Elaborado por Maximiliano Moreno y Juliana Inda

Buenos Aires, sábado 6 abril (PR/25) –El 2 de abril del 2025 será recordado como el inicio de una nueva era a nivel mundial. Ningún país permanecerá indiferente al anuncio de nuevos aranceles,
realizado por el Presidente Trump.

Algunos buscarán soluciones negociadas para
evitar disrupciones en los flujos de intercambios de bienes y servicios, otros
iniciarán una nueva guerra comercial, eso aún está por verse. Lo que muy
probablemente suceda es que habrá nuevos reacomodamientos y alianzas entre
los países en términos de relaciones económicas, comerciales y hasta
geopolíticas. Qué rol ocupará China? Probablemente potencie su posicionamiento
como un contrapeso de poder a EEUU, usando al comercio como un factor para
atraer nuevos aliados en los reacomodamientos globales. Qué postura tomará el
Mercosur? No se sabe aún, pero todo indica que el contexto actual acelerará los
planteos argentinos de negociar un acuerdo comercial con EEUUpara evitar nuevos
aranceles.

En el presente informe analizamos los principales anuncios del
Presidente Trump y algunas de las posibles implicancias para la Argentina.

A.- Análisis de las principales medidas adoptadas por EEUU
El anuncio de los nuevos aranceles generalizados a las importaciones por parte
del Presidente Trump del 2 de abril puede ser catalogado de diferentes formas,
menos de inesperado. Durante toda su campaña electoral y en las primeras
medidas de gobierno se expuso claramente cómo se utilizaría la política comercial
de los EEUU, tanto para el logro de objetivos domésticos como en el campo de la
geopolítica mundial.

El 20 de enero Trump adoptó el Memorando Presidencial “Política Comercial
Primero América” a través del cual encomendó a su administración a investigar las
causas del persistente déficit comercial de EEUU, incluyendo las implicancias
económicas y a la seguridad nacional. Días después, el 13 de febrero adoptó el
Memorando “Aranceles y comercio recíproco” a través del cual anticipó que
EEUU estaba sufriendo de condiciones inequitativas en el comercio internacional,
que esto afectaba el empleo y la seguridad de los EEUU y que por eso elevaría sus
aranceles al mismo nivel que le aplican sus socios comerciales a sus
exportaciones.

En términos generales, la suba de aranceles está mostrando 5 grandes drivers: (i)
frenar el ingreso de fentanilo y la inmigración ilegal, (ii) restablecer la equidad en el
comercio mundial, (iii) mejorar los ingresos fiscales para poder reducir impuestos
internos, (iv) atraer empresas para que vuelvan a producir en territorio de los EEUU,
y (v) recuperar el liderazgo en la agenda geopolítica global. Desde ya que estos ejes
no pueden ser analizados de forma desconectada entre sí, existen claros vasos
comunicantes entre ellos. A continuación, intentaremos realizar algunas
reflexiones sobre los mismos y proyectar posibles escenarios para la Argentina.
Con respecto al primer eje (drogas / inmigración), los principales destinatarios
fueron México, Canadá y China. Casualidad o no, esos 3 países explican casi el 45%
de las importaciones de EEUU desde el mundo. Medidas como el 20% de sobretasa
a todos los productos chinos, el 25% adicional a los productos importados desde
México y Canadá por fuera del T-MEC y el 10% a la energía de origen canadiense,
son un claro ejemplo de que de los objetivos de seguridad interior y comerciales se
mezclan.
Con respecto al segundo eje, es cierto que EEUU es el principal importador
mundial de bienes, que es el país con mayor déficit comercial (superior a USD 1,1
billones anuales) y que muchas veces enfrenta aranceles de importación
superiores a los que aplica, inclusive de países que considera “amigos”.

La “disparidad” en las condiciones de comercio fue relevada en el informe sobre
barreras al comercio que enfrenta EEUU, publicado por el USTR1 el 2 de abril, en el
cual se identifican las medidas comerciales restrictivas que debe enfrentar EEUU
al ingresar en más de 60 países, incluyendo a la Argentina. En nuestro caso, plantea
reclamos que van desde el elevado derecho de importación aplicado (el cual es
cuatro veces superior al de EEUU), la tasa estadística que se cobra a las
importaciones, los elevados impuestos internos, las reglas en materia de
importación de ganado en pie / BSE y las regulaciones inadecuadas en materia de
propiedad intelectual, entre otros temas.

En estos últimos días, se fueron adoptando algunas medidas globales, como el
arancel del 25% en autos y autopartes y el 25% sobre el acero y aluminio, las
cuales si bien se aplican a todos los países, los principales afectados son México,
Canadá y China.

