Buenos Aires, 8 de marzo (PR/22) .- A medida que pasa el tiempo, son las organizaciones que logran adaptarse a los cambios de la mejor manera posible aquellas que sobreviven. Esta capacidad de supervivencia viene dada por soluciones creativas e innovadoras.

Pero, ¿qué acciones se pueden llevar a cabo?, ¿cómo innovar?, ¿qué factores tener en cuenta?

En realidad, la lista de acciones y factores es prácticamente interminable. Se pueden considerar, por ejemplo, las nuevas tendencias de consumo, el lanzamiento de un nuevo producto o las formas de comunicar o presentar una característica o servicio que hasta el momento nunca fue considerado.

Cada vez son más los consumidores que valoran y demandan que se contemple el desarrollo sostenible. Por lo tanto, este es un aspecto clave a la hora de innovar en las organizaciones.

El caso de Babasal S.R.L. viene a ilustrar lo mencionado de forma muy clara. La organización presentó prácticas innovadoras y sustentables, sin temor a arriesgarse: produjo la primera bebida a base de quinoa en el mercado argentino. Este ejemplo es de utilidad para que otras organizaciones piensen fuera de lo tradicional y se animen a arriesgar.

Babasal tomó en cuenta las demandas del mercado, los recursos nacionales que estaban a su alcance y el concepto del triple impacto, el cual implica considerar dentro de su producto los impactos económicos, sociales y ambientales. La quinoa estaba poco diversificada en el mercado, por lo que esta innovación es una alternativa interesante y prometedora.

A la hora de diseñar el producto se tomó en cuenta el eje ambiental, presentando políticas de producción sostenibles, utilizando materia prima agroecológica. A su vez Babasal se encuentra en proceso de certificación “Empresa B”, en la cual se comprometen a medir su impacto social y ambiental y a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el ambiente.

Javier Basaldúa, socio gerente de Babasal, plantea que “BIBA” es un proyecto de triple impacto, ya que en el eje social está enmarcado dentro del programa “Argentina contra el Hambre”, el cual busca garantizar seguridad y soberanía alimentaria de toda la población, sumado a la gran generación de mano de obra en San Juan. A su vez, es un producto saludable cultivado de manera agroecológica en la tierra argentina.

“BIBA” quinoa surge ante la necesidad de lanzar al mercado una bebida altamente nutritiva conformada por proteína vegetal, que logre una mejora en la alimentación de la población argentina. A su vez, según datos publicados en la revista Forbes Argentina, se mostró una creciente consumición de las leches vegetales en la pandemia (del 16,6% de crecimiento), la cual va aumentando año a año, incentivando de esta forma el desarrollo de esta innovación bebible.

El proyecto fue enmarcado en una alianza estratégica con el CONICET, Universidades Nacionales de La Plata (UNLP), Lanús (UNLA), Luján (UNLU) y Quilmes (UNQ), y otros actores como el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Gobierno de San Juan y el INTA de San Juan en la Región de Cuyo. A su vez, el proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Teniendo así la integración pública y privada.

Mirar a nuestro alrededor, ver qué recursos y atributos se tienen, para así potenciarlos de forma creativa e innovadora es fundamental para lograr una innovación exitosa. Muchas veces la inspiración surge de donde menos nos lo imaginamos. Como se ha visto en el ejemplo con la

quinoa, las organizaciones deben buscar la innovación, mirar otros horizontes, animarse y aprovechar recursos que ya tenemos. Sin lugar a dudas, el futuro viene de la mano de innovaciones sostenibles.

Por la Lic. Sofia Turek, Voluntaria en el eje de Administración Sustentable en el Centro de Desarrollo Sustentable GEO de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

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