Buenos Aires, 25 octubre (PR/23) — Marketineramente, y al sólo propósito de ejemplo, esta opinión lleva el término “recreativo” en su título por ser más gráfico para abordar el tema propuesto, pero es necesario aclarar desde el inicio que no es la terminología recomendable para generar un debate profundo y sincero en la agenda pública de la argentina, pues sería más apropiado referirnos al tema como “Uso Adulto Responsable” y así lo haremos más adelante.
El “uso recreativo” usado para entablar la discusión pública encuentra oposición rápidamente como fundamento válido de aquellos detractores a la legalización que seguramente esgrimirían que podría resultar demasiado tentador para los jóvenes y adolescentes, curiosos y aventureros por naturaleza. Nada más alejado del propósito de ésta nota que difundir o propiciar el uso del cannabis de manera recreacional, especialmente en el público jóven. Pero su uso y aceptación en el público adulto es una realidad y al mismo tiempo una problemática desde el punto de vista jurídico que debe ser abordada por los legisladores y tomadores de decisión, ya que como dice el dicho, resulta ser un elefante dentro de la habitación.
Como punto de partida se proponen cinco aspectos fundamentales, pero no exclusivos, que pueden servir de bujía para el inicio de una conversación más profunda y técnica sobre el tema, que se consideran de una trascendencia relevante.
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Mercado ilegal y narcotráfico.
Como punto de partida se puede identificar a la lucha contra el narcotráfico y al mercado ilegal como una problemática actual de nuestro país y que la regulación del cannabis, sin ser determinante, podría resolver en parte, especialmente en lo atinente a los delitos transfronterizos y en la captación de jóvenes vulnerables en determinadas regiones y localidades.
En este punto se debería poner especial énfasis a la reglamentación teniendo en cuenta que los resultados perseguidos podrían diferir enormemente conforme nos han enseñado las experiencias del Uruguay y de Canadá por ejemplo.
Mientras el primero, que fue el primer país del mundo en legalizar completamente la planta, reguló fuertemente el porcentaje del THC, componente psicotrópico del cannabis, ofreciendo a los consumidores muy bajas potencias en las flores dispensadas legalmente, dando como resultado que los consumidores continuaran durante varios años acudiendo al mercado informal ya que no encontraron satisfechas sus necesidades con la oferta legal, tan es así que recién hace unos días, 10 años después de iniciado el proceso regulatorio del 2013, logró que el 51% del total del cannabis comercializado provenga de fuentes legales, para lo cual que debieron flexibilizar la postura inicial aumentando la potencia del mismo a 9% de THC, que si es comparado con la implementación en canadá sigue siendo considerablemente baja.
Canadá por su lado legalizó el uso adulto en 2018 y desde el inicio se pueden comprar en el mostrador y de manera completamente legal, flores secas de cannabis con más de 17% de THC promedio y se informa hoy en día que esas potencias llegan a superar incluso el 30% de este cannabinoide, como resultado ha logrado que en la mitad de tiempo que le llevó a Uruguay, o sea 5 años desde su legalización, más del 70% del cannabis comercializado proviene de fuentes lícitas. Como se aprecia, la reglamentación difiere mucho en los resultados perseguidos, si se quiere atacar al narcotráfico o a los cultivadores ilegales, se debe ofrecer productos similares a éstos, sino, los productos legales, además de los costos de las barreras propias del mercado y de la regulación, sumado a los impuestos estatales y nacionales, siempre correrán por detrás y los resultados de la experiencia serán negativos.
Asimismo, se puede destacar a la regulación actual argentina como una buena base en cuanto a su carácter centralista, ya que en Canadá, al igual que sucede en los Estados Unidos por la falta de una legislación federal, se evidencian disparidades provinciales.
En Canadá las provincias no están en igualdad de condiciones. En Manitoba y Quebec, por ejemplo, todavía es ilegal cultivar cannabis en casa para fines no médicos. La falta de diversidad de productos legales en Quebec (como los comestibles o los vaporizadores, que siguen prohibidos) deja a muchos consumidores insatisfechos y entregan esta categoría de productos al mercado ilícito.
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Impacto social e incremento del consumo
Otro de los aspectos que suelen utilizar los opositores a este tipo de medidas es el incremento del consumo. Para el caso de Uruguay no se han encontrado datos oficiales que echen luz al tema del aumento del consumo en general, pero sí se aprecia un crecimiento sostenido en cuanto a los usuarios registrados, y eso se debe a que para adquirir en farmacias los productos legales es preciso registrarse ante el gobierno.
