Buenos Aires, 11 de julio (PR/23).- Ricardo Yapur, de Rizobacter, dijo que el sector debe buscar que la sociedad urbana lo considere un actor importante de la economía del país; su preocupación por las retenciones
“Debemos saber vender lo que hacemos sin mostrarnos como víctimas”. Con esa frase incómoda, Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter, planteó el rol que debe tener el campo en una Argentina espinosa y politizada y, con un futuro por delante más que incierto. También alertó que por las retenciones el sector se está quedando “atrás” de otros países competidores.
Para el directivo y también productor agropecuario, hay que integrar el campo con la ciudad, reconsiderar el vínculo con la sociedad, ya que cada vez que el sector crea riqueza, esta vuelve a los pueblos del interior.
“Siempre se muestra que nos levantamos temprano y que hace frío pero, al que trabaja en una fábrica le pasan las mismas cosas y encima viaja dos horas para llegar. El campo debe buscar que la sociedad urbana lo considere un actor importante de la economía del país. A diferencia de Brasil, los productores argentinos no saben comunicar lo que hacen. Es mentira que el campo no genera puestos de trabajo: a la política le conviene hacer creer que con dos peones se siembran 1000 hectáreas”, dijo el empresario, durante el encuentro Argentina Visión 2040, organizado por ADBlick Agro, Argensun y el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, en la Usina del Arte.
“Debemos destacar todo lo que hacemos bien para que nos comprendan. Por ejemplo, la siembra directa que se hace para no agredir el medio ambiente; los fitosanitarios que están autorizados por el Senasa y que tienen normas internacionales para su registración; que las empresas destinan más del 10% de su facturación anual para investigación y desarrollo. Una investigación lleva más de 10 años de trabajo y una inversión de más de US$250 millones. Debemos seguir trabajando en la huella de carbono que es un tema importante para poder exportar a la Unión Europea. El campo que debe estar a la altura de los requerimientos que la gente busca. Es nuestro desafío que la sociedad urbana nos entienda para alcanzar el desarrollo soñado por todos”, añadió.
Una cosa no menor, señaló Yapur, es que se debe discutir de ganadería y agricultura en base a la ciencia y no a la ideología, esto es una cosa de que debe cambiar.
Por último, aseguró que el productor debe mirar más hacia afuera porque hoy solo mira tranqueras adentro, fruto de soportar las “brutales retenciones que lo obligan a ser extremadamente eficientes en su explotación”.
“Fruto de los derechos de exportación nos estamos quedando tecnológicamente atrás con respecto a otros países. Por ejemplo, 20 años atrás Brasil tenía un rendimiento promedio de soja de 2400 kilos por hectárea y hoy tiene 3400 kilos. En ese mismo periodo, nosotros pasamos de 2800 a 3100 kilos, es decir nos sacó 700 kilos de aumento de rendimiento por el uso de tecnología”, cerró.
Modelo de gestión de una empresa argentina
En un contexto de una economía vacilante, en el mismo encuentro, un CEO de una empresa del sector agropecuario de capitales argentinos contó cómo hacen para sobrellevar las turbulencias y vicisitudes. Se trata de Ignacio Bartolomé, CEO de GDM, quien compartió el modelo de gestión que tienen en su compañía de tecnología, en la que se dedican al mejoramiento vegetal, desarrollan variedades e híbridos a nivel global y, donde el 25% de la facturación la reinvierten en investigaciones.
“De las 1500 personas conforman el equipo, el 80% está afuera de la Argentina. Hoy todo el mundo habla de contexto cambiante, con una incertidumbre de futuro por la guerra y la pandemia; pero en la Argentina el contexto siempre ha sido cambiante. Por eso nuestra compañía tiene una cultura de ajustarse rápidamente al cambio y reaccionar frente a las situaciones. Eso fue algo más que positivo que nos ayudó a expandirnos a nivel global porque los equipos están preparados para adaptarse frente a los cambios”, explicó.
“Nuestra misión es expandirnos con los negocios a nivel global con diferentes productos y territorios y el desafío es cómo hacemos para llevar adelante esa estrategia, teniendo en cuenta que los contextos cambian en cada país y hay que tomar decisiones específicas en cada país sin perder tiempo”, añadió.
A este programa que puso en marcha GDM lo llama “1+4″, donde el +4 busca discutir junto con los equipos locales la estrategia a largo plazo de la compañía, planteando desafíos y que los equipos traigan las soluciones y el 1 representa no perder de vista el año siguiente y cumplir los presupuestos con todos los detalles.
“A lo largo del año, vamos teniendo diversas reuniones, donde discutimos los temas que consideramos más importantes para que ese ‘+4′ suceda y, todos los años vamos adaptando y avanzando hacia adelante. Esto nos sirve para dar autonomía a las regiones para que puedan tomar decisiones pero no pierdan de vista cuál es la estrategia de la compañía”, expresó.
La gestión es a través de líderes autónomos, tratando de marcar el camino sin estar encima, “sino marcando y descubriendo ese rumbo, son ellos los que toman las decisiones”.
Por otra parte, Bartolomé destacó la importancia que tiene para el país tener una nueva ley de semillas. “Debe estar en agenda. Frente a un no cambio de contexto, decidimos tomar el toro por las astas y en una iniciativa privada a un problema público que se llama “Sembrá Evolución”, que busca premiar a aquellos productores que respetan y quieren pagar la propiedad intelectual porque entienden que es parte del desarrollo productivo del país. Es un beneficio para ellos a largo plazo”, finalizó.
Fuente: Mariana Reinke – La Nación
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