Debido a su conversión al cristianismo, San Expedito fue condenado a muerte y asesinado acusado de traición al emperador. Hoy la Iglesia lo cuenta entre los mártires.

Contra ese “mañana” que nunca llega

El nombre ‘Expedito’ -aparentemente muy popular entre los romanos- posee un rico significado. Proviene del latín ‘expeditus’, adjetivo que quiere decir “desembarazado”, “libre de todo estorbo” o ”pronto a obrar”. En español tenemos el adjetivo ‘expeditivo’, que quiere decir de acuerdo al DLE-RAE: “Que actúa o se ocupa de algo con rapidez, sin enredarse en trámites u obstáculos”.

Según la tradición de la Iglesia, cuando San Expedito ya había tomado la decisión de abrazar el cristianismo, el maligno se le presentó en forma de cuervo y empezó a gritarle: “¡Cras, cras, cras!”, onomatopeya del canto del ave que en latín quiere decir: “Mañana, mañana, mañana”.

La intención de Satanás en ese momento era enfriar el deseo que apremiaba el corazón de Expedito por conocer a Cristo, a sabiendas de que posponer en el tiempo cualquier decisión importante es magnífica estrategia para granjearse una victoria -que con perversa paciencia podría acarrear el triunfo definitivo del mal-.

Un santo para hoy

La rápida y contundente respuesta de San Expedito a la tentación del mañana, lo ha convertido en modelo e intercesor cuando se presentan problemas urgentes y se debe tomar una rápida decisión y pasar a la acción. Por eso, hoy se le venera como santo patrono de aquellos que sufren las consecuencias de la ‘procrastinación’ o posponen sus deberes u obligaciones, hábito tan común en nuestros tiempos.

Veneración y patronazgos

A San Expedito se le considera protector ante las dificultades surgidas en el trabajo, intercesor por las familias y diligente abogado cuando alguien tiene que comparecer en un juicio. También es patrono de los comerciantes, de los programadores de sistemas y los navegantes. Por otro lado, San Expedito es considerado protector de la juventud, los estudiantes y los enfermos que requieren curarse rápidamente.

Iconografía

Se le suele representar como un soldado romano portando una cruz en la que está escrita la palabra “hodie” [hoy], al lado de la hoja de palma que simboliza el martirio. A sus pies se representa un cuervo con la palabra “cras” [mañana].

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Fuente: aciprensa