Por Gerardo Choren
Los empresarios del sector estiman que durante el resto del año la situación seguirá en terreno negativo, con pérdidas superiores al 50% en comparación con 2022.
Si se comparan los primeros siete meses del año pasado con el mismo período de 2023, el sector cerealero-oleaginoso perdió valores de ventas al exterior por un 42%, de acuerdo con el reporte sectorial.
La caída en la comparación interanual en julio “es el resultado de la magra cosecha gruesa, fuertemente impactada por la sequía, el inicio del dólar especial del Decreto 378/23 y la situación económica general”, explicó CIARA-CEC.
Y añadió que, en lo que va del año, las empresas liquidaron un total de US$ 12.956.694.105 millones.
El ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible, según las entidades empresarias.
Datos oficiales indican que el complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año pasado el 48 % del total de las exportaciones de la Argentina; el principal producto de exportación del país es la harina de soja (14,2 % del total.
En este marco, el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, sostuvo que el ingreso de divisas estuvo “fuertemente impactado por la enorme sequía, que provocó una perdida anual de más de US$22 mil millones”.
También dijo que, en comparación con enero-julio de 2022, en el mismo período de este año se liquidaron US$10.000 millones menos, a raíz de la falta de lluvias. Idígoras señaló además que el ingreso de divisas mejoró durante los últimos días de julio, a partir del decreto que otorgó un tipo de cambio diferencial para las economías regionales, lo cual, dijo, “traccionó la oferta de los productores”.
A su criterio, durante el resto del año la situación “va a seguir siendo negativa, sobre todo para una industria que calcula pérdidas superiores al 50% en comparación con 2022”.