Por Aziz EL MASSASSI.
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KAFR AL-DAWAR, Egipto, 7 diciembre (AFP-NA) — El Delta del Nilo, con sus verdes campos, símbolo de fertilidad, vive bajo la amenaza del cambio climático, que está reduciendo sus vitales reservas de agua dulce.
“El Nilo se reduce, el agua ya no llega hasta nosotros”, lamenta Talaat El Sisi, un agricultor que lleva más de 30 años cultivando trigo, maíz y otros productos en Menufia, en el sur del delta.
“Estamos obligados a extraer aguas subterráneas y hemos dejado de cultivar arroz”, un cereal que necesita de mucha agua, explica.
Según estudios de expertos realizados para el gobierno egipcio y organizaciones internacionales, el cambio climático acentuará la disminución del caudal del Nilo, de la que Egipto depende en un 90% para cubrir sus necesidades de agua.
En el país más poblado del mundo árabe, el sector agrícola cada vez necesita más de ese preciado líquido para poder alimentar a sus 98 millones de habitantes. Las alteraciones del clima, sin embargo, podrían incrementar la bajada de las precipitaciones y los episodios de sequía.
Así, provocarán una subida del nivel del mar y la salinización de las tierras, dañina para los cultivos.
El delta, corazón agrícola del país en el que se concentra casi la mitad de la población, está particularmente afectado.
Según un estudio de economistas egipcios publicado en 2016, la región podría perder, para 2030, el 15% de sus tierras de alta calidad a causa de la salinización. La productividad de los principales cultivos también se verá afectada, como en el caso de los tomates, que podría bajar un 50%.
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– Solar vs diésel -.
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Algunos expertos aseguran que los sistemas de irrigación basados en técnicas que emiten menos gases de efecto invernadero, como la energía solar, son un buen método para reducir las consecuencias del cambio climático, al tiempo que pueden mejorar el rendimiento de los campos.
En Kafr al Dawar, en el norte del delta, el ministerio de Irrigación y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han empezado a trabajar en este sentido.
Allí, dos agricultores en “galabiya” (traje tradicional) muestran, orgullosos, cuatro paneles solares grandes, flamantemente nuevos, en medio de las plantaciones de maíz, cebada o trigo.
Sayed Soliman, bastón en mano, dirige un grupo de un centenar de agricultores que cultivan más de 100 hectáreas.
Este campesino aguerrido está feliz de poder abastecer las bombas de riego sin depender de una red eléctrica que suele fallar ni de energías fósiles, muy caras y responsables del cambio climático, como el diésel.
Los motores a diésel solo se usan “en caso de necesidad”, explica, como después de la puesta de sol, por ejemplo.
Un pueblo vecino también está empezando a utilizar la energía solar para el riego.
“Una de las prioridades es la innovación […] para que Egipto puede aprovechar el agua al máximo”, explica Husein Gadain, representante de la FAO en Egipto. “El delta juega un papel importante en la seguridad alimentaria” del país, subraya.
Por su parte, Ibrahim Mahmud, jefe de proyectos de desarrollo del riego en el ministerio, explica que se ha puesto en marcha un plan para modernizar los sistemas de riego en todo el país con plazo 2050.
Esta estrategia está destinada, según él, a mejorar “las condiciones medioambientales, el nivel de vida, la productividad” de los agricultores.
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– Seguridad nacional -.
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Pero, en un país dirigido con mano dura por el régimen del presidente Abdel Fatah Al Sisi, el Nilo es un asunto muy sensible que también tiene implicaciones en la seguridad nacional.
La visita a Kafr el Dawar está estrechamente controlada por el ministerio. Delante de los funcionarios, los agricultores se limitan a ofrecer un discurso encorsetado, rechazando hablar de la escasez de agua en el delta.
El jefe del Estado hace del agua del Nilo una “cuestión de vida o muerte” para la nación, principalmente en el contexto de las negociaciones, poco concluyentes, sobre el Nilo con los vecinos Etiopía y Sudán.
El Cairo teme que la inmensa presa del Renacimiento, construida por Adis Abeba, reduzca todavía más el caudal del río a su paso por Egipto.
Para la socioeconomista y consultora independiente en gestión de aguas Dalia Gouda, las dos prioridades más importantes del gobierno frente a la escasez de agua son la lucha contra la superpoblación y la defensa de los intereses del país frente a la represa etíope.
“Se están llevando a cabo muchos proyectos interesantes para mejorar la eficacia hídrica”, explica. “Incluso si no fueron necesariamente diseñados para luchar contra los efectos del cambio climático, pueden ayudar a las autoridades a hacerle frente”.
Primicias Rurales
AFP-NA