Buenos Aires, 13 diciembre (PR/17) — La Niña está en pleno desarrollo en el Pacífico Ecuatorial. El episodio 
frío aumentó su área de enfriamiento anómalo. La situación está  complicada, dice el Dr. Aiello, explicando la aceleración del  enfriamiento que ha sufrido el Pacífico Central. Aiello alerta que la campaña de soja y maíz 2017/2018 no contará con las lluvias normales, y que los rindes no estarán en sus niveles más altos, cómo 
estuvieron en estos últimos tres ciclos.
 
El leve enfriamiento del Pacífico Ecuatorial se intensificó a tal punto 
 
que en un reciente informe de noviembre la NOAA (Administración 
 
Nacional Oceánica y Atmosférica) salió anunciando "la vuelta de La 
 
Niña". Esto ya está actuando, explica Aiello. “El impacto es directo: son 
 
menos efectivos los mecanismos de humedad atmosférica. Los 
 
sistemas meteorológicos pasan sobre nuestra región, pero los montos 
 
de oferta de agua son bajos”. Esto va a continuar durante todo el 
 
periodo de la campaña gruesa, advierte.
 
En la región central del país, el cambio del comportamiento de las 
 
lluvias desde octubre, se ha ido agudizando en estas últimas 
 
semanas. Conversamos con el Dr. en Ciencias Atmosféricas José Luis 
 
Aiello, en un momento fundamental, acercándole las dudas que hoy se 
 
plantean en el sector agrícola.
 
—José Luis, ¿por qué los frentes de tormentas que nos llegan no 
 
dejan agua?
 
—El principal forzante de las lluvias de verano de gran escala es el 
 
Pacifico Ecuatorial Central. Ya había comenzado con un enfriamiento 
 
leve y el mismo se intensificó a tal punto que en un reciente informe de 
 
noviembre la NOAA anuncia "la vuelta de La Niña". Hoy estamos con 
 
un índice del Pacífico que se corresponde con una Niña. El impacto es 
 
directo: son menos efectivos los mecanismos de humedad atmosférica 
 
en el semestre cálido. Esto ya está actuando. Por lo tanto, aun 
 
pasando sistemas meteorológicos sobre nuestra región, los montos de 
 
oferta de agua bajan. Esto va a continuar durante todo el periodo de la 
 
campaña gruesa. La única alternativa que tenemos para recibir lluvias 
 
moderadas o fuertes la darán las inestabilidades, que van ser más 
 
frecuentes por el efecto del cambio climático, y los mecanismos 
 
regionales.
 
—Pero, ¿el cambio climático puede también hacer más intensos los 
 
pulsos de calor?
 
—Sí, el cambio climático también producirá mayores pulsos de calor.
 
—¿Qué es lo último que se sabe de la situación del Pacífico? ¿los 
 
índices ya están mostrando una Niña?
 
—Es muy buena y muy técnica la pregunta, voy a tratar de contestarte: 
 
La Niña queda definida cuando un índice que se denomina ONI tiene 
 
valores por debajo de -05 durante tres trimestres imbricados seguidos. 
 
Los últimos dos fueron -0,4 y -0,7 y este último disparó el anuncio de la 
 
NOAA de la “aparición de La Niña". No voy a entrar en 
 
consideraciones más finas que son muy técnicas, pero ese índice 
 
considera, no solo el enfriamiento, sino también la intensidad de los 
 
vientos sobre el Pacífico Central, la radiación de onda larga, y otras 
 
variables físicas.
 
—Volviendo a la franja central del país, ¿Qué va a pasar con las lluvias 
 
en los próximos quince días?
 
—Van haber lluvias, pero estarán por debajo de lo normal. Se darán 
 
lluvias, pero las de mayores intensidades se producirán en el norte del 
 
país. Hay que tener en cuenta además la componente de radiación 
 
solar y los vientos de superficie. Estos incrementan la 
 
evapotranspiración. Lamentablemente, van a seguir presentes.
 
—¿El restablecimiento de la circulación del noreste ayudaría a 
 
disponer de lluvias más importantes?
 
