Fuente: www.expoagro.com.ar
Desde la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) destacan el crecimiento de esta sinergia en los campos argentinos, a través de las ventajas competitivas que presenta el sistema silvopastoril para ambos sectores.
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) realizó el viernes 1º de diciembre su 144º Congreso Maderero en el que se destacaron siete conferencias de temas diversos como inteligencia artificial aplicada a la industria de la madera, pymes y el legado familiar, desafíos de la construcción con madera y el rotulado.
Con la presencia de integrantes de las 28 cámaras que conforman la Asociación que este año celebró sus 90 años de trayectoria, se debatieron los temas coyunturales de la industria maderera, con un expreso pedido al nuevo gobierno nacional de “una macroeconomía estable y un tipo de cambio competitivo para planificar negocios a mediano plazo”. Además, demostrando el potencial exportador de la industria maderera y la foresto industria, se resaltó que es un sector que puede atraer 7 mil millones de dólares en inversiones, crear 186.000 mil nuevos empleos y aumentar las exportaciones en 2,6 mil millones de dólares.
En el acto de apertura Román Queiroz -presidente de FAIMA- afirmó que “es imperativo que el nuevo gobierno impulse la capacidad exportadora de nuestra foresto industria, ya que ello no solo beneficiaría al sector en particular, sino que también contribuiría al fortalecimiento de la economía argentina en su conjunto”. A su vez, destacó el potencial estratégico de la construcción con madera y dijo: “La construcción con madera no solo contribuye a aminorar el déficit habitacional, proporcionando viviendas de calidad, sino que también desempeñará un papel crucial en la mitigación del cambio climático al almacenar carbono en las estructuras, generando así riqueza medioambiental de manera sostenible. En resumen, el futuro del sector maderero argentino depende de una combinación equilibrada de estrategias, tanto a nivel nacional como internacional. Con un enfoque integral y colaborativo, podemos asegurar un desarrollo sostenible que beneficie no solo a la industria, sino a toda la sociedad”.
El campo y la actividad forestal
Uno de los eslabones que se integra cada vez más a la industria forestal es el campo, sobre todo el sector ganadero. Para conocer cómo se relacionan y benefician mutuamente, dialogamos con Mercedes Omeñuka, Secretaria General y Coordinadora del Departamento de Aserraderos, Envase y Forestación de FAIMA.
“Tenemos que trabajar de manera integrada, la industria con el campo”, afirmó. En ese sentido explicó que, sobre todo en la zona del litoral argentino (Entre Ríos, Corrientes y Misiones) se está implementando el sistema silvopastoril. Esta práctica agroforestal consiste en la combinación intencional de árboles, plantas forrajeras y ganado en la misma superficie buscando la estabilidad ambiental, social y económica.
La Secretaria General de FAIMA, explica que “este sistema está avanzando porque la gente que tiene forestación arrenda a los ganaderos para que críen sus vacas y, además, el propio forestador incorpora ganadería”. En la provincia de Corrientes, por ejemplo, ya existen bajo este sistema entre un 15 y 20% del total de hectáreas forestadas. En cuanto a la modalidad de arrendamiento explica que “el forestador, cuando logra tener árboles medianamente grandes, ofrece al productor ganadero el predio donde puede incorporar ganado, allí encuentra buena pastura y además le sirve al forestador como otra alternativa de controlar los incendios, porque los animales transitan permanentemente entre lotes. De este modo también se produce la sinergia industria-campo”.
Para optimizar los resultados, es importante tener en cuenta en la elección de las especies forestales las características del terreno y el objetivo de producción, así como la respuesta de la especie ante su inclusión en un sistema agroforestal. En el caso del litoral se cultivan pinos, cuyo destino va desde triturado, aserrado o laminado. De estas plantas también se extrae la materia prima para diversos productos para producción de gomas, pinturas, tintas, perfumes, aditivos alimenticios, entre otros. Otra especie apta es el eucalipto que se puede cultivar para la elaboración de papel, cartón corrugado, madera aglomerada, tableros de fibra, postes telefónicos, tablas aserradas y de bobinado.
Mirada sostenible
Se puede decir que la implementación del sistema silvopastoril es una relación en la que todos ganan ya que, además de diversificar la actividad económica, promueve las siguientes ventajas competitivas respecto de los sistemas ganaderos o forestales puros en el aspecto productivo, ambiental y social, tal como detalla Omeñuka:
-La ganadería genera gases de efecto invernadero pero con la forestación se produce un balance.
-Con este sistema de cultivo el ganado tiene muy buena pastura y mayor peso.
-Se optimiza el uso de recursos.
-Es compatible con la producción de madera de calidad.
En el caso de la exportación a la Unión Europea, tanto la industria forestal como la agrícola y ganadera deben certificar ser libres de deforestación. “Esta normativa es para forestaciones que se hicieron nuevas a partir del año 2021. Lo que se plante tiene que ser en zonas que no fueron deforestadas para la actividad, sino que se debe realizar en una zona apta”, explica Mercedes y agrega que entre el 40% y 50% de la producción maderera de todo el país se envía al exterior.
La mujer en la industria forestal
Tradicionalmente la foresto industria fue un sector liderado por hombres. Sin embargo, como en muchas otras actividades, en los últimos años las mujeres comenzaron a ocupar diversos espacios no solo administrativos sino también productivos. Mercedes Omeñuka es un claro ejemplo de ello, además de ser Secretaria General de FAIMA, integra la Asociación Madereros y Afines de Corrientes (AMAC) y es dueña de su propio aserradero familiar.
“El rol de la mujer fue cambiando, está ocupando un papel de igual a igual en cualquier actividad de la industria”, afirma y reconoce que a veces “somos nosotras mismas las que nos cuesta animarnos a involucrarnos en el sector”. En ese sentido, no duda en aconsejar que “se animen”.
Una dupla beneficiosa
Un punto importante, según Omeñuka, para que la industria forestal pueda seguir creciendo e incluso incorporándose al sector ganadero, es que se continúe con la actual ley 25.080 de Promoción Forestal actual que vence en 2029, a través de la cual se subsidia la plantación forestal y otorga exenciones impositivas. “Es importante para que se sigua reforestando, sobre todo para la zona del litoral que es el polo foresto industrial del país”. A su vez, recordó la necesidad de que se promulgue el proyecto de ley del Programa de Sustentabilidad Ambiental y Seguros (PROSAS) que financiaría los programas forestaciones, como así también “es importante que se avance con el Proyecto de Ley de grandes inversiones foresto-industriales”, dijo.
Con la interacción que promueve el sistema silvopastoril a través de la forestación, los productores pueden obtener un incremento de la productividad forrajera y su concentración proteica, disminuir los riesgos de incendio por el pastoreo, y alcanzar un efecto menor de las heladas y sequías prolongadas sobre la pastura o pastizal. En definitiva, a partir de la utilización de este sistema se logra una sinergia que permite obtener la madera de los árboles y alimento para el ganado.
Por Paola Papaleo