Buenos Aires, 10 febrero (PR/17) — La campaña agrícola 2016-2017
de julio de 2016 a junio de 2017 continuará con una gama de rasgos
contrapuestos en un escenario climático muy perturbado que afecta
cultivos y producciones regionales en forma esporádica.
"Aunque la disipación de La Niña eliminará un factor
perturbador, la puja entre la circulación polar y la tropical
continuará determinando un escenario climático muy perturbado",
explicó el especialista en agro climatología, Eduardo Sierra en un
nuevo informe estacional para la Bolsa de Cereales de
Buenos Aires.
Advirtió que "por un lado, se producirán cortas e intensas
rachas de tormentas, que descargarán sus precipitaciones en forma
muy despareja, con riesgo de tormentas severas, con granizo y
vientos, terminando con entradas de aire polar y riesgo de heladas
tempranas en el próximo otoño".
Por otro lado, se observarán lapsos secos y calurosos, aunque
de corta a moderada duración, ya que los vientos marinos se harán
sentir en cuanto el ascenso de la temperatura determine una baja
de la presión atmosférica sobre el continente.
"Debe destacarse que la franja de acción tropical que
persistirá sobre Bolivia, el norte de la Argentina, Paraguay y el
centro del Brasil, podría provocar una crecida otoño-invernal de
los grandes ríos, generando el riesgo de inundaciones", sostuvo
Sierra.
Manifestó que "los campos bajos anegados tardarán mucho en ver
reducirse el nivel de las aguas que los afectan y podrían agravar
su situación con las precipitaciones que se prevén para los
próximos meses".
"Por lo tanto, se trata de un escenario climático que, aunque
no extremo, presentará numerosos riesgos que irán presentándose a
lo largo de su desarrollo, requiriéndose una cuidadosa
planificación (en la producción agropecuaria) para enfrentarlos
con éxito", señaló.
A partir de mediados del otoño, la circulación polar se
afianzará y producirá heladas de gran intensidad, manifestó el
experto.
"Es también destacable que las previsiones de algunos centros
internacionales de gran prestigio, han comenzado a señalar la
posibilidad de que la campaña 2017-2018 se desarrolle en el marco
de un episodio de tipo El Niño, alejando el riesgo de un segundo
episodio consecutivo de La Niña, pero reactivando los riesgos de
crecida de los ríos y anegamientos de zonas bajas y provocando
fuertes impactos", agregó.
Expresó que "por el momento, ello es sólo una conjetura, por lo
que será necesario continuar vigilando la evolución del escenario
climático".
En la actualidad La Niña continúa su disipación en forma
temprana y bastante rápida, "haciendo que el fenómeno esté
llegando a su fin, sin que su influencia llegara a ser
significativa en ningún momento", precisó en el análisis.
Debido a la intensidad de las precipitaciones en la mayor
parte de la extensión de la Cuenca del Plata, la imagen satelital
recientemente difundida por el Servicio Meteorológico Nacional
Argentino, muestra la persistencia de volúmenes hídricos
superiores a lo normal.
Por esta causa, el sistema se encuentra muy vulnerable a la
posible ocurrencia de tormentas severas, con aguaceros
torrenciales muy concentrados en el tiempo y el espacio, que
podrían causar crecidas de los ríos y empeorar los anegamientos de
los campos bajos.
Durante febrero, el área agrícola boliviana, la mayor parte del
Paraguay, del Brasil, el NOA, la región del Chaco, el norte de
Cuyo y de la región Pampeana "continuarán registrando
precipitaciones normales a superiores a lo normal, con alta
probabilidad de tormentas severas, con riesgo de granizo,
aguaceros torrenciales y vientos", agregó.
Primicias Rurales
NA