«Sacrificaría mi existencia antes de echar una mancha sobre mi vida pública» – José de San Martín

Palabra de Honor

En los últimos años, y en particular en estos días recientes, la frase de San Martín resuena por el contraste ante el panorama actual de la Argentina. Ecos de una época donde la palabra y el honor eran casi lo mismo. Hace muchos años que una parte, una buena parte, de los funcionarios que han tenido poder en nuestro país, se ha alejado en forma definitiva del pensamiento de nuestro padre de la Patria. Hemos visto revolear bolsos, hemos visto condenados y también prófugos, hemos visto pilas de billetes contados a escondidas y hemos visto símbolos de derechos universales siendo estandarte de banderías políticas repletas de falsedad. Nos hemos cansado de escuchar griterío en actos sobre políticas inclusivas y soportado clases de moralidad dadas por personas que no pasan el menor filtro de decencia y de coherencia en su vida privada. Nos han predicado sobre amor y paz aquellos que han hecho de la grieta social un negocio. Los de antes y los de ahora. Lo de descubrir que un ex presidente es acusado de golpear a su mujer nos ha escandalizado. Y claro que es para escandalizarse. Hay otros funcionarios acusados de abusos que no parecen generar tanto rechazo, como si los sensores de la indignación estuvieran calibrados selectivamente. Es notable que ya no nos genera sorpresa volver a ver un funcionario corrupto, tal vez porque tantos escándalos nos han adormecido. El “roba pero hace” quizás ya se acepta como doctrina. Tristeza sin fin. Y, como si faltara algo, ahora estamos en discusiones en el Congreso con la SIDE y con la elección de un juez cuestionado para la Corte Suprema, y en medio de disputas internas de todo tipo. Los ciudadanos somos los que elegimos a los gobernantes, como en todas las democracias del mundo. ¿Por qué estamos tan mal como para generalmente tener un menú de candidatos a votar que pareciera reflejar lo peor de lo que somos? Sin embargo, de algún modo nos cuesta enlazar la causa con el efecto. Porque no es casualidad que el 50% de la gente de nuestro país sea definida por la pobreza. No es casualidad el aumento del narcotráfico. Ni los malos resultados de las pruebas educativas. Ni la inflación, ni el déficit fiscal, ni la falta de inversión, ni la caída de la cantidad y calidad del empleo. Causa y efecto. Principio de acción y reacción, como dice la tercera ley de Newton.
Ante este panorama, algunos deciden emigrar en busca de sus sueños. Otros querrían, pero no pueden o no se animan. Pero muchos eligen seguir acá, dispuestos a dar la pelea por un país que puede ser mejor. Convencidos de que vale la pena. Personas que desarrollan empresas o que trabajan en ellas. Funcionarios o empleados públicos que respetan su cargo y asumen su responsabilidad. Familias que inculcan valores y educan superando el escepticismo reinante. Organizaciones y personas que han tejido una red social de contención de los menos afortunados. Gente, mucha gente, que busca calidad de vida, una sociedad en la que vivir y desarrollarse, donde el mérito tenga premio, donde los más jóvenes puedan descubrir la parte amable del fabuloso país que tenemos. Siempre queda una oportunidad más, aunque siempre parezca la última. Volviendo a San Martín… “serás lo que debas ser o no serás nada”. El desafío está claro

LA MACRO EN LA MICRO
Dólar en calma y con brecha en baja es el sueño de todo Ministro de Economía en nuestro país. Y con inflación del 4% en julio. Si bien la tendencia inflacionaria es bajista, algunos economistas indican que será difícil perforar en forma sostenida este valor. El superávit fiscal primario existe desde enero y el superávit financiero fue negativo en julio, pero positivo en el acumulado. Recordar que este indicador se mide sobre “base caja”, o sea que sólo indica que entró más de lo que salió, sin indicar lo que quedó sin pagar (si se difiere un pago al próximo mes, no refleja esa deuda). El Banco Central ha podido retomar en estos días la compra de dólares, pero a un ritmo muy inferior al de los primeros meses del año. Señal de alerta para el mercado, que se pregunta…¿con qué dólares van a pagar las deudas si les cuesta comprarlos? Esta duda se refleja en el riesgo país de 1500 puntos (que implica que la tasa de interés es al menos 15 puntos más alta que para los países “normales”). El gobierno ya ha dicho que el ritmo devaluatorio seguirá en el 2% mensual, que la inflación va a tender a cero y que devaluar más que eso destruiría el plan. Y parecen tener elementos para sostenerlo. Superávit fiscal y dólar controlado son dos pilares que sostienen expectativas. Aunque se vaya a reducir el impuesto País del 17,5% al 7,5%. Aunque haya atraso cambiario. Aunque deban sostener el cepo. La apuesta es conseguir dólares para salir del cepo y, si no, esperar. Dólares que en parte aporten el blanqueo, el RIGI y el superávit energético, en parte por la liquidación normal de granos, y seguramente con la expectativa de conseguir créditos de otros países u organismos que le den respaldo a cualquier movida más audaz en lo monetario.

