Por eso, continúa el Santo Padre en su reflexión sobre el Evangelio de este domingo (Lc 15,1-3.11-32), en el que Jesús narra la parábola del Hijo Pródigo –o del Padre Misericordioso– “doy las gracias de corazón a todos aquéllos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración”.

La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado”.

El Papa Francisco explica que el Señor, con la parábola del hijo que malgasta todo y que vuelve a su padre que hace fiesta, “Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos”.

El Papa Francisco también pidió que en el vecino Sudán se llegue a una “solución duradera” ante la guerra, y animó a la comunidad internacional a que “redoble sus esfuerzos para hacer frente a la terrible catástrofe humanitaria”.

El Santo Padre puso luego como ejemplo positivo “la ratificación del acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, que representa un excelente resultado diplomático. Animo a ambos países a seguir por este camino”.

Para concluir, el Papa Francisco rogó para que “María, Madre de misericordia, ayude a la familia humana a reconciliarse en la paz”.

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Fuente: ACI Prensa