—Sí, es correcto. Dichas circulaciones dependen de la posición del 
 
anticiclón del Atlántico. También hay otros mecanismos que correrían 
 
a favor de las lluvias pero otros las amortiguarían. O sea, "de fondo" 
 
manda “La Niña”, pero los efectos regionales pueden amortiguar o 
 
fortalecer su efecto.
 
—José Luis, todo el sector productivo está ansioso y la gran pregunta 
 
es si estas condiciones climáticas van a seguir. ¿Qué puede suceder 
 
en enero y febrero del 2018?
 
—La ansiedad no es el mejor elemento, porque se busca las 
 
respuestas que no pueden darse. Entonces lo que funciona es la 
 
magia y no la ciencia, y se deja de lado el criterio científico. Por eso 
 
quiero ser muy claro. Lo que está sucediendo es totalmente coherente 
 
con lo que está pasando en el Pacífico. Esta aceleración del 
 
enfriamiento empeora las cosas. Hay que realizar las mejores prácticas 
 
para que los cultivos puedan usar de la manera más efectiva las 
 
reservas de humedad que hay en la profundidad de los suelos. A partir 
 
de enero y más durante febrero, las lluvias van a escasear. Es muy 
 
difícil que las lluvias se acerquen a los valores estadísticos. Se van a 
 
producir algunas lluvias pero van a ser convectivas, serán zonales. Los 
 
pulsos de calor van a ser la moneda corriente de este período. Dijimos 
 
que el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial tendría efectos en los 
 
meses claves del verano, aunque no se preveía una aceleración del 
 
enfriamiento.
 
—En el Atlántico, ¿se mantiene el calentamiento que podría generar 
 
eventos regionales y lluvias en la parte oriental del país?
 
—Si, en el Atlántico un calentamiento produce ciclogenesis y la 
 
ubicación del anticiclón favorece los flujos de humedad desde el 
 
noreste como me preguntabas antes. Como veras, todas estas 
 
cuestiones son muy físicas, y es necesario conocer la fenomenología 
 
para, en el momento que actúe, y esperemos que así sea, explicar su 
 
efecto en los mecanismos de lluvias. Esto es complicado, pero es muy 
 
importante, más cuando hay situaciones difíciles, como las que 
 
podemos estar atravesando en los próximos meses. Por eso es 
 
importante contar con información que detalle las fuentes y los autores. 
 
Lamentablemente, la mayor parte de los informes que se difunde no lo 
 
hacen. Los modelos tienen limitaciones severas y el skill (rendimiento) 
 
en general es bajo. Por esos es muy importante el análisis que hacen 
 
los buenos profesionales. 
 
—Sé que seguís muy de cerca la situación del noroeste Argentino 
 
(NOA). Allí, tendrían que haber empezado las lluvias del verano. Sin 
 
embargo, no han aparecido como debían. ¿Va a llover para sembrar a 
 
tiempo, antes de fin de año?
 
—Recientemente, hubo un efecto interesante que en caso de persistir 
 
mejoraría la situación. Pero este año la aparición de lluvias del NOA 
 
viene atrasada.
 
—¿Cómo ves la situación de soja y maíz a nivel nacional? ¿Qué le 
 
aconsejas hoy al productor?
 
—Te repito lo mismo que te expresé hace casi tres meses en nuestra 
 
página de GEA. No se alcanzarán los "rendimientos de tendencia". La 
 
situación de enero y febrero del 2018 va a ser muy diferente a la que 
 
tuvimos en el 2017. La producción de los cultivos va a ser satisfactoria 
 
en escalas chicas. Dependiendo en cada lugar de como están 
 
evaluando hoy la humedad edáfica y en función de las zonas que 
 
privilegien algunos mecanismos de lluvias. Sugerimos tomar los 
 
patrones de años con lluvias menores a las normales y hacer una 
 
planificación teniendo en cuenta los efectos regionales. 
 
 
Guía Estratégica para el Agro (GEA)
Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)
 
 
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