Buenos Aires, 20 agosto (Especial de NA, por Matilde Fierro) —
Además de ocasionar un fabuloso caos vehicular en la Ciudad de
Buenos Aires, la visita a la Argentina del vicepresidente de los
Estados Unidos, Mike Pence, dejó sentada la polémica porque su
país tiene la intención de exportar carne de cerdo a nuestro país.
El ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile,
afirmó que es una decisión adoptada ya por el presidente, Mauricio
Macri, como parte de un "acuerdo de ampliación comercial" por el
cual iría carne bovina y limones argentinos a los Estados Unidos.
Sucede que, en rigor, el acceso de la carne vacuna al mercado
norteamericano no debería depender de una negociación comercial ya
que Argentina cuenta con un fallo de la Organización Mundial de
Comercio (OMC) en su favor.
En concreto, el mercado norteamericano de las carnes bovinas
está abierto pero no operativo, explicó a NA el especialista Jorge
Torelli, de la Unión de Industrias Cárnicas Argentina (UNICA).
Torelli destacó que los mercados internacionales para la carne
argentina están en un ciclo de precios deprimidos, pero que son
"muy buenos" y hay apertura de nuevos nichos de venta externa.
En diálogo con NA en el Seminario Regional 2017 del Instituto
de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), "Ganadería y
Compromiso" en Entre Ríos, que se realizó en la Sociedad Rural de
Villaguay, Torelli desglosó la agenda de ventas externas del
sector ganadero.
En este sentido, manifestó que los norteamericanos han cambiado
el eje de la discusión: "Dicen yo te habilito las carnes
argentinas para que exportes", a cambio de dejar libre el ingreso
de carne porcina.
La reanudación de las exportaciones bovinas a Estados Unidos no
serán explosivas, según Torelli, entrarán algunos cortes de carne
argentina que es cara y molleja, es decir productos especiales,
como en el pasado.
"Están pidiendo el ingreso de carne de cerdo, en un proceso
espejo, es decir que vaya la nuestra allá, pero como la
de ellos es más barata, va a venir a la Argentina", consignó.
En ese momento, Torelli alertó que los porcinos en Estados
Unidos tienen un problema sanitario que es la enfermedad
denominada "Pierce" de carácter reproductivo y respiratorio, con
la salvedad de que la Argentina es país libre de ella.
"Internacionalmente dicen no la tuviste Argentina, pero la vas
a tener , pero mientras tanto somos libres de esa enfermedad",
indicó Torelli.
Detalló además que la Argentina, en la última reunión de la
Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) -con sede en París,
Francia- firmó un documento bastante crítico respecto al
tratamiento de esta enfermedad al oponerse con otras naciones a
que sea considerada "común".
"Realmente es considerada una enfermedad bastante importante,
bueno muchos países lo firmaron y nosotros también", expresó.
La realidad es que a nivel internacional, las mayores
preocupaciones sanitarias de los porcinos pasan por el mal de
Pierce, un virus que no se ha diagnosticado aún en la Argentina.
Mariela Monterubbianesi, veterinaria del Senasa, ratificó a NA
que "el síndrome respiratorio reproductivo porcino (PRRS) es una
enfermedad viral considerada la de mayor impacto en la producción
mundial del sector, aunque es importante destacar que no afecta a
las personas ni altera la calidad de la carne".
"En los países donde se encuentra presente, ocasiona grandes
pérdidas económicas por el perjuicio en la sanidad de los animales
y los costos necesarios para su control", determinó.
Respecto de las críticas a las importaciones de cerdos
arremetieron el presidente de la Asociaciones de Productores de
Porcinos, Juan Uccelli junto con la Federación Agraria Argentina
(FAA), luego de que Buryaile admitiera que se podrían importar
unos 50 millones de dólares de carne de cerdo norteamericana en
los próximos años.
Uccelli pidió el resguardo sanitario para la Argentina porque
se ponen en riesgo 35 mil puestos de trabajo si la enfermedad
ingresa al mercado de cerdos argentino.
La FAA evaluó que es un error querer que la Argentina sea
supermercado del mundo importando cerdo de Estados Unidos.
"En este camino, en lugar de ser supermercado pasaremos a ser
el depósito donde este país meta las cosas que no puede ubicar en
otros lugares", dijo un comunicado.
La entidad que preside Omar Príncipe se mostró preocupada
porque se afecte con la medida a "miles de pequeños y medianos
chancheros, que representan al 90% del total de productores de
cerdos, beneficiando sólo a tres o cuatro importadores y a cuatro
o cinco supermercados que importan carne porcina a precio
discrecional".
Buryaile insistió:"Tenemos que entender que el mundo es un
mundo integrado, que ya no alcanza con mirar cómo vende el vecino,
sino cómo vende el otro continente".
"Para vender hay que comprar", enfatizó, al tiempo que minimizó
el impacto de las importaciones de carne porcina sobre los
productores locales.
Al respecto enfatizó: "la producción argentina creció a 600 mil
toneladas anuales y la importación no llega a 50 mil toneladas".
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