Transcribimos los puntos más relevantes que surgen del Relevamiento de Expectativas (REM) que hace el BCRA a las principales consultoras económicas. Si bien muchas veces no aciertan, marcan tendencia, y entendemos que es una buena referencia para visualizar el escenario macro de corto plazo.

Inflación: para agosto proyectaron el 3,8% y para el año 127,4%
Producto Bruto Interno: para 2024 proyectan una caída del 3,7% respecto al 2023
Nivel de actividad: comenzaría a recuperarse en el tercer trimestre del año, con una suba de 0,4%. Para 2025 estimó un crecimiento promedio de 3,2%
Tasa de desocupación: para el segundo trimestre del año se estimó en 7,9% y de 8,1% para el último trimestre de 2024.
Tasas: pronosticaron una tasa BADLAR de bancos privados para agosto de 37,5% TNA (equivalente a una tasa efectiva mensual de 3,1%) y un leve aumento hasta 37,9% TNA en diciembre.
Tipo de cambio: las proyecciones de tipo de cambio nominal se ubican en $942,5 por dólar para el promedio de agosto de 2024. Para diciembre se pronostica un tipo de cambio nominal de $1.088,2/USD.
Exportaciones e importaciones: estimaron para 2024 que las exportaciones (FOB) totalizarán USD 77.194 y las importaciones (CIF) USD 58.512 millones
Superávit fiscal: la proyección del superávit fiscal primario del Sector Público Nacional no Financiero se ubicó en $7.384 miles de millones para 2024. Ningún participante espera déficit primario para 2024.
La economía está deteriorada hace años. Y lo sigue estando, al menos por ahora. En este escenario de dudas y expectativas se hacen los negocios y se toman decisiones en las empresas. Difícil tomar coberturas ante la multiplicidad de riesgos. Entre la razón y el vértigo, la nave va.

EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS
Mencionamos en informes anteriores que las empresas están en modo “pausa”, y no ha cambiado mucho ese modo en el último mes. La mayoría está esperando medidas o señales de mercado que mejoren sus “flacas” rentabilidades proyectadas, y la forma de hacerlo es esperar. Pero, en los ciclos biológicos y comerciales, no siempre esta alineación es posible, y lleva a los productores a tomar decisiones a último momento. ¿Esperar qué? Alguna medida del gobierno (devaluación, algún tipo de dólar soja, baja de retenciones, unificación cambiaria, baja del impuesto País) que mejore la expectativa de rentabilidad de la campaña que viene. O que estimule a liquidar el remanente de cereal de la campaña pasada o bien acelerar la compra de insumos para lo que viene. También, esperar una recuperación de precios internacionales. Precios que han bajado en forma significativa y que no existen señales todavía de su posible recuperación, lo cual es otro freno a la venta del cereal remanente y de la decisión de qué cultivos sembrar en la gruesa. Y mientras tanto, el tiempo pasa, las ventanas biológicas de los cultivos se acercan, las necesidades de caja hacen que se venda solamente lo necesario y a cuenta gotas, y las decisiones hay que tomarlas o nos tomarán ellas a nosotros.

Lamentablemente, creemos que no habrá medidas económicas ni señales de mercado en el corto plazo que hagan modificar sustancialmente el escenario actual. La baja del impuesto País en septiembre impactará en el precio de los insumos una vez que hayan disminuido los stock del canal comercial . Este canal se encuentra en niveles altos de stock, porque fue la manera que encontró este sector de resguardarse de la posible devaluación post elecciones. La baja de las retenciones (carnes y mantenerlas en cero en leche) no son más que una muy buena iniciativa que funciona más como una señal de dónde se desea ir, que como una estrategia de corto plazo para el resto de los granos. El gobierno menciona permanentemente que no devaluará, y la unificación cambiaria se aleja en el tiempo si no existen señales de un sobrante de dólares en la caja. Un dólar exportación distinto al dólar “blend” actual parece más una ficción que una posible realidad. Y un aumento de precios internacionales ante los buenos pronósticos productivos de EEUU, de concretarse, no parece ser el escenario de corto plazo. Todo este escenario de “pausa”, se refleja en el resto de la economía del interior del país y en aquellas industrias que dependen de este sector.

