Buenos Aires, 15 enero (Especial de NA, por Matilde Fierro) — 
Una verdadera avalancha de estimaciones agrícolas ante las 
contingencias climáticas saturó en la semana la información 
agrícola, cuando en concreto quedan más de 700.000 hectáreas 
previstas de soja por sembrar en el país. 
   La realidad es que se desconoce todavía (no es posible 
monitorear por el anegamiento de la zona norte de la región 
pampeana ni tampoco medir las consecuencias de las sequías en el 
sur del área) cuáles son los resultados para la campaña 2016-2017 
por los desastres sucesivos. 
   Así, la Bolsa de Comercio de Rosario y la de Cereales de Buenos 
Aires, a través de sus respectivos Guía Estratégica para el Agro 
(GEA) y Panorama Agrícola Semanal (PAS), brindaron datos para 
intentar evaluar los alcances de los perjuicios de este vapuleado 
ciclo agropecuario. 
   El Gobierno también hizo lo suyo al mantener reuniones con 
productores afectados, enviar rollos de pasto para alimentar a la 
hacienda afectada por los incendios en Río Negro, Buenos Aires y 
La Pampa y ayudar con lineamientos a prevenir los efectos de 
futuros anegamientos por lluvias que pueden llegar a los 90 
milímetros, en zonas ya inundadas, valga la redundancia. 
   GEA, por su parte, prevé una producción de 35,5 millones de 
toneladas de maíz en la actual campaña agrícola, en el país, pero 
indicó que el cereal nacional viene "con más rinde, pero con 
mayores pérdidas". 
   "La primera estimación nacional del cultivo hecha sobre la
evolución de los lotes con maíz 2016-2017 arroja un volumen de un 
millón de toneladas menos de lo que se proyectaba hace un mes", 
se lamentaron los especialistas rosarinos.  
    Así, según sus estimaciones, la campaña de mayor siembra en 
los últimos diez años, con 5,8 millones de hectáreas implantadas 
de maíz, quedó envuelta en un evento hídrico fenomenal en el 
centro del país, mientras el sur bonaerense sigue marcado por la 
falta de agua desde mediados de octubre. 
   Las pérdidas de hectareaje sumadas a las hectáreas forrajeras, 
reducirían el área que se destina para grano comercial en más de 
un millón de hectáreas este año, reiteraron en un informe.
   El caso de la soja es más grave: "Los problemas que deja la 
actual situación climática compromete entre 400 y 500 mil 
hectáreas. Se tratan de siembras y resiembras pendientes 
que están al límite de las posibilidades", dijeron los autores del 
reporte, en tanto para otros son 700 mil hectáreas. 
    En tanto, el PAS consignó que nuevas precipitaciones complican 
la siembra de soja, maíz y la cosecha de girasol, que no supera el 
10 por ciento.   
   La recolección de girasol, demorada principalmente en el NEA y 
Centro-Norte de Santa Fe, regiones que concentran la mayor 
cantidad de lotes próximos a cosecha, tarea que no avanzó más del 
10 por ciento. 
   La situación de exceso de humedad en lotes de soja se produce 
en sectores del este de Córdoba, centro y sur de Santa Fe y norte 
de Buenos Aires, a los que se le suman nuevas zonas comprometidas 
en el sudoeste de Chaco y norte de Santa Fe como resultado de las 
abundantes precipitaciones acumuladas durante la última semana.  
   Los técnicos del PAS calcularon que bajo este dispar escenario 
(agua y sequía) el avance nacional de siembra cubrió un 96,4 % del 
área estimada en 19.300.000 hectáreas de soja, pero distinto es 
saber el estado final de esos cuadros. 
   El dato positivo: Cerca de 1.975.000 camiones con granos 
ingresaron en 2016 al Gran Rosario, que realizaron alrededor de 
3.950.000 viajes, cantidad de vehículos que creció 23% en un año, 
lo que constituye un récord.        
   Así lo expresaron los economistas Julio Calzada y Alfredo Sesé 
en un estudio para el Informativo Semanal de la Bolsa de Comercio 
de Rosario. 
   "En consecuencia, la cantidad de mercadería (granos) que 
llegó al Gran Rosario por este medio de transporte asciende 
aproximadamente 55,3 millones de toneladas en 2016", afirmaron.  
 
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