Una tecnología basada en ARN para fortalecer los cultivos frente al cambio climático y manejar malezas, enfermedades e insectos con nuevos manejos.

Un enfoque disruptivo en la protección de cultivos

El equipo de Ariel, perteneciente al CONICET y radicado en la Universidad Nacional del Litoral, trabaja desde hace años en el desarrollo de tecnologías basadas en ARN para mejorar la resiliencia de los cultivos frente a factores ambientales extremos. A diferencia de los tradicionales pesticidas y productos químicos (agroquímicos), su investigación propone una alternativa biotecnológica que no implica la modificación genética de los cultivos.

“Nosotros nos comunicamos con las plantas a través de un spray de ARN, sin alterar su ADN”, explicó Ariel en una reciente entrevista con Agrofy News Live. Esta tecnología permite activar respuestas naturales de defensa en los cultivos sin la necesidad de introducir modificaciones genéticas permanentes. De esta manera, se evita la presión selectiva que muchas veces genera resistencia en patógenos, un problema recurrente con las variedades genéticamente modificadas. Este científico está vinculado también a Apolo Biotech, la startup que desarrolla “vacunas” para plantas.

Millonaria Inversión para Impulsar la Investigación

El financiamiento europeo recibido, que asciende a un millón de euros por un período de cinco años, permitirá ampliar la investigación y realizar ensayos en campo a gran escala. “Ya estamos probando la tecnología a nivel productivo y trabajando en la regulación para su ingreso al mercado”, detalló el investigador.

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El objetivo es aplicar esta innovación en cultivos clave como el trigo y el tomate, que suelen verse severamente afectados por olas de calor y sequías. “Queremos preparar a las plantas para que toleren mejor estas condiciones extremas”, agregó Ariel, destacando el potencial de la tecnología para mitigar pérdidas en la productividad agrícola.

Una Alternativa Sustentable y Compatible con la Producción Orgánica

Uno de los mayores beneficios de esta tecnología es su compatibilidad con la producción orgánica. A diferencia de los agroquímicos tradicionales, los tratamientos con ARN son altamente específicos y no generan daños colaterales en el ecosistema. Esto abre la posibilidad de reemplazar pesticidas convencionales con una estrategia sustentable, reduciendo el impacto ambiental de la agricultura intensiva.

El doctor Ariel enfatizó la importancia del financiamiento en ciencia básica para llegar a desarrollos concretos. “Hago ciencia hace más de 20 años y trabajo con ARN desde hace 15. Llegar a esta etapa nos llevó mucho tiempo y mucha inversión pública”, reflexionó.

Gracias a este respaldo internacional, la investigación argentina en biología del ARN está a un paso de convertirse en una herramienta clave para enfrentar los desafíos climáticos y productivos del agro global. “Es inminente que esto llegue al mercado”, afirmó Ariel, quien confía en que esta tecnología marque un antes y un después en la protección de cultivos y la sustentabilidad agrícola.