Por Tomás Rodríguez Zurro – Emilce Terré – Julio Calzada de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)
Rosario, viernes 5 julio (PR/24) — La producción de carne bovina en 2023 aumentó a 3,3 millones de toneladas, impulsada por la sequía, pero redujo los stocks a 52,8 millones de cabezas, la cifra más baja en una década. Las exportaciones crecieron en volumen, pero cayeron en valor.
Con la sequía como factor impulsor, el sector bovino cerró el 2023 con un fuerte aumento en la producción de carne a costa de la desinversión de stocks. Según datos de la Secretaría de Bioeconomía, la faena bovina superó en el último año los 14,5 millones de cabezas, y la producción se ubicó en 3,3 millones de toneladas de res c/hueso, marcando así ambos indicadores un incremento del 7 y 4% respecto del año anterior y registrando el valor más alto desde el 2009.
De esta disparidad en las tasas de crecimiento de la faena y la producción se deduce que el peso promedio de los animales enviados a faena se recortó de un año a otro, producto de la menor oferta forrajera a causa de la sequía.
La contracara de este incremento en la producción es una caída en las existencias bovinas en el país. De acuerdo con los datos de stock bovino al 31 de diciembre de cada año de la Sec. de Bioeconomía, las existencias a finales del año pasado se ubicaban en 52,8 millones de cabezas, lo que implica que el año cerró con una caída de 2,7% o 1,5 M de animales respecto del 2022. Esta es la mayor caída anual desde el 2009, año en que las restricciones a la exportación de carne bovina precipitaron una liquidación de stock por parte de los productores. Asimismo, producto de esta caída, el stock ganadero a finales del año pasado se ubicaba en su nivel más bajo en 10 años.
Por el lado de los consumos de carne bovina, el incremento productivo del 2023 tuvo su correlato tanto en lo absorbido por el mercado interno, así como en lo despachado al exterior. El consumo aparente de carne bovina en Argentina alcanzó 2,44 millones de toneladas, un 4% más que en 2022 y el mayor guarismo en 5 años. Las exportaciones, en tanto, aumentaron un 6 % interanual y alcanzaron su segundo mejor registro anual desde 1990, quedando solo detrás del 2020.
No obstante, a pesar del buen desempeño exportador en términos de volumen, medidas en valor, los despachos al exterior se recortaron respecto del año previo. En el último año se exportó carne bovina por un valor de US$ 2.656 millones, 20% por debajo de los 3.290 millones del 2022. Esto responde a una caída en los precios promedio de exportación medido en dólares por toneladas de res c/hueso, que en el 2023 cayeron casi un 25% con relación al 2022, según datos de la Sec. de Bioeconomía.
Los datos para los primeros cinco meses de 2024 contrastan con los números del año pasado. Como consigna el especialista Ignacio Irirarte en una de sus ediciones del Informe Ganadero, el menor nivel de existencias y el destete del corriente año determinarán una menor faena y producción de carne en 2024, lo cual ya es palpable en los datos del sector hasta el mes de mayo, tal como publica la Secretaría de Bioeconomía.
El total de animales faenados en los primeros cinco meses del año alcanzó 5.513.000 cabezas, mientras que la producción de carne bovina en se ubicó en 1,26 millones de toneladas, registrando ambas una caída del orden del 8% respecto de igual período del año anterior. No obstante, cabe aclarar que estos números se encuentran por encima de valores de años previos, en los que los que la sequía no impactó en gran magnitud en el número de animales enviados a faena.
Por el lado del consumo, el desempeño es dispar en el ámbito interno y el frente externo. El consumo aparente de carne bovina en el país en los primeros cinco meses del año está dentro de los valores más bajo de la serie. De hecho, entre enero y mayo de este año se absorbieron internamente 870.000 tn res c/hueso, sólo superando a igual período de 2021 y marcando una caída del 14% respecto de los primero cinco meses del año pasado.
Además, un dato adicional que da una idea de cuán deprimido se encuentra el mercado interno es que la participación del consumo en la producción de carne bovina se encuentra en valores mínimos desde al menos 1990: el 69% de la producción de carne entre enero y mayo de este año se destinó al mercado interno, frente al 75% del año pasado y lejos del 85% promedio de lo que va del siglo.
La contracara de este menor consumo es un incremento en las exportaciones en lo que va del año. Según la Sec. Bioeconomía, el volumen despachado entre enero y mayo de tn de res c/hueso alcanzó 385.000 toneladas, un 10% más que en 2023 y el volumen más alto de la serie (comienza en 1990). Sin embargo, medido en valor, la exportación solo crece 1 %, ya que los precios promedio de exportación cayeron 8 % respecto a los primeros cinco meses del año pasado.