Bandera. Santiago del Estero, 7 abril (PR/19) — Por el cambio climático una zona que surgió con la soja ahora vive del trigo: igual este año no saben si podrán sembrarlo debido a las inundaciones.
Unos veinte años atrás un grupo de pioneros –provenientes de diferentes regiones agrícolas argentinas– llegaron a la zona santiagueña de Bandera para crear un nuevo polo sojero en esa región. Pero ese cultivo en los últimos años se transformó en un dolor de cabeza por los excesos hídricos recurrentes.
En los primeros quince años del desarrollo agrícola de la zona de Bandera la principal preocupación de los empresarios era la sequía. Pero en el último lustro comenzó a subir progresivamente la napa freática hasta alcanzar un nivel tal que basta una lluvia abundante para provocar inundaciones, anegamientos y el bloqueo de numerosos caminos rurales que pasan a transformarse en ríos.
El problema es que la red vial presente en la zona no fue diseñada para afrontar excesos hídricos –lo que empeora en algunas situaciones la gravedad de las inundaciones– y no existe además ningún organismo nacional o provincial que esté implementando o al menos evaluando un plan de obras adaptado a la nueva coyuntura climática. El Consorcio Caminero Estación Bandera carece de los recursos suficientes para dar una respuesta acorde al problema.
En la presente campaña muchos lotes comprendidos en el triángulo conformado por las localidades de Bandera, Añatuya, Los Juríes, Villa Minetti y Tostado (estas dos últimas en el extremo noroeste de Santa Fe) no pudieron sembrar con soja y maíz debido a las inundaciones. Y buena parte de lo que pudo implantarse se arruinó con las lluvias intensas ocurridas en la últimas dos semanas.
El aumento del nivel de las napas freáticas provocó un cambio drástico: el cultivo de trigo, que inicialmente se sembraba cuando se podía si aparecía algo de humedad durante el otoño, se transformó en los últimos años en la principal fuente de ingresos de las empresas de la zona, dado que lograron muy buenos rendimientos –con promedios superiores a 40 qq/ha en muchos casos– combinados con precios atractivos (producto de la eliminación de los ROE instrumentada por el gobierno macrista).
El trigo, además de un buen negocio, es un cultivo obligado en la zona para intentar deprimir el nivel de las napas, de manera tal de lograr que las mismas tengan al menos dos metros de profundidad en la primavera y que no se transformen en un problema durante la siembra de granos gruesos.
Lamentablemente, el último Pronóstico Climático Trimestral del Servicio Meteorológico Nacional prevé en el trimestre comprendido entre abril y junio de 2019 precipitaciones superiores a las normales sobre el centro-norte de Santa Fe y centro-este de Santiago del Estero.
En tal escenario, además de no poder cosechar lotes de gruesa que quedaron aislados por las inundaciones, los técnicos que trabajan en la zona temen que este año no pueda sembrar buena parte del área proyectada de trigo, algo que, en caso de suceder, complicaría por demás a las empresas de la zona.
Fuente: Valor Soja
Primicias Rurales