Las medidas económicas del Gobierno cambiaron el escenario para la comercialización de soja. Un análisis de la Bolsa de Cereales de Córdoba muestra cómo se desempeñaron los activos financieros versus los precios del poroto. 

 Buenos Aires, martes 10 diciembre (PR/24) — Desde su llegada a la Casa Rosada, el presidente Javier Milei puso en marcha un modelo económico enfocado en el ordenar las cuentas públicas y estabilizar las variables macroeconómicas.Entre otras, se destacan la eliminación de la emisión monetaria como mecanismo de financiamiento, la fijación de tasas de interés reales positivas y la promoción de mercados más transparentes.

En este contexto, el sector agrícola enfrenta una serie de desafíos y según consideraron desde la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba), la comercialización de la soja de la campaña 2023/24 está marcada por precios internacionales bajos y un tipo de cambio estable.

“En el caso de los productores agropecuarios, las políticas coyunturales como los programas de incremento exportador y créditos en pesos a tasas reales negativas, que ayudaban a ocultar cualquier tipo de ineficiencia productiva, han desaparecido”, señalaron.

NUEVOS PARADIGMAS FINANCIEROS PARA LA SOJA

Así, estas condiciones obligan a los productores a replantear sus estrategias financieras para mantener la rentabilidad.

Como ejemplo, desde la entidad cordobesa citaron que desde el minuto cero de la cosecha, el precio de la soja en el mercado local registró un incremento del 10% en pesos, mientras que otros instrumentos financieros han mostrado rendimientos superiores al 70% en el mismo período.

Antes de diciembre 2023, la bolsa cordobesa consideró que los controles restringieron el acceso al mercado oficial, fomentando la brecha entre tipos de cambio y afectando negativamente las exportaciones.

El ajuste fiscal que llevó adelante el ministerio de Economía incluyó una disminución del gasto público y aumentos temporales de ciertos tributos. Entre ellos, el impuesto PAIS, cuya alícuota fue elevada transitoriamente y se espera que sea eliminado a partir de diciembre de 2024.

Paralelamente, se avanzó en la desregulación de precios, lo que ha generado un proceso de reacomodamiento de precios relativos en la economía.

El objetivo central del programa es sostener el equilibrio fiscal como herramienta para reducir la inflación y fortalecer la estabilidad económica.

EL IMPACTO DE LA POLITICA CAMBIARIA EN LA SOJA

En tanto, el Banco Central implementó una política cambiaria basada en un crawling peg, con una tasa de devaluación mensual del peso cercana al 2%.

Este esquema define un marco previsible para las transacciones en moneda extranjera y la combinación de una menor liquidez en pesos y una mayor confianza en la política económica del Gobierno redujo las presiones sobre los tipos de cambio alternativos.

En las últimas semanas, la brecha entre el dólar oficial y el “blue” se recortó de manera notable y se encuentran casi en la misma línea.

dolar 1Esta dinámica comenzó a cambiar las reglas del juego. En el caso de los productores agropecuarios, la inestabilidad macroeconómica previa transformó a los granos en reservas de valor, más allá de las fluctuaciones de los precios internacionales.

En este marco, se introdujo un nuevo régimen cambiario para las exportaciones, que establece la liquidación del 80% de los ingresos en el mercado único y libre de cambios (MULC) y el 20% restante al tipo de cambio contado con liquidación (CCL).

A partir de esta medida, la convergencia entre el tipo de cambio oficial y el de exportación -fruto de la caída de los dólares alternativos y el ritmo de devaluación controlada- achicó significativamente las diferencias entre ambos valores.

“De continuar esta tendencia, no sería descabellado pensar en la eliminación de este régimen”, adelantaron desde la Bccba.

DIFERENTES ESCENARIOS PARA LA SOJA

Un ejemplo elaborado por la Bcbaa ilustró los efectos de las decisiones financieras en el marco del actual programa económico.

Durante el pasado mes de mayo, un productor de soja enfrentó la decisión de conservar o vender su cosecha, considerando el precio promedio del mercado disponible de $274.395 por tonelada (equivalente a U$S 246 ajustados al dólar MEP).

En noviembre, la cotización promedio del poroto trepó a $ 300.914 por tonelada, unos US$ 272 ajustados al dólar MEP.  Esto representó un incremento del 10% en moneda local y del 11% en términos de ese tipo de dólar.

Como “Plan B”, si el productor hubiera vendido la tonelada de soja en mayo y colocado los $274.395 en instrumentos del mercado de capitales, podría haber obtenido mayores rendimientos. Esto se debe a la revalorización de los activos argentinos ,promovida por el programa de estabilización, que incluye disciplina fiscal y reducción del riesgo país.

“En comparación a otros activos, el precio de la tonelada de soja fue lo que menos subió”, explicaron.

De este modo, si el productor hubiera vendido su grano y se posicionaba en otras alternativas, sin dudas su rentabilidad habría sido mayor en pesos.

Además, la rentabilidad en moneda norteamericana también sería mayor, de acuerdo al análisis que hizo la Bcbaa.

Como ejemplo, destacaron que el precio en dólares de las acciones de Grupo Financiero Galicia (GGAL) e YPF crecieron en un 55% y 68%, respectivamente, mientras que el del bono AL30 subió un 18%, todos por encima del 11% de suba en el precio en dólares de la soja.

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Fuente: Acopiadores de Córdoba/Infocampo