o inclusive la muerte de la madre.
El aporte diario de Mg al animal es necesario sobre todo en períodos de mayor requerimiento como gestación y lactancia. El asesor hace hincapié en que “la suplementación de Mg debe ser una estrategia de manejo hasta después de terminada la parición y hoy en día contamos con numerosas herramientas para hacerlo”.
Manejo del rodeo de vaquillonas
Las pariciones agrupadas por mes o por tercios (primeros dos meses y cola del último mes de parición) permite una mayor atención a los partos y gestionar mejor los recursos humanos, las herramientas sanitarias preventivas y la suplementación nutricional.
Con la tendencia a los entores de vaquillonas de 15 meses, cobra relevancia el cuidado de las vacas jóvenes con cría. Servir vaquillonas de 15 y 16 meses de edad es una práctica donde se le “gana” un año de vida útil y el beneficio de mayor eficiencia de producción.
Licoff recomienda hacer este tipo de entores en aquellos sistemas donde uno pueda garantizar la correcta recría pre-servicio y post-parto, ya que en definitiva esa vaca pare muy joven, y con su cría al pie debe continuar su desarrollo hasta llegar a adulto. Un mal manejo puede desencadenar una serie de problemas fisiológicos como retrasos en tomar servicio, disminución de la fertilidad de los celos y bajos porcentajes de preñez.
Afortunadamente en nuestro país existe genética de toros de razas cárnicas y lecheras probados en cuanto a facilidad de partos, es decir, que utilizados en vaquillonas permiten reducir el número de partos difíciles.
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Fuente: Aapresid