Para los que tenemos algunos años, y hemos transitado este tipo de escenarios complejos y con expectativas de bajas rentas (rentas que no soportan en el Excel mermas de rindes por problemas climáticos), sabemos que el productor ante estas situaciones echa mano a sus herramientas disponibles y a su instinto, y la síntesis de eso es el modo “pausa”.

NEGOCIO AGRÍCOLA
El mercado internacional de granos sigue su tendencia bajista de precios, producto de la combinación de varios factores. Los fundamentals (básicamente oferta, demanda y stocks) definidos por las buenas producciones esperadas de EE.UU., que ya ha superado el riesgo del mercado climático, la tasa de interés de la FED alta y la posición de los fondos vendidos. La pregunta que sigue es si estos precios llegaron a su piso o pueden seguir bajando. Y la respuesta es que en este momento de mercado, son los factores externos a estos fundamentals los únicos que podrían revertir esta tendencia. Una baja de la tasa de interés de la FED, una salida de fondos de la posición vendida, la escalada de algún conflicto bélico existente o la combinación de varios de los anteriores, son los únicos factores actuales que podrían revertir el proceso. Si nada de eso sucede los precios seguirán bajando.

El mercado local está divorciado nuevamente del mercado internacional y esto se aprecia en distintas posiciones. En las posiciones cercanas, las bajas internacionales no se reflejaron con la misma intensidad, y esto es producto básicamente del dólar blend, la retención de mercadería por parte del productor y algunas expectativas de medidas económicas por parte del gobierno (baja de retenciones, devaluación o un nuevo dólar soja). Pero, el otro dato interesante que registra el mercado local, es que en las posiciones cosecha de la nueva campaña (trigo enero, maíz abril y soja mayo) los precios están por encima de la paridad. Aun así los productores no los toman dado que su rentabilidad es baja o negativa tomando esos valores. Ahora bien, la pregunta a hacerse es ¿por qué todas estas cotizaciones a cosecha están por encima de la paridad? Y la respuesta no es sencilla, pero quizás el sector exportador tiene certezas que el resto de los participantes de este mercado no posee, como por ejemplo una baja de las retenciones. Todas estas señales y especulaciones no hacen más que favorecer la retención y la no fijación de precios.

Momento muy complejo para la toma de decisiones de venta o fijación, con mercado internacional en baja y sólo reversible por factores externos, con un mercado local divorciado del internacional, y con precios que, de tomarlos, no generan renta potencial.

La recomendación general en este tipo de mercados es tomar coberturas con opciones, y no cerrar precios en la medida de lo posible.

LA RETENCIÓN Y LAS RETENCIONES
La campaña de soja produjo cerca de cincuenta millones de toneladas., de las cuales hasta el momento sólo la mitad se ha vendido y, de las vendidas, con precio está el 51% y a fijar el otro 49%. Es decir, quedan 25 M de toneladas por vender y 37 M de toneladas para fijar precio. Y todo esto en un mercado internacional que no deja de caer.

Por otro lado el Gobierno necesita el ingreso de dólares producto de los derechos de exportación (DEX), que aparecerán cuando la misma se comercialice. Y ahí comienza la vieja historia de siempre, el relato de que los productores especulan, con el riesgo de ser considerados los nuevos “orcos” por parte del gobierno.

Sabemos que los productores retienen sus granos como una reserva de valor ante épocas de incertidumbre y como forma de esperar mejores precios. Es decir, la combinación de incertidumbre y renta es lo que motiva a retener durante el año parte de su producción. Vale aclarar, algo que pocos mencionan, que la presente fue una buena campaña productiva de soja pero con caída de precios. Esto da como resultado una muy magra renta general. No es que se ganó mucho y se desea ambiciosamente ganar más, sino que en la mayoría de los casos validar los valores actuales para la mercadería no vendida es validar una renta negativa de la campaña que pasó.

