Estamos muy conmovidos por la triste noticia de la partida de nuestro querido Papa Francisco.
Sentimos un dolor inmenso y al mismo tiempo mucha paz al saber que tenemos un aliado en el cielo que nos va a dar fuerzas para seguir.
Francisco nos dejó un vacío enorme a nivel mundial y así de enorme nos dejó también su legado:
Una Iglesia pobre para los pobres, una Iglesia en salida, una Iglesia hospital de campaña, una Iglesia cercana, compasiva y cariñosa.
Una Iglesia que nos haga hermanos a todos y que cuide la tierra, el techo y el trabajo, una Iglesia para TODOS.
Los más pobres, los olvidados, los descartados, los presos, los enfermos, los abuelos, los niños, los que están en las calles… son el legado de Francisco.
El mejor reconocimiento y agradecimiento a Francisco será concretar y llevar a la práctica su magisterio.
Ahora más que nunca, queremos estar junto al pueblo, acompañando a nuestras comunidades organizadas en el bien.
Que la Virgen de Luján nos proteja y que Jesús nos siga sosteniendo en esta nueva etapa que nos toca.