Por Iván Ordoñez

Buenos Aires, domingo 9 febrero (PR/25) — Una medida largamente anticipada por los productores que vendieron lo indispensable para cubrir sus obligaciones (todavía se estima que faltan liquidar 15 millones de toneladas), el gobierno anunció una baja de retenciones a todos los granos: 7 puntos a la soja y 2,5 al resto de los granos. Es bienvenida la eliminación a lo que se llama vulgarmente “economías regionales”, como si el limón de Salta y Jujuy fuera lo mismo que las peras y manzanas del Alto Valle. Lo que todos se preguntan es si alcanza, porque el precio bajo cambiará poco, y es ya es claro que estamos en sequía, cabe preguntarnos la magnitud.

Los mercados de commodities agrícolas tienen por definición un comportamiento extremadamente volátil. Predecir hacia dónde van los precios es difícil; juegan al menos 9 variables: el clima de al menos las cuatro potencias exportadoras en meses específicos correlacionado con la temperatura en el océano Pacífico, la demanda de los principales importadores, particularmente China, los stocks de las campañas pasadas, la tasa de interés de la FED, aperturas y cierres de exportaciones de países productores-exportadores, el precio del petróleo, el comportamiento de los fondos de inversión y tensiones diarias en la logística o en el tipos de cambio. No se termina ahí, las guerras que afectan a los productores de alimentos (o a los productores de petróleo) también juegan y estás guerras hoy no solo se libran con ejércitos, sino también con diplomáticos que negocian barreras comerciales. Seguramente faltan nombrar un par más.

Es por esto que realizar pronósticos de precios de granos con una probabilidad de acertar es baja. A quién escribe en general no le gusta. El 2024 el precio de los granos se derrumbó al menos un 40% y eso golpeó la rentabilidad de todos los productores agrícolas del mundo, todos: argentinos, brasileros y norteamericanos hermanados en la quiebra.

El 2025 amenaza con ser un año en el que muy difícilmente el precio de los granos suba. El último evento que reafirma esta tendencia es la cosecha récord de soja que se avecina en Brasil: el año pasado fue un máximo de 154 millones y este año se estiman 172, un crecimiento de 12%. Game over. Sencillamente hay una sobreoferta global de soja. La sola confirmación de esta información sería suficiente para ponerle un techo claro a la soja en el nivel actual y posiblemente hacerla descender.

China en los 2000 creció más del 10% anual, mientras que en los 2010 bajó a un 7%. En 2022 creció un 3%, el año siguiente un 5% y el 2024 apenas menos. Con estos números la demanda de soja baja. El pronóstico de crecimiento chino para este año y el siguiente ponen un techo en 4,5%. Como si esto fuera poco, 2024 fue el tercer año que la población china decrece, un fenómeno que amenaza con ponerle techos cada vez más bajos a su crecimiento económico. Trump, el electrón loco, oscila entre en un gran enfrentamiento comercial, uno quirúrgico o, como tuiteó en su red social Truth el 17 de enero, “President Xi and I will do everything possible to make the World more peaceful and safe!”. Sencillamente no se sabe qué sucederá, porque al mismo tiempo tuiteó que a Estados Unidos le iba mejor cuando en vez de cobrar impuesto a las ganancias cobraba aranceles (es mentira, pero francamente no importa), cosa que sugiere que intentará dificultar el comercio.

Un final abrupto de la invasión de Ucrania será bienvenido por la población civil y todos los que pedimos por la paz y la autodeterminación de los pueblos, pero decididamente afectará a la baja al precio de los granos. En las últimas semanas Trump declaró que tienen la intención de alcanzar un acuerdo de paz entre ambos países en cuestión de meses y en quizás hasta días.

Mientras tanto, en Argentina el clima le estaría poniendo un techo claro a la producción. Es probable que la gruesa de este año sea promedio tirando hacia la cota inferior, pero de continuar la ola de altas temperaturas con ausencia de lluvias relevantes la cuestión podría empeorar.

Los productores del centro de Santa Fe mandan a maíz a picar ante la evidencia de una caída de los rindes por el stress hídrico. Los lotes de soja de segunda ya están sufriendo. Se reportan insectos que proliferan en ambientes secos en toda el área agrícola del país. Zona núcleo, centro de Santa Fe y Entre Ríos están en una situación ruinosa; el país sembró para 52 millones de toneladas de soja y hoy vamos hacia 46, las bolsas con la obligación de ser conservadoras pronostican 49 millones.

Solo de soja los brasileños producen un 30% más de toneladas que Argentina de todos sus granos sumados y el doble de lo que ellos producían hace 10 años. Nuestra sequía empieza a ser insignificante frente a la aplanadora brasileña y es poco probable que afectemos el precio hacia arriba. Lo que se perderá en cantidades seguro no se recuperará con precios.

23 años de retenciones nos dejaron chiquititos, la jaula que planearon De Mendiguren, Remes Lenicov y Lavagna se mantiene intacta.

Primicias Rurales

Fuente: Horizonte A