Finalmente, el 2 de abril el Presidente Trump dio precisiones sobre su política de
“reciprocidad arancelaria” anticipada el 13 de febrero y que tanta incertidumbre
generó a nivel global. Según la Orden Ejecutiva publicada2
:
• Se impone un derecho adicional a todas las importaciones de todos los
socios comerciales (salvo disposición en contrario) que comenzará en 10%
y aumentará progresivamente dependiendo del nivel de desequilibrio
arancelario y comercial que enfrente EEUU con cada país
. Estos aranceles son adicionales a los que ya se están cobrando bajo cualquier concepto
(incluyendo sanciones comerciales como los derechos antidumping o
compensatorios).

Algunos de los aranceles adicionales más elevados son:
Vietnam 46%, Bangladesh 37%, Tailandia 36%, Indonesia 32%, Suiza 31% y
la UE 20%. Argentina, igual que sus socios del Mercosur, sólo tendrán el
arancel adicional de base del 10%.
• Con esta suba, analistas estiman que el arancel promedio de EEUU
ascendería a 29%, superior al arancel Smooth-Hawley que aplicó en 1930
para salir de la Gran Depresión de 1929.
• Estos derechos adicionales se aplicarán hasta el momento en que
determine que las condiciones subyacentes descritas anteriormente se
satisfacen, resuelven o mitigan. Es más, algunas sobretasas comenzaron a
regir el 5 de abril (las de 10%), y las otras el 9 de abril, lo que nuevamente
deja abierta la posibilidad de negociar otras soluciones.
• Los productos mexicanos y canadienses que, conforme a las reglas del TMEC, pueden ser considerados como “originarios” de dichos países, están
exentos de la sobretasa del 10%.
Está claro que esta medida despertará una fuerte serie de represalias, de escala
difícil de imaginar. Líderes de la UE, Noruega, Italia, Taiwán, China, Canadá y Brasil,
entre otros, ya han expresado su rechazo a las políticas de los EEUU. Otros, como India o Japón, expresaron su apertura a negociar acuerdos comerciales. Además, es importante recordar que tanto China como Canadá iniciaron disputas en el marco de la OMC, alegando que los EEUU violan normas fundamentales de dicha organización, incluyendo la de no superar nos niveles arancelarios consolidados (art. II del GATT) y no discriminación (art. I delGATT).

Con respecto al tercer eje (impositivo), en principio resulta claro que una suba de
derechos de importación mejoraría la recaudación fiscal de los EEUU (con un
déficit superior al 6% del PIB).

Por otra parte, también es cierto que los analistas coinciden que esta suba de aranceles incrementará la inflación y ya hay temores de recesión, lo cual tendría un impacto negativo en las cuentas fiscales.
Goldman Sachs acaba de elevar al 35% la probabilidad de que EEUU entre en
recesión en 2025, basado en la política comercial. JPM informó a sus clientes que
esperará el anuncio de las retaliaciones a EEUU antes de evaluar el impacto de la
política arancelaria en el crecimiento de la economía norteamericana. Ken Rogoff,
ex economista jefe del FMI, habló de “una bomba nuclear sobre el sistema
comercial global” y dijo que, tras este giro proteccionista, la posibilidad de que
EEUU entre en recesión es del 50%.

La retaliación es la respuesta que se da a una ofensa o agresión previa, tomando represalias o vengándose de alguien como consecuencia de un daño recibido. 

Por el momento, EEUU ya ha dado algunas señales de cómo quiere reenfocar los
recursos fiscales, adoptando un programa de pagos directos a productores
agrícolas por un valor de USD 10.000 millones.
Con respecto al cuarto eje (relocalización de las empresas) Trump fue claro: si
quieren evitar los aranceles, produzcan en EEUU. Si bien estamos frente al principal
mercado del mundo (24% del PIB global, con un ingreso per cápita de USD 82.000
anuales) también parece razonable especular con que la migración de empresas a EEUU no podrá fácilmente romper con décadas de globalización económica.

Más del 95% de los dispositivos de Apple se producen en China, la mayoría de las
fábricas de Nike están situadas en Asia y Tesla produce no sólo en EEUU sino
también en Shanghái, Países Bajos, Alemania y, de hecho, tiene proyectada una
nueva planta en México. Desandar este proceso, no parece una tarea sencilla y,
mucho menos, beneficiosa para el consumidor norteamericano, que verán
afectado su poder adquisitivo a través de más inflación.

