Kioto, Japón. Tradición en cada bocado
En Kioto, la antigua capital imperial, la gastronomía es un arte ligado a la tradición. Disfruta de un kaiseki ryori, una cena ceremonial que presenta ingredientes de temporada en platos cuidadosamente diseñados.
Dos platos tradicionales de Kioto son el yudofu y el kyo-tsukemono. El yudofu es tofu cocido en caldo de alga kombu, servido con salsa de soja, ponzu y condimentos; es típico de los templos zen. El kyo-tsukemono es un plato de vegetales locales encurtidos preparados con sal, vinagre o miso, que acompaña la mayoría de las comidas. Ambos reflejan la sencillez y elegancia de la cocina tradicional de Kioto.
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Pasea por el distrito de Gion para ver geishas y probar dulces japoneses artesanales como el yatsuhashi, de harina de arroz, azúcar y canela, crujiente o blando, relleno de anko (pasta de judía roja). Explora el mercado Nishiki, donde se ofrecen encurtidos, sashimi y tés verdes.
No te pierdas un desayuno en un ryokan tradicional con arroz, miso y pescado fresco. Comer en Kioto es una ceremonia de sabores sutiles y presentaciones refinadas.

Oaxaca, México. Sabores ancestrales
Oaxaca es un paraíso para quienes buscan sabores auténticos y herencia culinaria. La ciudad es famosa por sus siete tipos de mole, una salsa tradicional mexicana espesa y compleja, elaborada con una mezcla de chiles secos, especias, almendras, sésamo y cacao. El más reconocido es el mole negro, que se sirve con pollo y arroz blanco.
En los mercados tradicionales de Oaxaca, como el Mercado 20 de Noviembre, puedes disfrutar de una experiencia culinaria auténtica y llena de historia. Prueba los chapulines fritos, crujientes saltamontes sazonados con chile y limón; y las emblemáticas tlayudas, tortillas de maíz, extra grandes y crujientes, cubiertas con frijoles negros refritos, quesillo, aguacate, verduras frescas y carnes como tasajo o cecina, cocinadas al comal o sobre brasas.
Acompaña estos sabores con un mezcal artesanal (un destilado del agave, similar al tequila, pero con un sabor ahumado característico) servido con sal de gusano y rodajas de naranja. Cada platillo es una celebración de la riqueza cultural y gastronómica de Oaxaca, y una conexión directa con las raíces más profundas de México.
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Lyon, Francia. La capital de la cocina
Lyon es el corazón de la gastronomía francesa, cuna de grandes chefs como Paul Bocuse. Disfruta de un recorrido por sus bouchons, restaurantes típicos donde se sirven platos como quenelles de pescado, andouillette y salade lyonnaise.
El mercado de Les Halles Paul Bocuse es ideal para probar quesos, embutidos y vinos locales. Aquí se pueden probar quesos artesanales, como el Saint-Marcellin, el Bleu de Bresse o el Comté curado, todos con denominación de origen. También destacan los embutidos tradicionales, como la rosette de Lyon, un salchichón curado elaborado con carne de cerdo y especias.
La experiencia gastronómica se complementa perfectamente con una selección exquisita de vinos locales, muchos de los cuales provienen de las cercanas regiones vinícolas del Valle del Ródano y del Beaujolais, al norte de Lyon. Esta última es famosa por su vino joven y afrutado, el Beaujolais Nouveau.

Bangkok, Tailandia. Fusión callejera
Bangkok es una explosión de sabores intensos y aromas envolventes. La comida callejera es el alma culinaria de la ciudad, donde cada esquina ofrece delicias recién hechas a precios accesibles.
Uno de los platos más emblemáticos es el Pad Thai, un salteado de fideos de arroz con huevo, tofu, brotes de soja, gambas y salsa de tamarindo. Otro clásico es el Som Tum, una ensalada de papaya verde, zanahoria, cacahuete, chile y zumo de lima, que combina lo dulce, ácido y picante. También destaca el Khao Pad, un arroz frito con verduras, huevo y carne o mariscos.
En los mercados flotantes de Bangkok, como el Damnoen Saduak, se pueden encontrar frutas tropicales como durian o fruta del dragón, dulces típicos como el mango sticky rice, y sopas humeantes servidas directamente desde barcas tradicionales, en un ambiente único.
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Lima, Perú. La capital gastronómica de Sudamérica
Lima ha emergido como uno de los epicentros culinarios más importantes del mundo. Aquí puedes saborear el exquisito ceviche, preparado con pescado fresco, limón y ají amarillo.
Explora la cocina nikkei, una deliciosa fusión peruano-japonesa que brilla en platos como el tiradito o el maki acevichado, que se pueden disfrutar en restaurantes de alta cocina como Tomo o Maido (reconocido como el mejor restaurante de Latinoamerica en 2023).
Además, la cocina criolla aporta sabores reconfortantes y caseros con platos como el ají de gallina, la causa limeña o el lomo saltado. Los food trucks y huariques también ofrecen propuestas auténticas y cercanas a precios accesibles.
En un viaje a Perú no dejes de visitar el mercado de Surquillo para descubrir productos nativos como la lúcuma, la chirimoya o las miles de variedades de patatas. En cada rincón de Lima, la comida cuenta una historia de mestizaje, emprendimiento y creatividad.
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San Sebastián, España. Tapas y estrellas Michelin
San Sebastián es un paraíso para los paladares exigentes, con una de las mayores concentraciones de estrellas Michelin por metro cuadrado. Disfruta de un recorrido por los bares de pintxos, donde pequeños bocados combinan tradición e innovación, presentados con una estética impecable y sabor sorprendente.
Prueba delicias como el bacalao al pil-pil, el txangurro (centollo) al horno, o la famosa tarta de queso del restaurante La Viña, cremosa y con un toque ahumado irresistible. También puedes saborear platos modernos en restaurantes como Arzak, Akelarre o Martín Berasategui, donde la alta cocina vasca alcanza nuevas alturas.
Participa en una cena en una sociedad gastronómica, una experiencia única entre locales, donde cocinar y compartir en comunidad. En San Sebastián la comida es un acto de encuentro, creatividad y orgullo, celebrado entre mercados llenos de productos frescos, recetas transmitidas por generaciones y una pasión por la excelencia.

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