Buenos Aires, lunes 14 abril (PR/25) — Viajar en familia puede ser una experiencia muy enriquecedora, pero también implica un desafío adicional, especialmente cuando hay niños pequeños. Para que la aventura sea placentera para todos, la clave está en la planificación.
Elegir los destinos adecuados, asegurarse de que haya actividades para todos y pensar en la comodidad del viaje puede hacer toda la diferencia. Aquí te dejamos cinco de los mejores destinos para viajar con niños, donde tanto grandes como chicos disfrutarán al máximo, creando recuerdos que durarán toda la vida.

Costa Rica: naturaleza en su máxima expresión

El país centroamericano es un paraíso natural donde los niños pueden explorar su enorme y rica biodiversidad. Costa Rica alberga aproximadamente el 5% de la biodiversidad mundial. Esto incluye una vasta variedad de flora y fauna, desde selvas tropicales hasta hermosos arrecifes de coral.

En parques nacionales como Monteverde, Manuel Antonio y Tortuguero, se pueden observar monos, perezosos, ranas y tucanes mientras se recorren senderos a través de la selva. Además, las rústicas playas de la costa del Pacífico, como Tamarindo y Guanacaste, son ideales para aprender a surfear en aguas tranquilas.

Viaje a Costa Rica y sus parques nacionales de 11 días

Las actividades de aventura como tirolinas, paseos en bote y caminatas por puentes colgantes entre los árboles son perfectas para toda la familia. Y, por supuesto, la oportunidad de sumergirse en una cultura amigable y relajada, conocida por su lema de «Pura Vida», lo hace aún más especial.

Costa Rica ofrece una amplia gama de actividades que permiten conocer la biodiversidad única del país.

Copenhague: diversión en un ambiente seguro y amigable

Copenhague, la capital de Dinamarca, es conocida por ser una de las ciudades europeas más amigables para los niños. El Tivoli Gardens es un histórico parque de atracciones del siglo XIX ideal para toda la familia, con montañas rusas suaves, jardines y juegos divertidos.

Los museos como el Experimentarium o el Museo Nacional de Copenhague son lugares ideales para que los niños se sumergen en el aprendizaje de una manera divertida. Estos museos ofrecen exposiciones interactivas que permiten a los más pequeños tocar, experimentar y descubrir conceptos de ciencia, historia y arte de una forma lúdica.

Viaje a Dinamarca, Noruega y Suecia de 11 días

Los niños se sentirán como en un cuento de hadas mientras pasean por los encantadores canales de Nyhavn, con sus casas de colores y barcos antiguos que parecen sacados de una historia ilustrada. Y al llegar a la icónica estatua de La Sirenita, inspirada en el famoso cuento de Hans Christian Andersen, podrán imaginarse aventuras bajo el mar, conectando con un clásico de la literatura infantil en el lugar donde nació su leyenda.

Nyhavn es un pintoresco puerto en Copenhague famoso por sus casas de colores y ambiente vibrante.

Orlando: el paraíso de los parques temáticos

Orlando es sinónimo de magia y diversión para toda la familia. En esta ciudad, los parques temáticos son los principales protagonistas, y sin duda, el Walt Disney World es el rey de todos.

Mucho más que un parque temático, Walt Disney World es un universo de fantasía donde los sueños de los niños (y de muchos adultos) se hacen realidad. Compuesto por cuatro parques principales —Magic Kingdom, Epcot, Disney’s Hollywood Studios y Animal Kingdom—, ofrece una experiencia completa que combina emoción, magia y aprendizaje. Aquí los niños podrán conocer en persona a Mickey, Elsa o Buzz Lightyear, y disfrutar de desfiles y fuegos artificiales.

Viaje a Orlando y Nueva York de 11 días

Además, Orlando cuenta con otros parques igualmente emocionantes como Universal Studios, donde los niños pueden vivir la magia de Harry Potter o disfrutar de montañas rusas de última generación. Los parques acuáticos, como Typhoon Lagoon y Blizzard Beach, también ofrecen diversión refrescante para escapar del calor.

Inaugurado el 1 de octubre de 1971, Walt Disney World Orlando recibe más de 50 millones de visitantes al año.

Riviera Maya, México: playas, naturaleza y cultura

La Riviera Maya es un destino ideal para familias que buscan una combinación de sol, aventura y cultura. Además de disfrutar de sus playas de aguas turquesas y arena blanca, los niños pueden explorar los famosos cenotes: pozos naturales de agua cristalina formados por la erosión de roca caliza, que los antiguos mayas consideraban sagrados.

Nadar en un cenote es como entrar en otro mundo, están rodeados de selva y tienen formaciones rocosas impresionantes, como estalactitas y estalagmitas. Es una forma divertida y segura de conectarse con la naturaleza y la historia al mismo tiempo.

Viaje a Riviera Maya con todo incluido de 9 días

Las ruinas de Tulum y Chichen Itzá (una de las 7 Maravillas del Mundo) ofrecen una excelente oportunidad para que los niños conozcan la historia de la civilización maya de una manera divertida y accesible. El parque Xcaret es un paraíso de actividades para los más pequeños, desde nadar con delfines hasta explorar túneles subterráneos. Un viaje a la Riviera Maya combina diversión, aprendizaje y relajación para todos los miembros de la familia.

Cenote Ik Kil es un espectacular cenote abierto cerca de Chichén Itzá, rodeado de naturaleza y raíces colgantes.

Kenia: un safari inolvidable para los más pequeños

Kenia es una experiencia única para los niños, especialmente si les encanta la fauna salvaje. Hacer un safari por la Reserva Masai Mara o el Parque Nacional Amboseli es una aventura inolvidable, donde podrán ver de cerca a los «cinco grandes»: leones, elefantes, búfalos, rinocerontes y leopardos, en su hábitat natural.

Cebras beben agua en la Reserva Nacional Masai Mara.

La emoción de recorrer la sabana en un vehículo 4×4, observando manadas de elefantes caminar a pocos metros o leones descansando en familia, convierte cada día en una nueva historia que contar. Además, muchos lodges y campamentos ofrecen actividades especiales para niños, como talleres de rastreo de huellas o clases sobre vida silvestre.

Viaje a Kenia con safari de 7 días

Además, las visitas a aldeas Masai ofrecen una lección sobre las culturas locales, lo que lo convierte en un viaje educativo y emocionante. Un viaje a Kenia es, sin duda, una experiencia divertida, educativa y salvaje. Es un viaje que no solo despierta la emoción, sino también el respeto por la naturaleza y las culturas locales.

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Fuente: Grand Voyage Blog