En relación con el quinto eje, Trump fue claro que EEUU ha perdido espacio en la
carrera geopolítica en manos de China y quiere recuperar el terreno perdido.
Planteos como que Canadá se sume a ser el Estado #51 de EEUU, que el Golfo de
México sea rebautizado, que EEUU tome el control sobre Groenlandia, Gaza o el
canal de Panamá, son algunas muestras de un EEUU que quiere marcar el territorio
con firmeza. Para ello, la política comercial está siendo funcional. Los aranceles
adicionales de 25% a los países que compren petróleo o gas a Venezuela, la
amenaza de aplicar aranceles del 25-50% al petróleo ruso si ese país no tiene una
actitud más constructiva en las negociaciones de paz con Ucrania o la amenaza de
aplicar nuevos aranceles a Irán por su plan nuclear, son un ejemplo de cómo se
utiliza la política comercial con fines geopolíticos.

B.- Situación de la agroindustria argentina
No es la primera vez que existen tensiones y hasta guerras comerciales en los
últimos años. Sin embargo, hasta el 2 de abril habían sido medidas puntuales contra un
país (por ejemplo, las medidas adoptadas por EEUU contra China) o sobre un sector
(por ejemplo, las medidas que limitaban el comercio de acero, aluminio o vehículos
eléctricos). En esta ocasión estamos frente a una situación diferente, EEUU adoptó
una medida transversal a todos los productos de todos los orígenes. Si bien esta
situación inédita hace difícil anticipar las consecuencias (en general y en particular
para nuestro sector agroindustrial), a continuación acompañamos algunas
reflexiones iniciales.
1.- La mayoría de los analistas coinciden que, con el anuncio del 2 de Abril, se abre
una nueva era. Ningún país será indiferente al anuncio de Trump. Algunos utilizarán
el mismo como motor para generar un acercamiento a EEUU y negociar nuevas
condiciones de comercio. Otros iniciarán una escalada de retaliaciones difíciles de
proyectar y cuantificar. Lo que sí está claro es que, en el corto plazo, esta situación no sólo implicará cambios en los flujos de comercio sino que probablemente
genere nuevas alianzas y reacomodamientos geopolíticos, donde China
seguramente ocupará un rol central.
2.- Se espera que las medidas de EEUU y las contramedidas que apliquen otros
países generen desvíos de comercio en, al menos, cuatro planos diferentes.
• Lo primero a esperar es que se incentive la producción doméstica en EEUU,
reduciendo importaciones que son menos competitivas con el nuevo
arancel adicional.
• Se debería esperar que aquellos países que queden fuera del mercado de
EEUU por estos nuevos aranceles busquen aumentar su presencia en otros
países, generando mayor competencia contra nuestros productos en dichos
mercados.
• Aquellos países que logren un acuerdo con EEUU tendrán mejores
condiciones de ingreso que Argentina, al menos hasta que nuestro país logre
algún tipo de entendimiento con EEUU que implique rebaja de aranceles.
• Finalmente, los productos de EEUU que no puedan ingresar a aquellos
países que le apliquen sanciones comerciales también buscarán nuevos
mercados, probablemente a precios muy competitivos, lo cual también
podría impactar nuestra inserción en los mismos.
3.- El sector agroindustrial no parece estar en el centro de la escena. Cuando
uno analiza los sectores específicos donde Trump ha adoptado (o pretende
adoptar) medidas puntuales, vemos al acero, aluminio, automotriz, medicamentos,
cobre y semiconductores. Sin embargo, la medida general adoptada el 2 de abril se
aplica igualmente al sector agroindustrial.
4.- Más allá de beneficios puntuales que puedan surgir para la Argentina a partir de
este proceso (ya sea en el mercado de EEUU o de otros países), en general estas
escaladas proteccionistas no suelen ser situaciones positivas, al menos en el
corto plazo. Normalmente suelen generar inestabilidad, incertidumbre, caída de los
ingresos, menor demanda de productos, mayor competencia en mercados
disponibles y, por ende, afectación de los flujos de comercio y de los precios de los
productos agroindustriales.
5.- Argentina no es claramente el principal foco de preocupación de EEUU. Más
allá de la situación particular de 2024 (año en el cual por primera vez tuvimos un
superávit comercial en los intercambios con EEUU) nuestro historial muestra un gran déficit con EEUU. Además, dentro del ranking de importadores de EEUU,
Argentina ha venido ocupando lugares secundarios, alrededor del puesto 45. Por
ello, “sólo” se nos aplica el arancel de base del 10%.

6.- Las exportaciones de productos agroindustriales argentinos a EEUU es de un
promedio anual de USD 2.100 millones. Si bien este valor es importante, se
relativiza si tenemos en cuenta que somos el 24to abastecedor de esta clase de
productos en el mercado de EEUU, dando cuenta de solo el 0,8% del total
importado.

