Por Matilde Fierro
Buenos Aires, 21 octubre (Especial de NA) — La mujer rural en la Argentina afronta un nuevo proceso en el que se trata de contar con mejores accesos a la capacitación e inclusive de vivir en el campo porque heredó la tierra o es propietaria y tiene que ocuparse de la subsistencia de esa posesión.
Así lo analizó Adela Nores, directora de la Sociedad Rural Argentina y una de las siete mujeres que integran por primera vez, en tan abultada cifra, la Comisión Directiva de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
En diálogo con NA, Adela señaló que el “nuevo proceso comenzó con el tema de la soja” que dejó abandonadas casas en los campos que se arriendan para la siembra de la oleaginosa.
Así en este fenómeno, según la dirigente hay una camada de “ingenieras agrónomas que tratan de trabajar” con las nuevas tecnologías en el agro argentino por ejemplo o ser corredoras de granos en la Bolsa de Cereales.
“Mucha gente del campo se fue a vivir a las ciudades y aumentó muchísimo el cinturón de pobreza y la mujer rural”, engrosó esta situación.
Sin embargo, acotó que por otro lado en el marco de las “crisis que hubo” aparecen “las mujeres que heredan campos y que hoy es un número bastante creciente que se suman porque también son propietarias”.
Adela recuerda que en 2005 se cerró el mercado de venta de carne vacuna al exterior y hubo una comercialización masiva de hacienda que dejó a los campos sin trabajos para realizar.
“En los tres períodos del kirchnerismo se liquidaron las vacas por proteger la mesa de los argentinos, según Néstor Kirchner, y la mujer está trabajando para remontar la crisis”, indicó.
Según su perspectiva, “cambió el perfil de la mujer rural que ya no es sólo de las economías regionales, sino que en todo el país y a lo largo de la pampa húmeda se ocupan del campo”.
Tal es la tendencia, que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) realizó el lanzamiento en Argentina de programas para reconocer el aporte que la mujer rural hace al sistema productivo integral.
Ana Echeverri, especialista en desarrollo territorial y bienestar rural en la oficina argentina del IICA describió para NA la nueva estrategia que el Instituto lanzó en forma simultánea desde la administración central en San José de Costa Rica con las 34 sedes locales en distintos países americanos.
Aclaró que “en este sentido ya no es sólo hablar de mujer rural como la parte marginal, sino toda la perspectiva que tiene la producción agroalimentaria en manos de mujeres rurales que están en el territorio”.
Explicó que no es “solamente el espectro de la pequeña agricultura, de la agricultura familiar, de la pobreza rural en manos de mujeres, sino toda la visibilidad y la potencia que tiene la mujer rural como productora, como partícipe del sistema productivo agroalimentario”.
Además, “toda la fuerza que tiene poder reconocer esas políticas a nivel nacional, local y cómo podemos fomentar esa visibilidad de las mujeres rurales en todos los aspectos”.
Expresó que “estamos hablando de bioeconomía, de comercio internacional, desarrollo territorial y agricultura familiar, de sanidad, de inocuidad de alimentos, todos estos programas van a tener un gran aporte de trabajo para formular políticas que incluyan los temas de equidad de género”.
La especialista señaló que se “busca poder canalizar todo lo que son acciones, actividades, políticas y planes estructurales a estos distintos programas”.
Porque el IICA está para apoyar “a los Gobiernos y a los países en el desarrollo de políticas públicas, en la instalación de capacidades, en la gestión del conocimiento de estos temas”, que también reconocen la aparición de la nueva mujer rural que se capacita y dirige sus emprendimientos y Pymes.
Pero hay problemas que subsisten: una encuesta llevada a cabo por Corteva AgriscienceTM, reveló que las mujeres rurales consideran que hay progresos en su situación, pero que son todavía demasiado lentos.
Además de mencionar desigualdades financieras, sólo alrededor de la mitad de 4160 mujeres rurales en 17 países se sienten reconocidas, escuchadas o capacitadas para tomar decisiones.
Este es el mes de las Mujeres Rurales en coincidencia con el festejo de su Día Internacional del 15 de octubre por lo que el sondeo se efectuó en agosto y septiembre y su objetivo radicó en identificar barreras para lograr la completa y exitosa participación.
El estudio incluyó a encuestadas que viven en países desarrollados o en vías de desarrollo en cinco continentes distintos.
“Realizamos este estudio para entender mejor el estado actual de las mujeres en la agricultura de todo el mundo, desde las granjas más grandes de las economías más avanzadas hasta las de menor subsistencia de los países en vías de desarrollo. De este modo, podemos crear un parámetro para ser capaces de medir el progreso”, comentó Krysta Harden, vicepresidenta de Asuntos Exteriores y Directora Ejecutiva de Sostenibilidad de Corteva Agriscience.
El 42% considera tener las mismas oportunidades que sus colegas masculinos y sólo el 38% considera estar capacitada para tomar decisiones en cuanto a la manera en que se hace uso de los ingresos agrícolas.
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