Por el lado de la experiencia canadiense, que se considera mucho más detallista y efectiva, los informes de Statistics Canada muestran que el consumo entre los jóvenes de 15 a 17 años no ha aumentado desde la legalización, y que el consumo sigue siendo más común en el grupo etario de 18 a 24 años, lo que desmitifica una de las principales preocupaciones de los opositore. Asimismo, y destacable, señala incluso que la edad media de iniciación al consumo ha aumentado ligeramente con el tiempo, concluyendo dicho informe que la legalización del cannabis en Canadá ha reducido significativamente el estigma asociado al cannabis sin aumentar su consumo en general.
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Justicia: Reducción de casos relacionados con cannabis
Con relación al impacto en la justicia en Uruguay, a pesar de que no se persigue como antes de la legalización al consumidor, las mismas causas referidas en el punto 1) sobre la disconformidad de los consumidores con la oferta legal en farmacias por su baja potencia, generó otro inconveniente en cual sí interviene la justicia y las fuerzas policiales que son los allanamientos a los denominados “clubes cannábicos” o cultivos irregulares o ilegales, que se dedican a satisfacer esa demanda y son fuertemente perseguidos.
Sin embargo, en Canadá, de manera bastante mecánica, el número de casos judiciales relacionados con el cannabis disminuyó un 73% para las mujeres y un 83% para los hombres conforme a los informes de Statistics Canada. Los delitos relacionados con el cannabis denunciados por la policía cayeron de 99 por 100.000 habitantes en 2018, el año de la legalización, a 28 por 100.000 habitantes cinco años después.
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Impacto en la salud y sus costos
Nuevamente se destaca en este punto, al igual que en muchos otros, la falta de informes oficiales con datos precisos de Uruguay, algo que es fundamental para la implementación de este tipo de medidas y su posterior seguimiento para analizar resultados. Pero se harán referencias a algunos datos de Canadá que son muy completos y sobre un interesante informe de Estados Unidos.
Si bien la legalización del cannabis en Canadá ha abierto nuevas puertas para los consumidores adultos responsables, también ha generado preocupaciones sobre la salud. Un estudio realizado en Ontario y Alberta informó de un aumento preocupante del 20% en los casos de intoxicación y trastornos relacionados con el cannabis.
Otro estudio realizado en Ontario, encontró que los ingresos a urgencias se habían multiplicado considerablemente debido al síndrome de hiperemesis cannabinoide, a menudo debido a un consumo sustancial y repetido.
Asimismo, los reportes destacan un consenso de los expertos en que es necesario más prevención y educación en Canadá para abordar eficazmente estos desafíos de salud.
Por otro lado, un informe de los Estados Unidos publicado en la “Journal of Drug Policy” destaca que los beneficios en cuanto al uso medicinal de cannabis se manifiesta con prominencia entre el 3er y 9no año post legalización cayendo sustancialmente las primas de los seguros de salud, principalmente por la reducción de las consultas y el menor uso de opioides, otro informe destaca que en los estados donde se reguló el cannabis medicinal las farmacéuticas experimentan pérdidas que alcanzan los 10.000 millones de dólares.
Además como fundamento no deseable pero real pro legalización del cannabis con respecto a los costos en salud para el sistema, se pueden destacar decenas de estudios que evidencian que el consumo de cannabis confiere un menor riesgo que el tabaco de contraer enfermedades pulmonares como el cáncer de pulmón o EPOC, asimismo se debe destacar que la Organización Mundial de la Salud reporta que más de 130 por cada 100.000 fallecimientos son a causa del tabaco y más de 30 por cada 100.000 fallecimientos a escala mundial se debe al consumo de alcohol, siendo ambas drogas legales en la Argentina y que no se registran en el mundo muertes a causa exclusiva por consumo de cannabis, evidenciando también un menor costo para la sociedad en general.
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Impacto económico
Desde un punto de vista económico, se hace referencia nuevamente a Canadá donde el gobierno federal es el principal beneficiario de la legalización del cannabis. La industria legal del cannabis ha aportado aproximadamente 30 mil millones de euros al producto interno bruto de Canadá desde la legalización, y el mercado de uso adulto responsable gira alrededor de 3 mil millones de euros al año.
Consideración final
Se debe reconocer que toda la información volcada en la presente nota es parcial y no intenta nada más que aportar ejes de considerable ponderación para el inicio, eventualmente, de un debate que deberá ser profundizado con mayor información y datos concretos y aportes científicos desarrollados por profesionales especialistas en cada uno de los sectores aquí mencionados. Solamente se incluyen algunas referencias de datos que validan la oportunidad de una conversación en ese sentido.
por José Pizarro
Abogado – Director de Future Farm Hemp Argentina – Co Fundador de @nem.sin – Skincare con CBD