Y a partir de este punto comienzan las especulaciones de todo tipo sobre las medidas que pueden venir desde el gobierno (disminución de retenciones, nuevo dólar soja, etc.) Especulaciones a veces sin fundamento. Si el gobierno dejase un mensaje claro, le sacaría “ruido” al mercado y bajaría la incertidumbre. Lo cierto es que esta combinación de factores hasta el momento ha dañado a ambas partes, porque el mercado de soja bajó, el gobierno no obtiene sus dólares (y obtendrá cada vez menos si la tendencia de precios se confirma) y el productor no baja su incertidumbre y ve disminuida su renta. Pareciera que al gobierno le falta algo de conocimiento e inteligencia al respecto, y la prueba de ello fueron las expectativas frustradas de posibles anuncios en el discurso del presidente Milei en la Bolsa de Comercio de Rosario, con un discurso centrado en 100 años de decadencia, la reforma jubilatoria y la casta pero sin mencionar al campo.

Un programa a mediano plazo de baja de retenciones puede ser una medida concreta que disminuya la incertidumbre. En el corto plazo, una disminución temporal de las retenciones de soja (o un dólar soja por 60 días) ayudaría al gobierno a conseguir los dólares que necesita, siendo una solución “tipo parche” pero que descomprimiría el hoy. Sería una señal clara por parte del gobierno de entender el momento y el sector, tanto del mercado como de la etapa productiva previa a la siembra de la gruesa. Pero claro, para ello se necesita algo de conocimiento, inteligencia y audacia, características que el gobierno ha mostrado tener en otras áreas, pero no en todas.

CONFLICTO EN EL PUERTO DE QUEQUÉN
El vencimiento en el mes de Noviembre de la prórroga de la concesión que opera el elevador de granos de Quequén pareciera comenzar un posible conflicto entre el Gobernador Kicillof y la empresa que opera actualmente dicho puerto. La empresa es Terminal Quequen SA, una empresa formada por distintas asociaciones de productores y exportadores, que opera el puerto hace 30 años y los últimos dos con prórrogas anuales. El Gobernador posee la idea de generar cambios en la nueva licitación, donde aumentaría la intervención del Estado provincial. Una mala señal.

https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/disparatado-alertan-que-el-gobierno-de-kicillof-quiere-crear-una-empresa-para-manejar-parte-del-nid13082024/

NEGOCIO GANADERO
Un mes con algunos cambios. La baja a cero de los derechos de exportación (retenciones) a distintos cortes de vacas y la baja del 25% en las demás categorías (pasando del 9% al 6,75%) dieron cierto impulso a los precios. Algo así como un aumento de 150 a 200 $/kilo vivo en las distintas categorías. Ante un mercado que se había quedado mucho, es una buena noticia. Vale aclarar que en cerdos también se eliminaron y en pollo se redujeron un 25%. El novillo gordo de calidad se ubica por encima de los 2100 $/kilo, la vaca buena en el orden de los 1800 $/kg y la vaca conserva cerca de 1200 $/kg. Por el lado de la invernada, el ternero liviano pasó en poco tiempo de 2400 a 2800 $/kilo, observándose también una recuperación en el valor de los vientres preñados, fluctuando entre los $800.000 y $1.000.000. Ya comenzó la temporada de venta de reproductores de cabañas, y se nota interés de la demanda, pagando por los toros puros por cruza el equivalente en promedio a 1500 kilos de novillo, con extremos entre 1300 y hasta 2000 kilos (por supuesto que ha habido remates donde los valores fueron más altos, pero esto creemos representa los promedios más habituales). Los feed lots presentan un buen nivel de ocupación, con un negocio que por ahora cierra bien, aunque comienza la temporada de menor oferta de terneros, lo que seguramente empeore la relación compra/venta. El maíz y otros granos están “baratos”, colaborando a sostener la rentabilidad. El mercado consumidor argentino sigue retraído, en algo similar a los 42 a 44 kilos/habitante/año. Esto se da en el marco de salarios bajos pero que empiezan a ganarle a la inflación, lo cual genera alguna expectativa para el consumo. Pero falta para que este destino, donde va el 70% de la producción, se recupere fuerte en el corto plazo. La exportación se sostiene en volumen embarcado, con una demanda China que sigue siendo el mayor destino, pero con precios más bajos que el año pasado y con un tipo de cambio que se va atrasando y resta competitividad. Deberán seguir bajando impuestos o abriendo mercados, porque todo indica que no habrá una aceleración en el ritmo mensual de devaluación. La cuota Hilton se paga unos 14.000 dólares por tonelada, un buen precio, pero hay dificultad para conseguir en el mercado novillos pesados y alimentados básicamente a pasto. Hay un mercado cuya demanda crece que es parte del sudeste asiático (Vietnam, Indonesia, etc) que va a ofrecer oportunidades para diversificar destinos. Nuestro principal competidor, Brasil, está con precios más bajos y con un tipo de cambio más competitivo, lo que hace que “inunde” de oferta al mercado. Para tener una idea, el precio de la carne al gancho en Brasil es un 30% más barata que en nuestro país. Ante un stock ganadero que se ubica entre los 52 y 53 millones de cabezas, el negocio parece haber encontrado una escala adecuada. No hay estímulos para que siga creciendo, pero si en ganar eficiencia productiva y reproductiva, y hasta teniendo como meta levantar el peso final de lo que llega a los frigoríficos. Algo más se puede hacer si existen los estímulos correctos.