Si bien resulta prematuro evaluar cómo podría impactar estas medidas en nuestras
exportaciones agroindustriales a EEUU, podemos realizar algunas conclusiones
preliminares:
• México y Canadá tienen grandes oportunidades para profundizar su
penetración en el mercado agroindustrial de EEUU (el cual ya controlan con
casi el 45% de las importaciones) al estar exentos de las medidas
anunciadas el 2 de abril. Esto podría impactar en nuestras exportaciones de
carne bovina y limones a EEUU, productos en los cuales competimos con
dichos países. Sin embargo, lo inestable de la relación con EEUU de ninguna
manera nos permite descartar que en el futuro cercano, sean sujetos de otro
tipo de medida restrictiva de parte de EEUU.
• Otros competidores de la Argentina (como la mayoría de los países de
Latinoamérica) deberán enfrentar una sobretasa similar a la nuestra (10%)
al menos en el corto plazo (es decir, hasta que se generen eventuales
nuevos acuerdos). Atento a ello, no se modifican las condiciones de
4 En el caso de la carne bovina consignamos al arancel extra-cuota, asumiendo que el arancel intra-cuota no se modifica.
• Se mejoran las condiciones de acceso en comparación con otros
competidores como la UE (20%) y Sudáfrica (30%). Esto podría beneficiar
nuestras exportaciones de vinos, aceite de oliva, azúcar y artículos de
confitería.
• EEUU ha tenido hasta el momento una importante dependencia de
productos agroindustriales importados (USD 250.000 millones anuales), los
cuales llegan a representar el 20% del consumo interno. Este porcentaje se
incrementa significativamente para muchos productos que Argentina
produce y exporta, como los productos de la pesca, el aceite de oliva,
algunas frutas frescas y hortalizas.
• Si tomamos los principales productos exportados por Argentina a EEUU, en
muchos de ellos ese destino es el principal o uno de los principales para
nuestro país. Tal es el caso del vino, miel, mosto de uva y limones (1er
destino), aceite de oliva, peras y aceite esencial de limón (2do destino).
• Se presupone que las sobretasas no se aplican a los aranceles internos de
los contingentes arancelarios negociados con EEUU en el marco de la OMC
(por ejemplo, los contingente que usa la Argentina para exportar carne
bovina, azúcar, quesos o tabaco). Resta definir si se aplica a los aranceles
extra-cuota.
7.- La dicotomía mencionada en el punto 1 (acuerdo o guerra comercial)
seguramente pondrá más tensión en la agenda Mercosur. Todo indica que
Argentina utilizará el contexto para presionar a sus socios regionales en un acuerdo
rápido con EEUU como vía para evitar estas sanciones arancelarias. Anteriormente
analizamos el tema y vimos que se abren grandes oportunidades para crecer en
nuestras exportaciones agroindustriales a EEUU a través de un acuerdo comercial.
Resta ver la reacción de los socios Mercosur y, en el eventual caso de una negativa
a negociar, qué actitud tomará la Argentina.
8.- Está claro que la iniciativa de EEUU generará contra-medidas de los países
afectados, condicionando sus exportaciones. Algunas medidas ya fueron
anunciadas, pero es de esperar que lo más significativo todavía esté por venir como
respuesta al anuncio del 2 de abril. Siendo EEUU uno de los principales
exportadores agroindustriales mundiales (da cuenta del 8,5% del comercio en el sector), cabe esperar que una parte relevante de las sanciones a EEUU se apliquen
sobre este complejo. Solo a modo de ejemplo, detallamos las sanciones
aplicadas recientemente por China a algunos productos agroindustriales de EEUU.

Muchos de estos productos Argentina los exporta actualmente a China, con lo cual
se podrían generar nuevas oportunidades de negocios. A modo de ejemplo, si
tomamos un promedio de los últimos 3 años, exportamos soja (USD 1.860
millones), carne bovina (USD 1.760 millones), sorgo (USD 400 millones) y
langostinos (USD 150 millones). Pero además, genera nuevas oportunidades en
otros productos que acaban de ser abiertos (o reabiertos) sanitariamente, como la
carne aviar (principal mercado de Argentina, hasta que fue cerrada por el brote de
influenza aviar, y acaba de ser reabierto), maíz y trigo. Por supuesto, los desvíos de
comercio que mencionamos anteriormente pueden condicionar el
aprovechamiento de estas (y otras) oportunidades ya que aquellos países que no
puedan exportar más a EEUU buscarán diversificar sus exportaciones y
seguramente, China y otros países del sudeste asiático sean destinos atractivos.

Primicias Rurales

Fuente: Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Fundación INAE