Buenos Aires, 9 abril (Especial de NA, por Matilde Fierro) —
La adhesión a la medida de fuerza impulsada por la Confederación
General del Trabajo el pasado jueves no llegó al campo donde las
cosechadoras siguieron implacables en su paso por los surcos de
soja, donde la lluvia lo permitió.
El paro encontró a los productores en plena cosecha de soja y
de maíz de la campaña 2016-2017 y mientras hubiera "piso" para
entrar, se trabajó fuerte.
Pergamino, una de las ciudades cabeceras de la zona núcleo
productiva argentina, ubicada en el noreste de la provincia de
Buenos Aires y rodeada de miles de hectáreas de la oleaginosa y
también del cereal se constituyó en muestra de cómo la gente que
vive de los recursos que genera el campo decidió no adherir.
Así fue, según evaluó el diario La Opinión, de Pergamino, que
la medida se sintió con mayor fuerza durante la mañana del jueves,
pero con el correr de las horas la situación se fue normalizando y
aquellos lugares que permanecían cerrados retomaron su labor, tal
como sucedió con las estaciones de servicio y los comercios en
general.
La actividad comercial hasta el mediodía fue prácticamente
normal en Pergamino, con un 80 por ciento de los negocios
abiertos, pero el ritmo fue habitual durante la tarde dado que
todos los comercios "levantaron las persianas" para retomar la
actividad, teniendo en cuenta que el movimiento en las calles
céntricas no tuvo cambios significativos comparado con un día
hábil.
Una de las cuestiones que llamó poderosamente la atención fue
que a nivel local las dependencias comunales prestaban
los servicios y cumplían con los cronogramas establecidos, incluso
con la recolección de los residuos en los barrios de Pergamino.
Mientras que ese jueves, la Sociedad Rural Argentina (SRA), que
preside Luis Miguel Etchevehere consignaba en un comunicado que
"en el convencimiento de que la Argentina progresa trabajando,
hoy, el campo no para".
En el mensaje, manifestaron que "se necesita del trabajo y el
esfuerzo de todos los argentinos para acompañar el camino de
crecimiento que está dando sus primeros pasos".
Ocurre que la percepción de los ruralistas era que los hombres
de campo no interrumpirían sus actividades, producto de las cuales
algunos viven todo el año y que sus familias seguirían el mismo
camino.
Por su parte, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria
Coninagro ya había sostenido que el paro de la CGT no era
"oportuno".
"Como representantes de los productores agropecuarios y sus
cooperativas, Coninagro quiere expresar que, frente al cambio
del escenario político, económico y social, es importante
fortalecer el empleo y la producción, pilares fundamentales
para salir del estancamiento", había señalado en un escrito.
Con el título "Coninagro apuesta al trabajo", la entidad que
preside el mendocino Carlos Iannizzotto señaló que "quedan
innumerables cosas por resolver en Argentina", pero "la
respuesta no es la huelga general".
Por su parte en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que,
como las otras entidades, representa a miles de productores en
todo el país, su presidente Dardo Chiesa, eligió hablar de un
"clima enrarecido" en un artículo de opinión.
"Hoy vemos con asombro una escalada de violencia y agresiones
hacia las instituciones y las autoridades nacionales de la
República Argentina que parece no haber llegado a su fin", dijo.
Se refirió a los bloqueos de accesos a las ciudades, cortes de
rutas y calles que se entremezclan con declaraciones de
representantes de algunos sectores que expresan sin tapujos que
desean que a este "gobierno elegido democráticamente le vaya mal".
Explicó que días atrás un reducido grupo de piqueteros cortó la
ruta y logró suspender finalmente un remate ganadero que se iba a
llevar a cabo en el predio de la bonaerense Sociedad Rural de
Azul, "en una clara afrenta a las libertades de comercio y de
tránsito".
En un comunicado de prensa inmediatamente después, la
Confederación denunció que "ante la gravedad de estos hechos y el
peligro de que este tipo de acciones de protesta comiencen a
repetirse en distintos puntos del país, desde CRA expresamos que
estos bloqueos impiden la normal comercialización de animales".
Analizaron que se ocasiona no solamente un grave perjuicio en
los productores ganaderos y las casas consignatarias, sino que
afectan directamente el trabajo de miles de argentinos que forman
parte de esta cadena de comercialización, desde los empleados
rurales, veterinarios y cuidadores, hasta los camioneros
encargados del traslado de los animales, entre otros trabajadores.
Por su parte, el jueves, Omar Príncipe, presidente de
Federación Agraria Argentina, eligió pedirle al Gobierno "que
asista urgentemente a los pequeños productores damnificados por el
agua y el granizo".
"En los últimos días ocurrieron fenómenos climáticos intensos
en las provincias de Tucumán, La Pampa, Mendoza y Salta, cuyos
efectos empeoraron en muchos casos las difíciles situaciones que
ya atravesaban los pequeños y medianos productores agropecuarios",
afirmó.
Primicias Rurales