Buenos Aires, lunes 2 diciembre (PR/24) — La economía brasileña tiene una incidencia significativa sobre el nivel de actividad local teniendo en cuenta que es el país con el que mas intercambio comercial genera, es decir, la suma entre las importaciones y exportaciones. Si nos adentramos en aspectos de índole técnico, el peso de dicha incidencia puede verse reflejado en el armado del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) por el Banco Central (BCRA), el cual resulta una referencia de “competitividad” frente a socios comerciales siendo más competitivo (barato) cuando este sube y menos competitivo (caro) cuando baja respecto al resto de sus pares. En este sentido, Brasil tiene una incidencia del 32% sobre el armado del TCRM contra el 19% de la Zona Euro en su conjunto con el segundo de mayor influencia, como para dimensionar la relevancia del país vecino.
Si bien no es técnicamente preciso, resulta una buena aproximación conceptual pensar en la evolución del TCRM como una disputa entre inflación (precios internos) y tipo de cambio. Viendo esto en el 2024, la existencia de una inflación mayor a la tasa de devaluación, nos ha llevado a estar en niveles de TCRM de finales de los ‘90, momento en el cual resulta ya intuitivo identificar la configuración macroeconómica en términos de actividad y de distribución de ventajas/desventajas para sectores productivos que esto supo implicar.
Volviendo a Brasil, nos encontramos con una situación de competitividad bilateral que desde el ’97 a la fecha solo es asimilable a los promedios anuales observados en el periodo 1999-2001, tal como puede observarse en el grafico expuesto a continuación, donde valores mas altos implican que a Brasil le resulta mas barato comprarle a Argentina que venderle y viceversa.
En resumen, al estar en una instancia de “apreciación” (menor competitividad) por parte de Argentina frente a cualquier socio, una devaluación del real (mayor competitividad de Brasil) implica un ensanchamiento de la brecha comercial entre ambos países, generando incentivos de precios muy desfavorables para nuestro país. Esto es, encontrarse con expresiones del estilo “me sale igual o mas barato irme a Brasil que irme a la costa” o “es mas barato el calzado brasilero”, como para dar ejemplos coloquiales de impactos “tangibles” de este tipo de movimientos que al ciudadano promedio pueden parecerle por demás “lejanos” y que, en términos de impacto al final del camino, es menos turismo y producción/empleo local, ergo, nivel de actividad, pudiendo ver como movimientos bilaterales en el tipo de cambio pueden tener impactos directos sobre la economía cotidiana.
De forma complementaria, si observamos el ratio de competitividad bilateral de Argentina vs Mercosur (82.6) respecto a Brasil (73.8), notamos el “desmarque” del país vecino respecto de la región considerando que actualmente dicho indicador se encuentra en 0.89 cuando en el promedio de todo 2024 arroja 0.94 (5% mas competitivo en términos relativos). Esto quiere decir que Brasil con este movimiento de su moneda esta muy fortalecido comercialmente dentro de la región, lo cual contribuye a lo comentado anteriormente, quedando así definitivamente a “contra marcha” la dinámica cambiaria desarrollada por Argentina, viendo comprometido asi no solo su nivel de actividad sino también su capacidad de generación de dólares y acumulación de reservas.
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