Martín de Dumio nació a comienzos del siglo VI, en la antigua ciudad de Panonia, actual Hungría. Era descendiente de una importante familia romana.
De joven, viajó a Palestina para visitar la Tierra Santa. Allí entró en contacto con la vida monástica, que se desarrollaba en las montañas de Judea.
Unos años después, Martín decidió instalarse en Gallaecia, un reino cristiano independiente de Roma cuyos dirigentes eran arrianos. Estos consideraban que Jesucristo estaba subordinado a Dios y no eran distintas partes de una unidad. Allí, Martín trabajó como presbiterio y como monje.
La fuerte influencia que ejercía sobre la corte sueva permitió que el rey Teodomiro abjurase del arrianismo y se bautizase como católico en el año 560.
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Fuente: El Español