NEGOCIO LECHERO
En julio el precio de la leche Siglea fue de 411,70 $/litro (5628,08 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento de sólo un 2,1% respecto al mes anterior pero casi un 285% respecto a un año atrás. Todavía por arriba del índice de inflación y de muchos costos de producción. Y si bien el dólar oficial está levemente atrasado, el precio en esa moneda sigue siendo de 0,43 u$s/litro, valor muy poco frecuente al analizar series históricas. Sin embargo, están ocurriendo cambios. Como comentamos el mes pasado, hay renegociación de acuerdos entre la industria y los tambos. La Serenísima ha avisado a sus clientes que está trabajando en “un nuevo criterio de la construcción del precio”. Buscan que el Siglea ya no sea usado como referencia para fijar precios, sino que sirva sólo como índice estadístico. Si bien los criterios para definir el precio que regirán, serían los tradicionales (calidad, volumen, sanidad, permanencia, logística, regularidad de entrega), la incomodidad para el tambero se refiere a que su venta es a una “pizarra ciega”. O sea que entrega y varios días después se entera a qué precio vendió. Todavía se está negociando. Este cambio no aplica, todavía, a toda la industria. Pero siendo esta la empresa líder y de referencia es posible que se quiera generalizar. Esta situación se da en un marco donde hay menos leche producida. En los primeros siete meses del año se comercializó casi un 12% menos de leche que en el 2023. O sea que la disputa por los litros existe y se ha flexibilizado el código de que algunas empresas no buscaban leche en ciertas regiones para no competir. A nivel productivo, la base forrajera invernal es mejor que la del año pasado, aunque en algunas regiones como el oeste de la provincia de Buenos Aires las lluvias hayan sido escasas y los fríos importantes. Mucha hacienda comiendo silo o alimento balanceado de algún tipo para sostener carga o producción individual. Los alimentos están pesando algo menos que otros años en los costos totales, debido al bajo precio de los granos Para un litro de leche la relación con el valor del maíz es de 2,5 cuando el histórico es de 2. La primavera va a marcar los nuevos picos de producción en niveles que estarán asociados a la llegada o no de un año Niña.

El consumo interno sigue siendo el destino del 70% de la leche que se produce. Los precios en mostrador de quesos y dulce de leche han aumentado en julio 2024 versus julio de 2023 cerca de un 300%, mientras que la leche al tambero ha subido un 5% menos que eso. Según el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino, el consumo se ubica en los 156 litros de equivalente leche por habitante por año (incluye todos los lácteos). Si este dato es correcto, el desplome ha sido importante, ya que en años anteriores este valor rondaba los 190 litros. Poder sostener los precios y la demanda va a depender de que la capacidad de compra se recomponga. La exportación, por la cual se canaliza el 30% de lo producido, presenta un escenario diverso. Por un lado, el precio de la leche en polvo a nivel internacional, principal valor de referencia, ha subido a casi 3500 dólares por tonelada, un aumento del 7,2%. Los principales destinos son Brasil (41%), Argelia (29%) y Chile (9%). El producto más exportado es la leche en polvo (44%) y le siguen los quesos (29%). El atraso en el tipo de cambio va restando competitividad, parcialmente mejorada por la eliminación en forma definitiva de los derechos de exportación. Vale aclarar que ya no hay ni precios máximos ni cupos para negociar lácteos, fundamental para liberar de trabas a este negocio y para que tanto productores como industria estén en condiciones de tener mayor claridad para tomar decisiones.

Primicias Rurales

Fuente: Zorraquin & Meneses