Por otra parte, a nivel cualitativo, este nuevo relevamiento confirmó un dato muy importante: no todo es Dalbulus maidis. Entre las chicharritas capturadas, aparecieron otras especies de cicadélidos que no tienen capacidad de transmitir el complejo de Achaparramiento del maíz. Si hay dudas, es preciso corroborar con un entomólogo o informar a cualquiera de las instituciones de la Red de Monitoreo.
A Seguro se lo llevaron preso: es indispensable monitorear los maíces
Las oscilaciones térmicas, sumadas a las condiciones de sequía y baja humedad relativa en muchas regiones y a que los adultos invernales de Dalbulus maidis se encuentran en la fase final de su ciclo de vida, sugieren que las poblaciones podrían seguir disminuyendo, pero sólo si no logran acceder a maíz, su fuente única de alimentación y su lugar de reproducción.
Por ello, como complemento de las trampas, en este momento es crucial hacer monitoreo en aquellos lugares donde se implantó maíz, así como en las zonas donde las lluvias recientes puedan haber hecho surgir maíces voluntarios (“guachos”). Si las chicharritas que sobrevivieron al invierno logran acceder a maíz, aumentará el riesgo de ninfas en las próximas semanas. Se debe llevar a cabo la eliminación de los maíces guachos y, de ser necesario, proceder al control del vector, en el marco de un Manejo Integrado de Plagas (MIP) más consciente, con el monitoreo como elemento crítico y estratégico para la toma de decisiones.
Para acceder al informe completo con su detalle por región: https://www.maizar.org.ar/vertext.php?id=891
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