Buenos Aires, lunes 17 febrero (PR/25) — La Argentina es un país que cuenta con geografías impresionantes y con un sendero de trekking ubicado en la Patagonia que se asemeja a un paisaje que bien podría ser el de los Alpes suizos o una famosas montañas francesas ubicadas en la región de Chamoix.

Hay pocos lugares en nuestro país que sorprenden como el sendero al Glaciar Castaño Overa, que está ubicado en la ladera argentina del famoso Cerro Tronador en Bariloche, provincia de Río Negro.

Este increíble camino lleva a los turistas por un entorno de ensueño en el que conviven frondosos bosques de lengas, ríos cristalinos de deshielos y majestuosas montañas nevadas. Esta caminata está catalogada como moderada y, según relevamientos de sitios especializados de trekking, se demora unas 3h47m en recorrerla.

Toda la belleza del Glaciar Castaño Overa.

El punto más impresionante de la travesía es el Glaciar Castaño Overa, un glaciar colgante cuyos desprendimientos generan un sonido que da nombre al cerro. La vista de este gigante de hielo suspendido sobre la montaña recuerda a los glaciares alpinos europeos, con una belleza impactante.

Este sendero es ideal para quienes buscan un contacto profundo con la naturaleza sin salir de Argentina. La mejor época para recorrerlo es entre noviembre y marzo, cuando las temperaturas son agradables y los caminos están despejados.

Además, Bariloche ofrece una excelente infraestructura turística, con opciones de alojamiento y gastronomía que complementan la experiencia.

Los detalles del sendero que lleva al Glaciar Castaño Overa

La caminata al Glaciar Castaño Overa comienza en el Cerro Tronador.

El sendero que lleva al Glaciar Castaño Overa comienza en la base del Cerro Tronador y se extiende por aproximadamente 6 kilómetros de ida. En su primer tramo, atraviesa un bosque húmedo de lengas y coihues, donde los sonidos de los arroyos y el canto de las aves acompañan el recorrido. A medida que se asciende, el paisaje se abre hacia vistas panorámicas del valle y de los cerros circundantes.

A mitad de camino, el sendero se torna más empinado y desafiante, con sectores donde la tierra suelta y las rocas requieren un paso firme y cuidadoso. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena: al llegar a la zona del mirador del glaciar, los visitantes son recompensados con una vista imponente del Castaño Overo, con su hielo colgante desprendiéndose en cascadas sobre la roca negra de la montaña.

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Fuente: NA