Buenos Aires, 30 julio (Especial de NA, por Matilde Fierro) — 
El nuevo impulso que tuvo el campo a través de las medidas 
adoptadas por el Gobierno de Mauricio Macri lleva a la importancia 
de asegurar inversiones en agroquímicos, infraestructura y 
maquinaria agrícola de la Argentina. 
   Esta ese la visión de los economistas de una de las cuatro 
grandes consultoras del mundo, KPMG, que fue volcado en un informe 
sobre el sector agrícola de la filial argentina, que fue muy 
difundido en la 131ra Exposición Rural de Palermo. 
   Los especialistas consideraron que se viene una nueva etapa en 
la mejora de la rentabilidad y en el surgimiento de nuevas 
oportunidades con respaldo de incrementos de la productividad y la 
competitividad del mercado agrícola. 
   También señalaron que la nueva forma de encarar los 
agronegocios impactará en el modelo productivo a largo plazo. 
   Se trata de un informe optimista que se apoya en la cosecha 
2016-2017 que "comenzó a mostrar un cambio importante en la 
tendencia", especialmente por el crecimiento de los números de 
maíz y trigo. 
   Según sus cálculos la producción de maíz trepó casi un 20% 
respecto de la cosecha anterior al superar los 47 millones de 
toneladas, el trigo alcanzó el récord histórico de 18 millones de 
toneladas lo que representa un 63% de incremento en relación a lo 
producido en 2016. 
   Para KPMG Argentina, la soja retrocedió un 3% con 57 millones 
de toneladas durante la pasada cosecha 2016-2017. 
   Evidentemente influyó en el avance del trigo y maíz que las 
retenciones hubieran sido eliminadas, pero no así con la soja que 
bajaron del 35 al 30%. 
   En este contexto, el informe sostiene que "la inversión en 
tecnologías agrícolas parece haber cambiado el rumbo de deterioro 
observado en los últimos años, con un 2016 que mostró un fuerte 
impulso tanto en la demanda de fertilizantes como en la maquinaria 
agrícola, factores que han influenciado decididamente en los 
buenos resultados de la cosecha 2017".
   Estimaron que la inversión en fertilizantes anual en 2016 fue 
de 1.000 millones de dólares y que en los próximos cinco años 
podría alcanzar los 1.400 millones de dólares. 
   Por su parte, la inversión en maquinaria agrícola, según sus 
números, tuvo un alza del 21 por ciento en la producción local que 
pasó de 12.400 unidades en 2015 a más de 15.000 unidades en 2016.
   Hablaron de un incremento de casi el 30 % en la demanda o 
inversión real en los equipos que pasaron de las 13.800 unidades 
colocadas en 2015 a cerca de 17.600 en 2016. 
   En el período 2015-2016 las sembradoras (cada vez vienen más 
grandes) tuvieron un aumento, con un pico de facturación de 188 
millones de dólares. 
   Realista, el reporte remarcó que son imprescindibles las 
inversiones en infraestructura. 
   Obviamente que los caminos rurales, las diferentes obras 
viales, en los ingresos a las terminales portuarias, los 
ferrocarriles, almacenamiento, sistema de riego y puertos, entre 
otras son inversiones necesarias. 
   En este sentido, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio 
Internacional (AIICI) considera que hay proyectos en materia de 
infraestructura por más de 95.000 millones de dólares y ahí se 
incluyen los caminos, conexiones ferroviarias, puertos, 
aeropuertos, rutas y autopistas. 
   Las inversiones también pueden venir de los privados -deberían 
hacerlo- para expansión, ampliación de muelles, construcción de 
silos, modernización y mejora de puertos principalmente los de 
Rosario y Buenos Aires. 
   La Argentina y el campo necesitan de una reforma tributaria 
para que se multiplique el dinero destinado a renovar la actividad 
agrícola, una materia pendiente, que está en carpeta del Gobierno. 
   No es poco lo que se juega. Son las inversiones en el sector 
que para Macri, es el motor de la economía argentina. 
 
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